Comienza la retirada de las cabinas de Granada

Había 63, según el mapa facilitado por el Ayuntamiento de Granada. En un par de semanas, 31 de ellas ya no serán parte del paisaje urbano de la capital: el trabajo avanza a buen ritmo, y ya solo hay seis por retirar. Quedarán en pie solo aquellas que son obligatorias por ley, al estar situadas en lugares como las estaciones de tren y autobús, o cerca de los hospitales. Telefónica es la operadora del servicio universal de teléfonos públicos de pago. La ley de Telecomunicaciones fija la obligatoriedad de ofrecer al ciudadano una oferta suficiente de estos dispositivos, que además deben permitir llamadas de emergencia sin introducir monedas. Por eso, la treintena de cabinas 'salvadas' estén situadas en puntos clave, donde se puedan dar estas situaciones de urgencia.

El concejal de Seguridad Ciudadana y Movilidad,César Díaz, recuerda que la mayoría de las cabinas estaba en desuso, sucia o rota. Con la retirada, «se recupera la accesibilidad y el uso del espacio para los ciudadanos». En las que seguirán en pie –ninguna cerrada, ya que fueron suprimidas para cumplir con las normativas de accesibilidad– será necesario un refuerzo del mantenimiento por parte de la compañía. De este modo, personas mayores que las utilizan por costumbre, peatones que quieran avisar de una emergencia o quienes vivan alejados de los dispositivos inteligentes, podrán seguir conectados con solo introducir unas monedas.

Aún no se certifica, por tanto, la defunción del teléfono público de pago. Restan algunas llamadas para la treintena de cabinas que aguantarán –por ley, más que por uso– al asalto del 'smartphone'. Cuando estas también desaparezcan –no hay fecha fija para ello– habrá hueco en Granada para una cabina. La última cabina. El Ayuntamiento ha solicitado a Telefónica la cesión de una de las antiguas –las cerradas, que se pueda sellar– y Urbanismo ya trabaja para buscarle una ubicación. Será un homenaje al aparato que fue intermediario en miles de historias.

Sucede con las cabinas lo mismo que con las máquinas de escribir: pese a que están desfasadas, generan apego. De ahí que muchos aprovecharan ayer para fotografiar la que ayer dejó de prestar servicio junto a la Chancillería, que hasta entonces pasaba desapercibida a la sombra de un árbol, cubierta por decenas de anuncios deprofesores de música, de dibujo, artistas, pisos de alquiler...

Y de ahí que el Ayuntamiento de la capital haya planteado durante los últimos años varios proyectos para tratar de salvar al objeto que inspiró el mediometraje de Garci yMercero. Se llegó a barajar la opción de que las cerradas –como esa en la que quedó atrapado José Luis Vázquez– se convirtieran en cubículos para el intercambio de libros. En 2017, algunas de ellas se reconvirtieron para sostener pantallas inteligentes táctiles, pensadas para ofrecer información a los visitantes. Ninguno de ellos salió adelante. En 15 días, solo quedarán los teléfonos indispensables.