Cerrada por obras la unidad de trastornos alimentarios de Granada, pionera en Andalucía

Cuando esta redacción visitó la unidad de agudos de TCA de Granada en mayo de este año, el área de hospitalización estaba en remodelación. Personal del servicio indicó entonces que los trabajos habían arrancado meses atrás –en noviembre de 2023, según ha confirmado el jefe de obra–, dejando fuera de juego tres de las seis camas existentes para los casos más graves. El plan, apuntaron los profesionales, era que volvieran a estar operativas en junio, antes de verano, tal y como ya informó esta cabecera.

A día de hoy, las camas que entonces quedaban disponibles también están cerradas, según ha podido confirmar este periódico. Desde el Virgen de las Nieves señalan que en abril de este 2024 comenzó otra fase de esta obra de gran envergadura que afecta a las zonas de consulta, comedor y sala de actividades. Por ello, el centro ha habilitado tres habitaciones individuales diferenciadas para pacientes con TCA en la planta de Salud Mental Infanto-Juvenil, donde son atendidos «por el mismo equipo de profesionales especializados».

A medio gas

Así, la unidad de TCA de Granada lleva ya más de un año a medio gas. El hospital achaca este tiempo para su reactivación total a que el edificio en el que se ubica tiene más de cincuenta años y ha requerido el cambio de todas las cañerías. «Va todo en cadena cuando se trata de infraestructuras. La bajante, las tuberías... Quedan algunas cuestiones que revisar. Se están ultimando detalles», han apuntado.

La Asociación de TCA de Andalucía –que atiende a unas 150 personas en la comunidad; 50 de ellas de la provincia de Granada– sospecha que este «desmantelamiento» pueda convertirse en un «cierre total». «Mi hija ingresó en septiembre de 2023, con 15 años. A los tres días, se la llevaron a Infanto-Juvenil. Inicialmente, ahí solo podían ingresar menores de 18 años, pero hoy a lo mejor hay mujeres de 30 con niños de 13 y con todo tipo de trastornos, no solo TCA», comparte la vicepresidenta, María López.

En este sentido, esta madre es consciente de que su hija «tuvo suerte». Desde entonces, «ha habido casos que han tenido que derivar a Málaga y han tardado mucho» –la unidad malagueña atiende a pacientes de esa provincia y de Andalucía occidental–. Según ella, «algunas incluso han acabado en la UCI o han necesitado transfusión de sangre». «En estas niñas la espera es vital. Cuando dejan de comer, en un mes pueden estar fatal. No solo las anoréxicas, también las bulímicas que pierden sales minerales fundamentales», ha explicado López.

De la desesperación, en un momento dado preguntó en un centro privado, «pero es inviable». Le pidieron 1.900 euros al mes. Además, los casos más graves los derivan igualmente a la pública y «si tu hija necesita sonda vasogástrica porque se niega a comer ahí no le van a ayudar».

Compromiso y entrega

En opinión de la asociación andaluza de TCA, es «una pena» porque –reconoce– los profesionales «están súper entregados, tienen muchos compromiso». «Hacen un esfuerzo infrahumano para que funcione, pero no hay manera. El tratamiento se desvirtúa porque estas enfermedades requieren un comedor terapéutico, habitaciones cerradas, nada de espejos...», plantea la vicepresidenta de la ONG.

María López recalca así que en el hospital, cuando su hija ingresó en la unidad de TCA, les dijeron «que en enero de 2024 se abría la planta». Como la reapertura no tuvo lugar en la fecha indicada, desde la asociación buscaron la forma de reunirse con la gerente del hospital Virgen de las Nieves e incluso con el delegado de Salud, Indalecio Sánchez-Montesinos, pero «ningún encuentro acabó con soluciones». Las últimas noticias que tienen ahora los usuarios es que, «probablemente, la actividad se retome en enero». En cualquier caso, ya van un año tarde de lo que habían dicho».