La gran bola de fuego divisada anoche desde Granada cayó en forma de meteorito en el Golfo de Cádiz

El fenómeno fue observado por gran cantidad de personas desde distintos puntos de varias provincias de la comunidad andaluza, según informó a IDEAL el servicios de Emergencias 112 de Andalucía, que recibió numerosas llamadas justo después del avistamiento, que se produjo a las 20.46 horas. En redes sociales se pueden leer gran cantidad de testimonios de personas que aseguran haber presenciado el evento y también imágenes de su descenso hacia la Tierra.

La roca que generó el superbólido procedía de un asteoride y entró en la atmósfera terrestre a una velocidad de 53.000 km/h. La mayor parte de los testigos se encontraban en ese momento en la zona sur de España, principalmente en Cádiz y Sevilla, desde donde fue más visible y más llamativa su luminosidad, aunque también se pudo contemplar con mucha nitidez desde Málaga, Huelva, Córdoba, Granada y Jaén. Su alta luminosidad, superior a la de la luna llena, hizo que pudiera observarse desde casi toda la península ibérica. De hecho, hay testimonios en redes sociales de personas que lo vieron desde Madrid e incluso desde Portugal. En la provincia granadina en concreto, la gran mayoria de avisos proceden de la comarca de Loja y de los Montes Orientales. Desde Loja, precisamente, y desde Montefrío dos testigos avisaron a este periódico de lo que acababan de contemplar en el cielo.

El superbólido se inició a 93 km de altitud sobre el Golfo de Cádiz, según Madiedo, y finalizó a 18 km de altura sobre la vertical de la Base Naval de Rota. La velocidad de la roca y el brusco rozamiento con la atmósfera provocó que se calentase y se volviese incandescente hasta alcanzar esa luminosidad superior a la de la luna llena. Una vez sobre le Golfo de Cádiz avanzó hacia el norte y sobrevoló Cádiz capital antes de extinguirse sobre la Base de Rota. En su trayectoria mostró varias explosiones que provocaron aumentos súbitos de su luminosidad debido a diversas rupturas bruscas de la roca. El análisis preliminar del evento, apunta José María Madiedo en su informe, lleva a la conclusión de que la roca no se destruyó completamente en la atmósfera y que una parte habría sobrevivido hasta caer al suelo en forma de meteorito.

La bola de fuego fue grabada por los detectores que el proyecto SMART del IAA tiene distintos observatorios de la península. Las imágenes grabadas por esos observatorios han permitido triangular la trayectoria del bólido, como muestra el vídeo de recreación del fenómeno del IAA que ilustra esta información. Los detectores de SMART operan en el marco de la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa.