El campo apela a la unidad para no perder fuelle tras la primera protesta oficial
Las convocatorias oficiales tienen menos tirón que las marchas independientes, pero cortan durante cuatro horas el tráfico del puerto de Motril y la A-4
La furia del campo se desparrama. Los agricultores granadinos arrojaron tomates en la entrada del puerto de Motril y cortaron la A-4 en Guarromán ... en la primera jornada oficial y 'legal' de protestas convocadas por las principales organizaciones agrarias. Durante los próximos meses se ha confeccionado un calendario de movilizaciones, entre dudas de si los manifestantes perderán fuelle. Las convocatorias oficiales han servido para demostrar por encima la fuerza que el sector tiene de sobra, pero no han logrado movilizar a tantas almas como en 2020.Tampoco han superado las filas ni el contingente de chalecos amarillos que han sumado a golpe de cortar carreteras las agrupaciones independientes desde el pasado seis de febrero.
Antes de la covid, 15.000 agricultores cortaron Granada y en las últimas dos semanas se han contabilizado casi un millar en la protesta más numerosa de la provincia. En las citas oficiales y aunando el sentir de varias provincias no se ha sentido tanta repercusión. ASAJA. COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía hacen un nuevo llamamiento a la unidad para no perder relevancia en próximas citas y piden a los que «van por libre» que aúnen esfuerzos.
La rama motrileña y jienense de las protestas consiguió reunir solo a 3.000 personas, que exigieron una PAC más justa y el fin a la competencia desleal con hortícolas de terceros países. De acuerdo con las subdelegaciones de Gobierno, 300 de ellas se manifestaron en el puerto de Motril, frente a las 2.500 que impidieron el tráfico en Guarromán, aunque según los convocantes en la A-4 lograron recabar el apoyo de medio millar de manifestantes más que los que contabilizó la administración. «Es un día para hacer reflexión porque venimos de una semana cargada de actos, de protestas que no tenían ningún tipo de autorización y sin seguridad jurídica para los participantes. Apelamos a la sensibilidad de la plataforma independiente, que dispersan la reivindicación y desestructuran al campo. Quiero que sean conscientes de que hay protestas diseñadas que gozan de garantías, les invito a que se sumen. A todos nos unen reivindicaciones necesarias y objetivas», apuntaba frente a la dársena granadina Nicolás Chica, secretario general de UPA Granada.
Las cabezas visibles del campo de la provincia se dieron cita en Motril para «poner cara» y evidenciar el daño que la importación de hortalizas de países como Marruecos suponen para el agro español. Allí, Miguel Monferrer, vocal de COAG, lanzaba un «mensaje claro para lograr un frente común». «Los agricultores no somos enemigos entre nosotros. Es un buen inicio de las movilizaciones, pero faltan muchos más que creo que se irán sumando en las próximas jornadas. La agricultura desaparecerá si no conseguimos presionar a Europa. Que tengamos claro que el problema está en la regulación del sector que hace Bruselas», señalaba.
A primera hora de la mañana, los manifestantes se concentraron en la entrada Este del puerto -a la que se llega desde la autovía- para más tarde bloquear también el otro acceso y cortar durante cuatro horas el tráfico. La dársena no pudo dar salida a las cargas que traía el ferry de Tánger, mientras que varios camiones provenientes de Almería que habían descargado hierro mineral en el muelle se quedaron parados en el interior hasta el fin de la protesta.
Los agricultores, separados con pancartas de los antidisturbios, arrojaron media tonelada de tomates. La Policía Nacional controló los accesos y se vivieron momentos de tensión cuando los participantes amagaron con romper el cordón para entrar al puerto. Algunos reventaron incluso unos pocos frutos sobre los agentes, que identificaron a los agricultores más díscolos. En líneas generales, la marcha transcurrió sin incidentes.
Con megáfono en mano, agricultores anónimos alzaron la voz y dieron su opinión. «Los traidores son las empresas que negocian con Marruecos. No se puede permitir, nos humillan», dijo uno coreado por la masa. A la una de la tarde, la protesta se desinfló, pese a que la concentración estaba autorizada hasta las 19.00 horas. Los autobuses recogían a los agricultores para volver a sus localidades de origen. Málaga, Almería, Granada y el olivar de Cuevas del Campo estuvieron representados. A las 14.00 horas se restableció el tráfico por completo en la zona. La hilera de camiones que esperaban en el interior de la dársena pusieron rumbo a su destino. Del grito al cielo, a la completa calma en unos pocos segundos. Lo que tardó en llegar la hora del bocata.
El secretario general de Asaja, Manuel del Pino, criticó la política agroambiental de la UE y la postura del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, en torno al conflicto. «Se pasó de ligero y de sobrado al señalar el martes que la política agroambiental de la UE no tiene marcha atrás». »Si ese es el talante y la solución que va a plantear en la reunión a la que nos ha convocado, es mejor que no venga«, dijo. »No va por el buen camino. Si el medio rural no se mantiene social y económicamente vivo no habrá relevo generacional y por tanto, tampoco huerta», sentenció.
En el litoral, la mayoría de las cooperativas y almacenes trabajaron con normalidad, a excepción de El Grupo, que cerró en solidaridad con el campo. Fulgencio Torres, su presidente y representante de Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía, lamentó que los acuerdos bilaterales en materia de comercio exterior no limitan los cupos de hortalizas que se importan desde Marruecos ni regulan con eficacia los precios. «Los productos importados no se someten a las mismas inspecciones y emplean productos en su cultivo que aquí están prohibidos, mientras tiran abajo el precio de los alimentos que producen nuestros agricultores», evidenció.
Una marea amarilla
Miles de agricultores recorrieron cuatro kilómetros -dos de ida y dos de vuelta- la A-4, lo que provocó, según información de la Dirección General de Tráfico (DGT), cinco kilómetros de retenciones en ambos sentidos. Esta protesta tuvo su reflejo en otros puntos de España para cortar las principales arterias del país.
La autovía permaneció cerrada al tráfico durante más de tres horas. Un corte que obligó a camiones y turismos a esperar pacientemente a la altura del polígono industrial Guadiel de Guarromán. Los agricultores, ataviados con sus chalecos amarillos y banderas de sus agrupaciones sindicales, exigieron desde las 10 de la mañana hasta las 13.00 horas una Política Agraria Común (PAC) «más justa». La Guardia Civil desalojó la zona a la hora prevista sin incidencias y con la colaboración de todos los manifestantes, que se marcharon por las vías de servicio
Estas protestas son la línea de salida para las principales asociaciones agrarias. Por delante quedan más de una decena de 15 actos y una protesta clave, la tractorada por las calles de Granada. Agricultores y ganaderos se concentrarán a las puertas de las administraciones públicas y distribuidoras. De forma paralela y si no hay frente común, seguirán las inesperadas marchas de las asociaciones independientes.
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