Los cinco datos que confirman la mejoría de las arcas municipales

Cinco son los datos que el informe expone y que apuntalan la evolución positiva de la economía municipal. Los desgranamos aquí.

El informe de Intervención confirma que las liquidaciones de los presupuestos han resultado positivas, tal y como había prometido el equipo de gobierno. La ciudad se había comprometido a que la balanza entre ingresos y gastos fuera favorable y aportara 'cash' a las arcas. Así ha sido.

Según revela el análisis, Granada consiguió un superávit de 6,3 millones de euros. Esto quiere decir que, después de lo ingresado y lo gastado a lo largo de todo el año, el saldo fue positivo y, por tanto, el Ayuntamiento fue capaz de ahorrar dinero.

Las deudas en la administración, como ocurre en la economía de cualquier casa, son un problema acuciante a la hora de afrontar imprevistos. Con compromisos financieros ineludibles y sin caja suficiente, las instituciones no pueden pedir crédito para llevar a cabo inversiones, abonar facturas, pagar intereses o hacer frente a sentencias.

En 2012, Granada aprobó un plan de ajuste encaminado, entre otras cosas, a transformar deuda comercial -es decir, lo que se tenía que pagar a proveedores- en deuda financiera -la que se debe a los bancos-. Asimismo, se establecieron compromisos para asegurar que esas cantidades se fueran pagando de manera ordenada.

En los últimos años, el esfuerzo ha continuado en esa línea, como revela Intervención. De acuerdo al informe, a lo largo de 2023 Granada fue capaz de saldar deudas que había adquirido previamente por un importe de 6,4 millones. Esto, unido a otras mejoras, ha permitido que la ciudad pueda pedir créditos para realizar inversiones por primera vez en una década.

El pago medio a proveedores es uno de los indicadores económicos más interesantes. Refleja el tiempo que tarda en pagar las facturas una administración. La ley establece que ese periodo no debe superar los 30 días con idea de no provocar un quebranto en las cuentas de las empresas que prestan servicios a los ayuntamientos.

La grave situación financiera que dejó la crisis en Granada provocó que el tiempo medio llegara a rondar los 300 días. En la actualidad, la ciudad tarda 28 jornadas en pagar las facturas, dos por debajo del límite legal. Encadena casi un año dentro de los parámetros considerados normales, algo que no ha ocurrido desde 2012 hasta ahora.

No pagar en tiempo y forma conlleva problemas. El principal, que la ciudad debe hacer frente a intereses de demora que pueden dificultar aún más el abono. El resultado de no afrontar los compromisos financieros en el momento adecuado es similar al de una bola de nieve que crece conforme desciende la ladera rodando. Las dimensiones pueden poner en peligro la administración.

Con el plan de ajuste, la ciudad se comprometió a destinar parte de los ingresos a pagar las deudas a tiempo para evitar este riesgo. De acuerdo a esa planificación, Granada debe reducir el pago de intereses en 2025 en 1,7 millones. Intervención revela que solo en el primer trimestre del año ya ha disminuido más de 734.000 euros, por lo que la proyección al ejercicio completa prevé que el dato pueda ser mejor incluso de lo previsto inicialmente.

Otro de los datos que revelan la evolución positiva de las arcas municipales tiene que ver con el remanente de tesorería. Es uno de los indicadores vitales para saber si una ciudad está bien económicamente o no. Este concepto se refiere al dinero que habría en la caja del Ayuntamiento si saldara todas las deudas que la administración tiene y recibiera todo el dinero que se le debe.

En este momento, el resultado de esa operación sería negativo porque faltarían 11 millones en las cuentas municipales. Es decir, que el Consistorio, después de ese proceso, no tendría 'cash'.

El dato, no obstante, es positivo porque mejora la cantidad que establece el plan de ajuste. De acuerdo a los compromisos adquiridos con Hacienda, el Ayuntamiento debería cerrar el remanente de tesorería en 2025 con -29 millones de euros. Sin embargo, está 18 millones por debajo de esa cantidad y, por tanto, mucho más cerca de tener un saldo positivo de nuevo.