«¿Quién quiere una boda reducida?»
Restaurantes, cáterings, wedding planners, fotógrafos, floristerías... El sector de las celebraciones de boda vive una temporada «muy dura, muy penosa», aunque intentan mirar con optimismo hacia 2021
José E. Cabrero
Granada
Miércoles, 29 de abril 2020, 13:47
Una boda, además de una fiesta -la gran fiesta de tu vida, dicen-, es una forma de vida. A una ceremonia le rodea un ... complejo y articulado ecosistema de empresas, grandes y pequeñas, que proveen a los novios de todo lo que, al final, conformará la fecha señalada: restaurantes, lugares de celebración, cáterings, fotógrafos, flores, decoración, trajes, viajes, hoteles...
Con la irrupción del coronavirus, el sector vive una temporada «desastrosa» en sus meses más fuertes. El plan de desescalada contempla, en su fase 2, la posibilidad de celebrar bodas reducidas. La pregunta que se hace el sector en Granada es unánime: «¿Quién quiere una boda reducida?».
Cáterings y restaurantes
Ana Sánchez, una de las responsables de Grupo Mamunia, explica que, tras el anuncio de Pedro Sánchez, «aún no saben qué medidas tomarán» ya que no está suficientemente explicadas esas restricciones anunciadas. En Granada, la inmensa mayoría de bodas han buscado un 'plan b', es decir, una nueva fecha; algunas a final de año y, el resto, en 2021. «Sí tenemos algunos clientes que quieren hacer su boda como sea, por su situación particular, aunque sea reducida -dice Sánchez-. Aunque no es el normal».
María Taboada, gerente de Huerta del Sello, ha recibido alguna llamada de novios que han visto la posibilidad de una vuelta a la normalidad en junio. «Ellos son muy positivos... nosotros no sabemos lo que va a pasar. En cualquier caso, el 100% de nuestras bodas de 2020 tienen un plan b en 2021, lo que nos afecta mucho porque perdemos fechas futuras«.
Para Teresa Jiménez, del Restaurante La Estrella, el «desastre es absoluto». «¿Qué es una boda reducida? ¿50 personas? Eso no es una boda reducida, es una boda de juguete», lamenta. «Nosotros tenemos mucho espacio, pero quien tenga un salón para 100 personas, ¿qué hará?». Por último, lanza una duda que, opina, es la clave del asunto: «¿Tú irías a una boda ahora?».
«¿Qué es una boda reducida? ¿50 personas? Eso no es una boda reducida, es una boda de juguete»
En el Restaurante El Guerra, su gerente, Ana Isabel del Paso, cree que «el problema es que las bodas rondan, de media, los 150 invitados. ¿Quién dejaría a cien personas fuera para celebrar su boda? Los novios prefieren cambiar la fecha. Y piensa en los invitados que vienen de fuera, de otros países... ¿Una boda de 50 invitados? Alguna hay, pero son excepción».
Wedding Planners
Ana María Auriguiberry es wedding planner en Argaz Eventos. «Hemos estado hablando esta mañana muchos compañeros de Granada y, con tanta incertidumbre, lo normal es buscar el plan b». Auriguiberry espera que se den las restricciones para bodas mucho más claras, de manera que los novios puedan decidir si las afrontan o no: «¿Número de invitados exacto? ¿Puede haber copa de bienvenida? ¿Sin besos ni abrazos? ¿Sin barra libre? Así no se quiere casa nadie. Si nos dieran unas restricciones aseguradas nos podríamos adaptar. Pero lo cierto es que el sector boda en Granada, en 2020, está perdido».
«¿Número de invitados exacto? ¿Puede haber copa de bienvenida? ¿Sin besos ni abrazos? ¿Sin barra libre? Así no se quiere casa nadie»
Pese a todo, el sector de los organizadores de bodas quiere luchar contra el pesimismo y mira con ilusión hacia 2021. «Es todo muy complicado y hay que hacer encajes de bolillo para cuadrar a los proveedores otra vez ... Pero -termina- el amor nunca se debe perder, sea cual sea el día».
Trajes
Ese mensaje de esperanza lo comparte Claudina Mata, diseñadora de trajes de novia que también vive una dura temporada. «Lo importante es que nadie se quede en el camino. Tenemos que llegar sanos y salvos. El resto, lo superaremos», dice. Mata ha visto como todos los encargos que tenían se han retrasado o cancelado; «tenemos los mismo gastos pero los pagos se han alejado». Ella considera que el mundo de la moda va a sufrir un cambio que se quedará con nosotros: «El concepto de gastar dinero en ropa, ahora la gente se lo pensará dos veces, buscará cosas más económicas. No descarto sumarme al tren y, en un futuro próximo, hacer una una línea de negocio que se adapte a lo que está surgiendo».
«No descarto sumarme al tren y, en un futuro próximo, hacer una una línea de negocio que se adapte a lo que está surgiendo»
Mata, que cuenta con un atelier propio, volverá a tomar medidas en próximo 4 de mayo. «Poco a poco, volveremos».
Javier Cañizares suma 148 anulaciones en trajes de novio hasta la fecha. «La mayoría de bodas se han aplazado a 2021 y la perspectiva es que bajen un 70% este año -detalla Cañizares-. El problema básico es que no hay fines de semana suficientes para tanta boda. Es un palo gordo. ¿Bodas reducidas? Nadie se quiere casa con menos invitados y tampoco han dicho las cosas claras y la gente, ante la duda, cancela».
Fotos & flores
Otro de los sectores con la herida abierta es el de la fotografía. Macarena Corrales, de Objetivo 279, es positiva porque sabe que de todo se sale. «Soy fotógrafa y autónoma, te lo digo yo», añade. «No nos queda otra que afrontar las cosas como vienen -continúa-. No nos atrevemos a hacer las cuentas porque la pérdida es grande. Bodas, comuniones, sesiones de embarazada, fotos de familia... esta época es muy fuerte para nosotros. Y lo peor es que el daño no se quedará únicamente en este año, afectará a la temporada del año que viene».
Los fotógrafos de boda, como Corrales, están recolocando fechas e intentando ponerse en la piel de los novios: «Para las parejas es un día muy importante, un día que, en teoría, será único. Lo que quieres es disfrutar y que vengan todos tus seres queridos».
«Hemos perdido mucho dinero, no me atrevo a decir una cifra. Es una pérdida irrecuperable. Un desastre absoluto»
Estos días hemos visto cómo camiones tiraban toneladas de flores porque no tenían ningún destinatario. El sector de la floristería está sufriendo una racha «penosa» que se ve incrementada con la ausencia de bodas. «Nos han anulado casi todo, algunas a dos días de celebrarse, cuando todo esto empezaba», recuerda María Castillo, de Floristería Caladium. «Hemos perdido mucho dinero, no me atrevo a decir una cifra. Es una pérdida irrecuperable. Un desastre absoluto».
En definitiva, parece que la posibilidad de celebrar bodas reducidas sólo servirá a aquellos que, por situaciones personales muy particulares estén dispuestos a hacerlas. El sector, en general, cree que la mayoría de parejas granadinas optará por esperar o cancelar ante la perspectiva de no poder rodearse de toda su gente ni de, si quiera, darse un beso tras el sí quiero.
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