Una cadena humana en Granada para 'reparar' el corazón de Rahma
Un grupo de sanitarios y voluntarios de la ONG Infancia Solidaria logran salvar a una niña keniata cuya esperanza de vida era de un año
Detrás de una historia extraordinaria a veces solo hay «personas con ganas». Con toda la vida por delante, Rahma, de 13 años, tenía los días ... contados. A la niña, que sufría una cardiopatía fruto de fiebre reumática por infecciones sin tratar con antibióticos, le quedaban menos de 12 meses. Llevaba tres años sin poder correr y sin ir al colegio en el poblado de Witu, cerca de Mombasa (Kenia), en el que vive con sus padres y sus seis hermanos, pero una cadena humanitaria articulada por la ONG Infancia Solidaria ha logrado que la menor tenga una segunda oportunidad.
El viaje de Rahma empezó en febrero. Gracias a su tía dio con Anidan, una organización con sede en Lamu que se prestó a ayudarla con su corazón complicado. El contacto entre asociaciones hizo que la pequeña tuviera la opción de volar hasta Granada para su intervención. La organización, que opera en toda España, recibió el informe médico con las necesidades quirúrgicas de la menor, que eran imposibles de abordar en su país.
Equipos médicos de distintas ciudades con los que la ONG trabaja evaluaron el caso. Profesionales del Hospital Universitario Virgen de las Nieves, entre los que se encuentra la cardióloga infantil Francesca Perín y Rocío García, cardióloga de adultos, ofrecieron sus manos para salvar la vida de Rahma.
La ONG solicitó asistencia sanitaria por razones humanitarias al Servicio Andaluz de Salud y el plan echó a rodar. La niña, que tenía tres válvulas comprometidas, llegó a Granada el 28 de febrero y requirió dos intervenciones. Le sustituyeron la válvula mitral por una mecánica y le arreglaron «de forma biológica» la aórtica, una de las operaciones más complicadas realizadas con este programa hasta la fecha. Estuvo mañana y tarde en el quirófano. Después, vinieron 20 días tensos e intensos de recuperación en los que ingresó varias veces en la UCI.
Hoy la menor ríe, juega, sueña y se prepara para volver a casa. «Estoy muy agradecida y feliz. Me gustaría poder ser doctora de mayor», dice en suajili, traducido al inglés por Mariam, cooperante keniata de una ONG. «Han sido momentos de miedo y angustia. Antes de venir aquí se fatigaba y llegamos a pensar que se quedaría en el camino», cuenta la voluntaria de 34 años, que también fue «una niña sin recursos a la que dieron una oportunidad» y ahora devuelve lo que puede a los niños de Kenia en la organización. Mariam se hará cargo del tratamiento de Rahma, que tendrá que tomar Sintrom de por vida, y de su educación cuando regresen a Kenia. La ONG para la que trabaja hospedará a la menor, que podrá visitar a su familia.
Los viajes de Rahma y Mariam han sido sufragados por la comunidad educativa del IES La Laguna de El Padul. Gracias a la solidaridad y los pequeños gestos de decenas de personas, los menores, que siempre vienen acompañados por un familiar o un adulto responsable, pueden recibir el tratamiento. Una vez aterrizan en España, las familias de acogida se hacen cargo de la manutención y de todo lo que necesiten.
Desde su llegada a Granada han estado acompañadas y acogidas por Blanca Román, profesora en el Ave María de La Quinta y voluntaria de Infancia Solidaria. «Blanca es una hermana para mí. Hemos compartido mucho en los últimos meses. Es ya de la familia», dice Mariam.
La profesora comenzó a prestar ayuda en la ONG hace poco y espera poder contribuir acogiendo a más pequeños. Conoció Infancia Solidaria a través de una amiga, Mariana, que también ha cuidado a Rahma estos meses. Mariana es compañera de trabajo en la empresa pública de Tragsa de Jerónimo González y Amelia Garrido, un matrimonio granadino que comenzó a cooperar con la organización y la introdujo en Granada en el año 2018. Desde entonces han formado parte de la cadena humana que ha salvado la vida de Ángel, Serah, Joseph, Francis, Flor y Rahma, seis niños de Uganda, Kenia o El Salvador.
3.000 euros, una vida
«Solo 3.000 euros, lo que cuesta un vuelo de avión, separan a una persona de la muerte. Se dice pronto y en frío, pero es así», resume Jerónimo, que compagina su trabajo en Tragsatec con el voluntariado en Infancia Solidaria y la coordinación de la ONG ASAD. Jerónimo, que también padece una cardiopatía, supo que tenía que hacer algo después de que a una de sus hijas la tuvieran que intervenir del corazón dos veces. «Pensé que tenía que dar gracias por nuestra Sanidad y los recursos de los que disfrutamos. No me parece justo: si mi hija hubiera nacido en otro sitio me hubiera tenido que despedir de ella en vez de someterla a unas horas de operación», cuenta. «Aquí nadie gana dinero. La ONG no tiene personal remunerado. Todos somos voluntarios y cualquier ayuda es bien recibida. Funcionamos por el boca a boca. Hay muchas personas que colaboran sin pensárselo, como Luisa o Alberto, José, Eva, Nuria, Mario, Estela y Emilio, que además de haber acogido a una de las niñas están pendientes de todos los trámites y revisiones, o las madres y los padres de la asociación de pequeños corazones. Sin ellos no sería posible. Solo somos personas con ganas».
Cualquier ayuda es poca. Para continuar con la cadena humanitaria han organizado una carrera solidaria en el colegio Ave María, donde trabaja la madre de acogida de Rahma. Esperan reunir granito a granito al menos 3.000 euros para poder ayudar al siguiente niño. «Esto no es caridad, ni queremos ser salvadores. Buscamos transformar la sociedad. Por eso, nos gusta implicar a los colegios y a niños y niñas de la edad de estos menores. Queremos que nuestros niños blancos no miren a otro lado», sentencia. En España se han operado a más de 366 menores gracias a este programa, además esta ONG atiende desde 2020 a 180 niños con Discapacidad Intelectual en Guinea Bissau, junto a la ONG Aida.
La ONG infancia solidaria busca continuamente familias de acogida para los menores que padecen estas patologías y su acompañante durante el periodo de tiempo que dura la operación y su recuperación. Igualmente, cualquier persona, familia, o empresa que esté interesada en colaborar puede hacerlo organizando eventos o actividades con el fin de recaudar fondos para cubrir los gastos de los siguientes viajes o haciéndose socio y donante. Para conocer más sobre el proyecto: angel@infanciasolidaria.org
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