Los Callejones del Río Santo de Granada: una ruta de senderismo fluvial para huir del calor
El recorrido es de una distancia aproximada de cinco kilómetros y cuenta con varias pozas en las que refrescarse durante la travesía
El mes de julio no está siendo excesivamente sofocante en Granada. Sin embargo, aunque durante los últimos días los termómetros no estén alcanzando los 40 ... grados, sigue haciendo bastante calor en prácticamente todos los puntos de la provincia. Y aunque huir de ese calor no siempre resulte fácil, sobre todo sin aire acondicionado, existe una ruta perfecta para refrescarse y descubrir de cerca uno de los lugares con más magia de Granada.
Se trata de un recorrido en el Valle de Lecrín que es ideal para recorrer durante el verano: el sendero de Los Callejones del Río Santo. Se trata de un camino fresco, lleno de vegetación y con mucha sombra que se recorre con el agua por los tobillos e incluso en algunos tramos por encima de las rodillas. Una ruta que, eso sí, exige de cierta pericia y que es recomendable hacer con bastón y calzado específico para el agua.
El inicio de la ruta tiene lugar en la Plaza Alta de Albuñuelas, donde se puede disfrutar de una gran panorámica de la zona. Desde allí hay que caminar por una de las calles estrechas que llevan hacia el Río Santo, lo que nos hará llegar hasta la fuente Agrilla, que nos permitirá llegar hasta el lecho del río y un salto de agua.
Toda la ruta transcurre por el cauce del río, aunque en ocasiones, debido a que la vegetación es abudante, hay que buscar descensos alternativos. Durante la caminata los senderistas se encontrarán con varias pozas, lugares que resultan perfectos para refrescarse antes de proseguir.
Pasado casi un kilómetro desde la primera poza aparece un puente en el que se puede elegir regresar al pueblo o continuar fuera del cauce del río, por un camino paralelo que acabará devolviendo a los senderistas otra vez al río.
Si se continúa la ruta se llegará a una gran cascada doble con cuerdas para acceder a Los Callejones, un desfiladero en un entorno mágico en el que las piedras tienen formas fantásticas y ofrecen colores totalmente únicos. La ruta termina poco después, tras una zona de interés arqueológico, en un área recreativa.
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