La casa del jardín paradisíaco de Granada que debe su nombre a los rostros de la fachada
La tertulia del Rinconcillo, de Federico García Lorca, colocó una placa en 1926 alusiva a Soto de Rojas que aún se conserva
La Casa de los Mascarones recibe su denominación por las máscaras o rostros que la decoran. La fachada se forma con dos reducidos frentes dispuestos ... en escuadras.La portada de ingreso consiste en un sencillo arco, ligeramente apuntado, hecho de dovelas de ladrillo y enmarcado por un alfiz. Sobre ella se dispone un voladizo, un elemento constructivo característico de la arquitectura doméstica medieval que permitía aumentar la superficie de las habitaciones. Este consta de dos pisos. En el primero se abre un balcón con una inscripción de cerámica granadina instalada en 1926 por la tertulia literaria del Rinconcillo en recuerdo a Soto de Rojas y su jardín paradisíaco.
El interior fue transformado con el paso del tiempo. Francisco de Paula Valladar informaba, en su Guía de Granada de 1900, que apenas mantenía elementos originales que permitiesen formar una idea de la finca primitiva. A pesar de ello, entre los escombros de la zona ajardinada,Valladar vio los restos de un fresco con la representación de una escena caballeresca. Manuel Gómez Moreno también halló unos años antes fragmentos de algunas esculturas.
Aunque la indagación más importante en la trasera de esa finca de la calle Pagés se llevó a cabo hace relativamente poco, en 2020, cuando se efectuó una importante intervención arqueológica en un área de 1.100 metros cuadrados. Ahí se hallaron múltiples evidencias de ese jardín de Soto de Rojas de «verdes calles, cándidos arqueros, bravos soldados de jazmín florido, cupidillos de amor llenos de antojos, dulces rayos apuntan a los ojos, del olfato, y disparan los sentidos».
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