Cinco cachorros de lince, nuevos vecinos de Sierra Arana

Mayores y pequeños en primera fila aguardaban su reacción, sus movimientos, en el que ya es su nuevo hogar. Para sorpresa de todos, Única ha salido tranquilamente, como si fuera a darse un paseo por el campo. Sin pausa pero sin prisa, al trote, elegante, se ha lucido ante los presentes. Su calma era tal que cuando ha llegado a medio camino, incluso se ha girado para mirar atrás una última vez, probablemente, saborando el arranque de un sueño cumplido.

Eso sí, a pesar de ser 'única, la hembra no venía sola. Con ella se han mudado también a Sierra Arana otros cuatro ejemplares de lince ibérico machos: Usin y Ukendo, nacidos en Doñana, y Uivo y Urki, en Portugal. Al contrario que ella, nada más abrirse las compuertas, ellos sí han salido disparados hasta confundirse con el paisaje en cuestión de segundos.

No es ninguna novedad que estos animales pueden alcanzar hasta los setenta kilómetros por hora y saltar más de seis metros. Puede que, por eso, Única se haya llevado mayor protagonismo. Aunque para poder apreciar cómo ella y sus compañeros se mueven en libertad es importante saber comportarse. No hablar en voz alta, no correr y no hacer movimientos bruscos son los principales consejos que han compartido los expertos.

Iznalloz se ha convertido en la llave a la libertad para los linces ibéricos en la provincia de Granada. Además de los cinco cachorros recién soltados, allí habitan otros ejemplares de este animal. Todos ellos se han reintroducido en su hábitat natural a través del proyecto Life Lynx Connect, que desde 2020 lidera el territorio andaluz, aunque también abarca otras zonas del centro y sur de la península ibérica.

«Por norma general, se sueltan linces de menos de un año de edad. Los partos tienen lugar en los meses de marzo y abril y aproximadamente un año después son liberados en los distintos núcleos poblacionales reproductores y áreas de reintroducción de España y Portugal», ha explicado el coordinador regional del proyecto Life LynxConnect, Javier Salcedo.

Su presencia en la provincia de Granada y en Iznalloz, en concreto, supone un motor de desarrollo para el territorio. Según el delegado territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía, Manuel Francisco García, «que haya linces en Sierra Arana va a dar lugar a nuevos puestos de trabajo, especialmente, en áreas como la fotografía o la observación de especies».

A principios de siglo, los linces ibéricos estaban a un paso de desaparecer, pero en el año 2022 llegó a haber hasta 1.668 linces ibéricos en la península, siendo Andalucía la comunidad con mayor número de núcleos poblacionales, con un total de 438 ejemplares adultos y 189 cachorros, según el último censo publicado.

Continúa así el programa de la consejería para preservar la supervivencia del lince ibérico en el territorio, que prevé una nueva suelta de ejemplares los próximos días 29 de febrero y 5 de marzo. El plan está claro: devolver estos animales al lugar del que nunca debieron desaparecer.