Un barrio unido por el reparto de alimentos

Así es el día a día de la asociación de vecinos de Casería de Montijo cada viernes desde hace cinco años. La plataforma acoge desde hace semanas a las familias que dependían del reparto de alimentos de Parque Nueva Granada y atiende ya a más de 300 familias, de las que más de la mitad han sido derivadas de este último barrio. «Tenemos conocimiento de que esto corresponde a unas 940 personas», afirma el portavoz, Clemente Arco.

Los beneficiados recogen en orden las cajas de frutas y hortalizas que les corresponden. Tras obtener los alimentos en una especie de mostrador improvisado, se apartan para no molestar a los siguientes y guardan la comida en bolsas de tela y plástico que traen de casa. Fátima se echa a un lado y deposita los pimientos, las berenjenas y los nísperos en un carrito. Su cara pasa de transmitir preocupación a alivio. «En casa comemos gracias al reparto de alimentos», dice. Va acompañada de su hermana, aunque en su vivienda son muchos más. Es de Marruecos, como otras muchas personas atendidas. Hay también españoles y suramericanos procedentes del barrio y de otros puntos de distrito Norte.

Gabriel acude también desde hace algunas semanas a la recogida. Es uno de los vecinos de Parque Nueva Granada que ha sido derivado a este lugar. Procedente de Venezuela, trata de regularizar su situación en España para acceder a un trabajo. «Nuestra vida continúa gracias a ellos», expresa con gesto de agradecimiento. A su gratitud se suma la de otras muchas personas allí presentes. «Solo podemos tener buenas palabras a lo que hacen por nosotros», reconocen.

Reciben a todo aquel que lo necesita y también les explican el procedimiento que deben seguir para constar en el listado los incluye en el reparto. «Estamos para ayudar a todo aquel que lo necesite», cuenta el presidente de la asociación.

Clemente supervisa que se siga el orden establecido. A su espalda, Susana se encarga de terminar los paquetes. «Que no se os olvide coger la sandía», se escucha. Están atentos de que cada familia reciba todo lo que le corresponde. Ejecutan un trabajo en cadena que no solo se extiende los viernes, también otros seis días más a la semana. «Esto es una labor que comienza cada día a las seis de la mañana», asegura Pepe, otro de sus voluntarios. Va con un furgón a tres supermercados a diario para obtener distintos productos. Los viernes, su recorrido se extiende también al Banco de Alimentos. «Es una labor que consideramos esencial desde la asociación de vecinos», asegura Clemente Arco. Su labor es referente en la capital por la gran cantidad de personas que reciben, un trabajo que se completa con 26 voluntarios.

Ellos mismos se definen como un barrio «humilde», en el que siempre se han ayudado y en el que «unos tienden la mano a los otros».

Justo cuando terminan de descargar los furgones, numerosas personas esperan a recibir ya sus alimentos. Durante el proceso, no paran quietos ni un segundo. «Esto es lo que armamos cada viernes», expresan. Una sonrisa se dibuja en sus rostros. «Así seguiremos muchos años más, hasta que el cuerpo aguante», aseguran sin ninguna señal de duda. El reparto de alimentos de la asociación de vecinos de Casería de Montijo tiene futuro asegurado.