Casa Torcuato, dos meses cerrado por el fuego: «Estamos trabajando con todo nuestro corazón para volver pronto»
El mítico restaurante granadino, no abre sus puertas desde el 16 de mayo, cuando sufrió un incendio en su cocina
La lona cubre por completo la fachada del mítico Casa Torcuato, uno de los restaurantes de referencia del Albaicín granadino. Y es una de esas ... lonas que obligan al paseante local a centrar la mirada y a temer lo peor. «¿Qué ha pasado? ¿Han cerrado?», preguntan en la cafetería de enfrente, Las Cuatro Esquinas. «¿No se acuerda usted?», le responden desde dentro. «Hubo un incendio y desde entonces sigue cerrado».
Fue el viernes 16 de mayo, sobre las 10.30 horas. Una freidora comenzó a arder ante la dolorosa «impotencia» de los camareros. Aunque una cocinera intentó apagar el fuego con un extintor, no lo consiguió. Las llamas se arrastraron por el extractor de la cocina hasta la planta de arriba, donde estaban las neveras. No hubo heridos, pero los daños materiales fueron importantes. Aquella tarde, los bomberos les dijeron que, como poco, tardaría dos semanas en poder abrir el restaurante. Ya van dos meses.
«Restaurante Casa Torcuato agradece el apoyo y confianza a todos sus clientes y amigos. Les seguiremos atendiendo en 'El picoteo', a 200 metros», dice la lona. El mensaje está también presente en sus redes sociales, donde hace siete semanas dejaron este texto: «Querida comunidad. Lamentamos informar que Casa Torcuato permanecerá cerrada temporalmente debido a un incendio que se produjo en la cocina. Afortunadamente, no hubo heridos, pero el incidente nos obliga a realizar reformas importantes en nuestras instalaciones. Estamos trabajando con todo nuestro corazón para volver pronto, con más fuerza y sabor que nunca. Les pedimos que estén atentos a nuestras redes, donde iremos compartiendo las novedades y avances de esta nueva etapa. ¡Gracias por su apoyo y comprensión de siempre!».
En el barrio -y en el resto de la ciudad-, las muestras de cariño al Torcuato son, efectivamente, muy visibles. No tienen más que pasar por su puerta y observar el efecto de la lona.
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