Condenan a un depredador sexual reincidente por agredir a un niña en un ritual de magia en Granada
La Audiencia ha impuesto nueve años de cárcel al procesado, que ya fue enjuiciado en 2014 por forzar a una mujer tras otro ceremonial de brujería
El depredador sexual volvió a hacerlo. Reincidió tras cumplir una condena de siete años de cárcel por haber forzado a una mujer armado con un ... cuchillo. La víctima en esta segunda ocasión fue una niña que tenía quince años cuando ocurrieron los hechos y era hija de un amigo suyo. Agredió sexualmente a la menor con la excusa de que iba a someterla a un rito mágico, a «una sanación espiritual», la misma trampa que había utilizado la vez anterior.
La Audiencia de Granada le ha impuesto ahora una pena de nueve años y un día de prisión, según detalla la sentencia a la que ha tenido acceso IDEAL.
Sucedió la mañana del día 8 de junio de 2021.
El acusado se acercó hasta el domicilio de la adolescente, «aprovechando la circunstancia de que la conocía y ella se encontraba sola en su vivienda pues su padre se había ido a trabajar», recuerda la resolución judicial el modo de actuar del delincuente.
El reo utilizó unas cáscaras de coco para llevar a cabo una supuesta «sanación espiritual», pero era una trampa
Instantes después, dijo a la joven que le iba a practicar un ritual de brujería. En este sentido, sacó de sus bolsillos tres cáscaras de coco e instó a la denunciante que se pusiera un pantalón corto. Acto seguido, y pese a que la niña se opuso, el encausado le frotó las cáscaras por el cuerpo y finalmente le introdujo los dedos en la vagina. Luego se masturbó delante de la agredida. «Mientras esto ocurría, la menor lloraba e intentaba zafarse», pero el ahora condenado no hizo caso a las súplicas de la víctima, relata la sentencia.
En un primer momento, la perjudicada no contó nada. Sentía miedo y vergüenza, pero acabó por sincerarse con una vecina que, a su vez, alertó al padre de lo ocurrido.
La Audiencia ha creído la versión de la chica, que ha ejercido la acusación particular de la mano del abogado Vicente Rodríguez Quirantes, y no ha dado crédito a los argumentos defensivos del procesado, que alegó que se limitó a rezar para ayudar a la menor a que sedujese a un muchacho.
Además, la Policía Científica halló restos genéticos de la damnificada en las cáscaras de coco, lo que, según el tribunal, confirmaría la existencia del delito de agresión sexual.
Durante su comparecencia en la vista oral, la niña manifestó que estaba enojada con «ella misma» por no haberse enfrentado a su atacante.
Agravante
La Audiencia ha aplicado al reo la agravante de reincidencia, ya que había sido condenado por otra violación que cometió también en Granada en 2014.
En aquella ocasión, la víctima fue una camarera y relaciones públicas a la que el supuesto brujo «conocía de vista». Fue la madrugada del 15 de febrero de 2011. Según la sentencia, el acusado obligó a la mujer a subir a su vivienda, donde la sometió a un ritual mágico. Después le exigió que se desnudase y, como ella se negó, la amenazó con un cuchillo.
Pese a la resistencia de la afectada, el agresor consiguió finalmente consumar el ataque sexual. «(La perjudicada) llegó a la convicción de que no podía salir de allí si no accedía a sus deseos», razonó entonces el tribunal.
Así las cosas, la Audiencia le impuso entonces una pena de siete años de prisión.
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