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Mario Maya, en plena actuación. IDEAL

Camelamos a Mario Maya

Recuerdos de Granada ·

Su baile comenzó en el Sacromonte y con él recorrió el mundo varias veces. Su casa de Nueva York fue parada y fonda de muchos españoles que por allí pasaron y con su creatividad supo complementar al bailaor con el coreógrafo, gracias a las enseñanzas, entre otras, de su maestra Pilar López, hermana de La Argentinita

TITO ORTIZ

Viernes, 17 de agosto 2018, 00:12

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Nunca me expliqué cómo podía salir como si tal cosa de aquel BMW Z4 biplaza, del que a mí me costaba un mundo apearme. Cada ... vez que me decía: «Vamos en mi coche», a mí me entraban los sudores de la muerte, porque si difícil era entrar en el bólido plateado descapotable, lo de salir era jugarse las vértebras y las rodillas. Muchas veces para evitarle la triste escena de verme salir a gatas de su coche, yo le decía: «Anda, tira tú delante que te sigo en mi moto». Eran los tiempos en los que yo era su jefe de prensa y él dirigía su escuela para profesionales en La Chumbera. De puntualidad prusiana, Mario llegaba a las instalaciones a las ocho de la mañana. Nunca pude adelantarme. Por mucho que yo corría, cuando subía a la placeta mirador, Mario ya estaba esperándome mirando fijamente la Alhambra, imaginando mil coreografías para el interior del monumento nazarí, una por patio, decía. Tito, es tan bella que tengo en mi cabeza un baile distinto para cada estancia de ese recinto, algún día lo haré y tú lo contarás.

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