Cárcel por copiar 524 carnés en Granada para obtener créditos por más de 250.000 euros
La sentencia impone al falsificador, que operaba desde una casa de Almuñécar, tres años y tres meses de encierro
J. Y. O. era un auténtico profesional en la falsificación de carnés de identidad. Tal es así que era difícil distinguir entre un DNI original ... y el que él confeccionaba. Tenía su laboratorio en una casa de Almuñécar y llegó a simular 524 documentos de este tipo que usó, entre 2004 y 2017 para obtener tarjetas de crédito con las que realizó compras y retiró efectivo. Ahora pagará con prisión sus simulaciones, tras haber aceptado su culpa en el juicio. La Audiencia le ha impuesto tres años y tres meses de cárcel por dos delitos continuados de falsedad en documento oficial y otro de usurpación. Además habrá de pagar multas que suman 900 euros.
Así consta en la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de este caso. El fallo, que contó con la conformidad del procesado, está fechado el 21 de marzo y es firme. IDEAL ha tenido acceso a la resolución, en la que se plasman los detalles de la condena aceptada por J. Y. O., que inicialmente se enfrentaba a diez años de encierro y que ha estado representado en el proceso por el despacho de abogados de Cristian Pozo.
El fallo revela que en su domicilio fueron hallados carnés a medio hacer, impresoras, ordenadores y otros aparatos electrónicos
La sentencia revela que el montante defraudado asciende a más de 254.000 euros, que habrá de devolver a las entidades afectadas por sus operaciones fraudulentas. La mayoría de la indemnización (251.192 euros) habrá de abonarla a Servicios Financieros Carrefour E.F.C.
El fallo declara probado que J. Y. O. , «a lo largo de años se ha dedicado de forma profesionalizada a la creación simulada de documentos oficiales con diversas intenciones, patrimoniales y no patrimoniales». Así, elaboró DNI simulando a los auténticos «y llegó a crear un total de 524 filiaciones distintas», especifican los magistrados de la Sección Segunda, a la vez que detallan que el acusado carecía de ingresos o rentas declaradas desde el año 2016 a 2021, «siendo su principal y única fuente de ingresos la actividad ilícita» que desarrollaba.
Se da la circunstancia de que a J. Y. O., desde 1996 hasta 2013 le constaban 13 detenciones policiales «por falsificación de moneda, falsedad documental y estafa». Aparte, entre 2004 y 2017, «se acordó su búsqueda y detención» por la Sala de lo Penal no 4 de la Audiencia Nacional y por otros juzgados de Instrucción y de lo Penal de la provincia Sevilla y Málaga.
«El acusado, mediante la elaboración de documentos de identidad simulados y el uso de identidad de terceras personas, consiguió eludir la acción de la justicia hasta la prescripción de los delitos que se le imputaban y de las penas que se le impusieron», prosigue el fallo.
Calidad «extrema»
Pero el año pasado fue 'cazado'. El día 10 de febrero los agentes que le seguían la pista registraron el domicilio en el que operaba en Almuñécar. Allí fue localizado «un laboratorio profesional destinado a la creación por imitación de documentos oficiales del Estado Español, esencialmente Documentos Nacionales de Identidad». En él hacía copias de una calidad «extrema», indica la Audiencia Provincial.
Impresoras, tabletas, ordenadores, móviles y otros artículos electrónicos fueron decomisados por la fuerza actuante, así como 550 euros en efectivo y DNI «a medio terminar».
Según especifican los magistrados de Plaza Nueva, para cumplir los requisitos exigidos por las entidades de crédito para la concesión de las tarjetas, J. Y. O. «aparentó» una identidad ficticia y aportó números de teléfono dados de alta bajo una identidad creada expresamente para ello. Utilizó además cuentas bancarias «inventadas mediante la utilización de un software que le permitió calcular el código de seguridad y el IBAN». Y, a fin de aparentar ser solvente, fue un poco más allá: «se hizo pasar por empleado público».
Las tarjetas las recibía por correo y, seguidamente, «el acusado agotaba el crédito concedido en cada tarjeta mediante extracciones de dinero a través de cajeros o mediante compras en distintos establecimientos comerciales».
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