Una de cada cuatro tiendas del centro de Granada ha tenido que bajar la persiana
el mapa del comercio ·
Las ocho principales calles comerciales de la capital acumulan 144 persianas bajadas, cinco tiendas en liquidación y negocios asfixiados por el año de pérdidasUn inversor o un emprendedor que quiera abrir un nuevo negocio en el Centro de Granada tiene a día de hoy 144 locales vacíos para ... elegir tan solo en las ocho calles principales. Basta dar un paseo por el corazón comercial de la ciudad para comprobar que hay más 'Se vende', 'Se alquila' y más persianas bajadas que nunca. IDEAL ha hecho ese recorrido por la Granada en ruina que deja el coronavirus analizando las más exclusivas de las calles de tiendas –Mesones, Zacatín, Alhóndiga, Puentezuelas, San Antón, Recogidas, Reyes Católicos y Gran Vía– para constatar, escaparate a escaparate, el impacto de la crisis de la covid.
El resultado es que el 25% de los 586 locales contabilizados en estas ocho calles están vacíos, principalmente por el cierre de negocios a raíz de esta crisis y el paisaje comercial del Centro muestra una clara transformación. La mayoría de las tiendas de souvenirs siguen cerradas más de un año después por la pérdida del turismo, los comercios tradicionales de moda y calzado han perdido espacio a favor de otros modelos de negocios (desde carcasas de móviles hasta purificadores de aire) y tiendas señeras han desaparecido o están a punto de hacerlo.
También las grandes cadenas y franquicias se resienten. El cierre de HyM ha sido un mazazo para Reyes Católicos mientras que la reorganización de Inditex se deja notar en Recogidas con el cierre de Bershka y la reforma que mantiene temporalmente bajada la persiana de Zara.
No todos los cierres tienen como culpable directo al coronavirus. Algunos de los locales, por ejemplo gran parte de los 21 vacíos en la calle Recogidas, habían perdido su inquilino desde hacía tiempo según apunta fuentes inmobiliarias y otros muchos escaparates han cambiado de dueño y de actividad varias veces en los últimos años. Pero de lo que no cabe duda es de que este último año de desplome de ventas y de pérdida de afluencia al centro por el confinamiento total, las posteriores restricciones horarias y los cierres perimetrales ha provocado una auténtica escabechina en el comercio y ha aumentado el número de locales vacíos a niveles inéditos, ni siquiera asimilables a los de la anterior crisis económica.
Mesones
Mesones, probablemente la reina de las calles comerciales granadina, es la que se ha llevado el peor golpe. De sus 68 locales comerciales, 23 están ahora vacíos, casi el 34%, según los datos recabados por IDEAL a pie de calle.
Esta semana, tras un periodo de liquidación, bajaba la persiana Sugar, mientras que la zapatería Aita tiene colgado el cartel de liquidación por cierre. Practicamente puerta con puerta el anuncio de la próxima apertura de una heladería pone un punto de esperanza. Otro brote verde lo ha plantado la nueva tienda de la marca sevillana Rider Bike, que acaba de abrir en el límite con la plaza Trinidad. «Confiamos mucho en que van a volver los turistas y en el centro de Granada», explica el encargado. El topetazo de la covid ha sido también especialmente cruento en Gran Vía y Zacatín, dos de las principales calles comerciales con más presencia de negocios enfocados exclusivamente a los turistas. En ambas vías, de cada diez locales comerciales tres están vacíos.
El paseo por un Zacatín todavía triste descubre tiendas de souvenirs cerradas temporalmente, un negocio que se ha trasladado de local por no haber logrado rebajas en el alquiler y un histórico, la marca Cañizares fundada en 1883, que después de 18 años está liquidando por cierre.
La tormenta perfecta
A diferencia de la hostelería y el turismo que se vieron vapuleados por la covid cuando se encontraban en un gran momento, el comercio tradicional ya llegaba a 2020 muy tocado por un cúmulo de factores. El auge de las compras on line y el cambio de hábitos de consumo, el efecto del gran centro comercial de Armilla que aún colea y los altos precios del alquiler de los locales del Centro, que tradicionalmente han estado en pocas manos y se han resistido a negociar rebajas, ya habían prendido la mecha. Y en este escenario que ya era complicado, el impacto del coronavirus, ha provocado un desplome de entre el 40 y el 60% de las ventas como media, según la Federación de Comercio, que ha llevado al límite a los negocios. La tormenta perfecta.
Aún ahora, cuando ya se ve la luz al final del túnel, la sensación generalizada en el comercio del Centro es la de asfixia económica y la del miedo de no poder resistir para alcanzar la recuperación, después de todo lo sufrido para llegar hasta aquí.
Hundidos
Estos últimos catorce meses de pandemia en que los que han subido la persiana de sus tiendas para ir a pagar en lugar de para vender han dejado a muchos comerciantes hundidos moralmente. Es el caso de la propietaria de la tienda de ropa y complementos de Zacatín Blanc de Nil, Ana Belén Pareja, que no puede evitar echarse a llorar de impotencia cuando se le pregunta cómo le está afectando esa crisis. Tiene dos mil euros de gastos fijos y la tónica de los últimos meses han sido los días de diez euros de caja. Huelgan más explicaciones.
«La hucha se me ha acabado, ya aunque quiera no puedo resisitir. Estoy agotada, me está costando la salud», resume.
Otro de los que va a pagar en lugar de a vender es Seve Díez del Moral, que desde hace 23 años está al frente de Baboom Shop, en la calle Puentezuelas y no imaginaba ver así su tienda «ni en las peores pesadillas». «Mantener la persiana abierta con la mercancía que tengo me cuesta unos once mil euros al mes, estoy facturando dos mil. Pero es que hablas con los compañeros y están igual. Los políticos no son conscientes de que el Centro agoniza y que esto es pobreza para Granada, ¡que esto es un drama!», cuenta. Seve dice aparca la moto y recorre los metros hasta su negocio «con la cabeza agachada» para no ver tanta desolación.
«Gracias a que me he dejado la piel durante muchos años y que he sido conservador tenía ahorros he podido aguantar hasta ahora con la puerta abierta, pero se derrumba tu proyecto de vida», lamenta.
Ilusión y emprendimiento
Desde la Federación de Comercio, su gerente Miguel Moreno explica que las conclusiones del análisis realizado por IDEAL escaparate a escaparate coinciden con sus estimaciones de entre un 20 y un 30% de cierres de comercios vinculados a esta crisis. «El grueso se ha concentrado ahora, cuando ha habido que hacer frente a la compra de una nueva temporada. Han optado por liquidar para no perder más», señala.
Un stock mayor que nunca
La oferta de locales comerciales en alquiler es mayor que nunca. «Hay tanta que el que busca ahora encuentra con mi inmobiliaria o con otra», señala Susana Alvarado de la Inmobliaria CG. «2020 fue fatal para el comercio, entraron muchísimos locales vacíos a las inmobiliarias pero en 2021 vemos mejor las cosas», apunta la especialista que detecta también interés por abrir nuevos negocios, aunque aún persiste la incertidumbre. También detecta movimiento de inversores que buscan oportunidades, aunque la mayoría de los propietarios han resistido la crisis sin vender. «Se han vendido locales pero no tanto del particular sino más por estrategia de empresas que han optado por concentrarse en Madrid y dejar los que tenían en ciudades más pequeñas», esgrime.
Moreno subraya que los comerciantes están luchando como jabatos por salir adelante y destaca la ilusión le han puesto a iniciativas como la feria 'Stock fuera' en San Antón. «También hay emprendimiento hay pero arrastramos problemas como los altos precios de los alquileres comerciales en el Centro que lo frenan. Hay propietarios siguen pidiendo 12.000 euros a pesar de que los locales llevan un año cerrados, lo prefieren vacío a rebajar. Eso ha hecho que emprendedores emigren a otras zonas fuera del centro como el Zaidín», esgrime.
El gerente de la Federación cree que el impacto de esta crisis debe hacer pensaren la necesidad de revitalizar el Centro. «El mejor ejemplo es el cambio de Málaga, su centro estaba en ruina y en los últimos veinte años se ha inyectado una gran inversión pública para levantarlo. Nosotros tenemos que seguir el modelo, recuperar patrimonio y no dejar que el Centro se degrade», opina.
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