La búsqueda de cocheras bloquea el nuevo contrato de transportes
Movilidad reconoce que el diseño del plan de inversiones y la estructura de coste no son una dificultad de cara a renovar la concesión
El contrato de transporte urbano debería haber sido renovado en 2023, fecha en que la concesión que actualmente disfruta Alsa a través de Transportes Rober ... llegó a término en los plazos inicialmente previstos. El servicio, sin embargo, sigue dándose con las condiciones originales a falta de que el Ayuntamiento de Granada licite los nuevos pliegos.
El proceso, que se arrastra desde el mandato anterior, sigue sin grandes avances cuando se van a cumplir dos años del cambio de gobierno. El motivo, según reconocieron ayer los responsables de Movilidad, es la dificultad que está teniendo el Consistorio para localizar una parcela que permita alojar las nuevas cocheras que empleará la futura concesionaria una vez que se adjudique el contrato.
La nueva concesión se espera que tenga una duración de «entre 10 y 15 años», según trasladó Movilidad este martes
A preguntas del grupo municipal socialista, que se interesó por la situación de los trabajos previos a la tramitación, la concejalía informó en comisión que la principal dificultad se encuentra en estos momentos en la localización de una parcela que sea viable para las nuevas condiciones del servicio. Como detallaron, la idea que maneja el área es aprovechar la renovación de la licitación para ahondar en la transición a un modelo eléctrico del sistema de autobuses.
Esta opción beneficiaría a la ciudad no solo en lo económico, dada la diferencia de coste entre el combustible y la energía eléctrica, sino que además permitiría aliviar problemas que afectan a la población como la contaminación atmosférica y el exceso de ruido. Los últimos pasos dados por el Ayuntamiento y la actual concesionaria han ido dirigidos a la renovación de la flota, apostando por modelos híbridos que reducen el consumo de combustible y tienen un menor impacto sonoro. Sin embargo, todavía existen muchos vehículos que disponen de sistemas más antiguos y afectan negativamente a la hora de circular.
Es este el motivo por el que la búsqueda de terrenos es tan relevante para Movilidad, que está peinando la ciudad de la mano de Urbanismo para encontrar unos terrenos adecuados que permitan no solo alojar a la flota, sino disponer de las instalaciones necesarias para afrontar la carga de los futuros vehículos eléctricos que se quieren emplear.
Subestación eléctrica
En su intervención, los responsables de la concejalía explicaron detallaron que los terrenos a los que se aspira deben estar ubicados cerca de una subestación eléctrica y tener unas dimensiones acordes. Sin embargo, reconocieron que el escaso término municipal que posee la capital nazarí y la presión urbanística están suponiendo un 'hándicap' para localizar el espacio deseado. A priori, según indicaron, ya hay lugares que podrían ser viables para las futuras cocheras, pero por ahora no se ha cerrado la cuestión de manera definitiva.
Lo que sí confirmaron los representantes de Movilidad al grupo socialista es que no consideran una dificultad algunos de los trámites técnicos en los que se venía trabajando en los últimos meses. En concreto, se refirieron a la estructura de coste que deberá tener el servicio una vez se adjudique la nueva concesión o el plan de inversiones que deberá afrontar la próxima empresa encargada de gestionar la red de autobuses urbanos. Ambas cuestiones se encuentran lo suficientemente avanzadas, según dejaron entrever, como para que la atención esté ahora más centrada en resolver la ubicación de las futuras cocheras.
Por su parte, desde las filas socialistas mostraron interés por el avance y cuestionaron la «falta de información» cuando, según reseñó la formación, se cumplen casi dos años del cambio de gobierno.
La concesión de los autobuses, la segunda más cara de Granada
La renovación del nuevo contrato de transportes no solo es relevante dado el retraso que acumula desde el mandato anterior, lo que está extendiendo las condiciones más allá del plazo para las que se pensaron, sino que además afectan a la que es la segunda concesión más cara de Granada. Con una factura anual que supera los 20 millones y que ha llegado a rondar los 30 en algunas ocasiones, la ciudad aguarda una renovación que se antoja clave para afrontar inversiones que permitan actualizar la flota.
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