Los bares de Granada descartan la ampliación horaria y apuestan por la extensión de las terrazas

La posibilidad estaba sobre la mesa desde el mes pasado, cuando la administración andaluza avanzó su intención de dar respuesta a las demandas del sector y ampliar temporalmente el horario de cierre de los establecimientos. La idea, como apuntó entonces el consejero de Presidencia, Administración Pública e Interior, Elías Bendodo, era que los establecimientos pudieran mantenerse abiertos hasta las 3 de la mañana, dos horas más que lo reflejado en la normativa vigente hasta entonces.

La iniciativa se materializó el 26 de mayo a través de un decreto-ley que concretaba su carácter temporal, al permitir únicamente el horario especial hasta el 31 de octubre. El texto recogía además una autorización motivada en el cumplimiento de los objetivos de calidad acústica en las áreas de sensibilidad habilitada para la instalación, entre otros, de terrazas y veladores en la vía pública.

Como reveló ayer el edil de Ocupación de la Vía Pública, el Consistorio mantuvo recientemente una reunión con los hosteleros granadinos para analizar la nueva reglamentación y acordar las medidas a implantar. La ampliación del cierre, sin embargo, fue descartada por los representantes del sector, que consideran «suficiente» el horario estival actualmente en vigor.

«Las terrazas tienen ahora una hora más que en invierno y es suficiente para el equilibrio entre el derecho al ocio y al descanso», dijo, al respecto, César Díaz. El concejal, que aprovechó la oportunidad para felicitar a los técnicos del área por su «agilidad» para atender las solicitudes de los establecimientos durante la crisis, subrayó que la opinión sobre evitar la ampliación horaria «no es solo del equipo de gobierno, sino que es compartida por la Federación de Hostelería».

El edil aprovechó la comisión para dar cuenta a los grupos de las instrucciones que, en materia de terrazas, se dieron desde el área desde el inicio de la desescalada. Según explicó, semanas atrás los técnicos recogieron todas las disposiciones sanitarias emitidas por el ministerio de Sanidad y la consejería de Salud para diseñar una orden que permitía a los establecimientos ampliar las terrazas conforme a lo aceptado en licencias de ejercicios anteriores.

Como condición, los bares debían disponer del espacio suficiente para la ampliación y asegurar una distancia de al menos dos metros entre los clientes. Además, en el caso en que la extensión afectara a negocios o edificios cercanos, tenían que contar con el visto bueno de los propietarios o de las comunidades de vecinos.

Según los datos que maneja la concejalía, la aceptación de la instrucción entre los hosteleros está siendo «muy buena». 438 de los 866 establecimientos que este año solicitaron la licencia de terraza han pedido ya la ampliación. Desde el área se subrayó ayer que esto no quiere decir que todas las demandas vayan a ser aceptadas y recordaron que, al facilitar la tramitación necesaria para evitar retrasos que pudieran dañar aún más al sector, se acordó también la implementación de inspecciones. Díaz apuntó que los técnicos de Ocupación de Vía Pública no están recibiendo «numerosas reclamaciones» y celebró la «rapidez e inmediatez» con la que se está trabajando.

Preguntado por la duración de la ampliación de la zona de terrazas, el edil hizo público que la intención del gobierno municipal es «volver a la situación anterior al estado de alarma». «Cada establecimiento tendrá la ocupación que le corresponda con la ordenanza vigente», subrayó el concejal.

El edil anunció ayer la reapertura de los mercadillos. Los puestos volverán a funcionar desde hoy en la Chana después de que la semana pasada se acordara en la comisión de venta ambulante la recuperación tras la pandemia. El área ha preparado un dispositivo especial para reducir el riesgo de contagio. Se han pintado líneas de seguridad a la entrada y salida, se han colocado carteles informativos, se han dispuesto geles hidroalcohólicos y habrá presencia de la Policía Local.

En los próximos días arrancará también el del Albaicín, mientras que los de Zaidín y Almanjáyar se mantienen a la espera de que se pronuncie el Ayuntamiento en diez días. «Son los dos más voluminosos de la ciudad y exigen unas medidas que no son fáciles de cumplir», explicó Díaz.