El Ayuntamiento se ve obligado a anular un contrato del Plan Albaicín por los retrasos
Suspendido el encargo realizado a una empresa para la elaboración de dos estudios sobre el barrio después de que el Consistorio no haya terminado a tiempo la documentación que iba a servir de guía
La renovación del Plan Albaicín va a camino de eternizarse aún más. El proceso, que se inició hace más de dos décadas, acaba de sufrir ... un nuevo revés después de que el Ayuntamiento de Granada se haya visto en la obligación de anular el contrato por el que una empresa iba a ayudar a la administración en la elaboración de la memoria económica y los estudios ambientales necesarios para la aprobación de la reglamentación, que define urbanísticamente qué se puede hacer y qué no en el barrio.
El motivo, como recoge el punto aprobado este viernes en la junta de gobierno local, es el retraso del Consistorio en la elaboración del documento que debía emplear la empresa a la que le había encargado la tarea en marzo pasado. Según refiere el expediente, al que ha accedido este periódico, el Ayuntamiento no ha culminado el texto de aprobación inicial que tenía que servir de referencia para la realización de los encargos, lo que ha motivado la suspensión del contrato.
El expediente abre la puerta a que el Ayuntamiento tenga que indemnizar a la empresa a la que realizó el encargo, puesto que el problema viene motivado por un incumplimiento de la administración. Así lo refleja el dictamen del interventor, que tira de las orejas además al equipo de gobierno de Marifrán Carazo al considerar que «debería haberse concretado de manera más concisa cuáles son los plazos estimados de aprobación de los documentos».
Consultado por este asunto, el edil de Urbanismo, Enrique Catalina, aseguró ayer que la suspensión es «temporal» y la justificó dada la imposibilidad de finalizar el documento de aprobación inicial «a causa del retraso en la obtención de información requerida a otras administraciones». El concejal dejó entrever que es consciente de la importancia del expediente sobre el barrio al referir que «desde que llegamos al gobierno estamos trabajando para solventar algo que lleva casi una década atascado».
El PSOE, por su parte, tildó lo sucedido de «despropósito». Para el edil Juanjo Ibáñez, «esto es una chapuza más de las que estamos viviendo estos dos años». «No hay nadie pendiente de los asuntos de gestión ordinaria y eso provoca que cuestiones como esta se hagan mal perjudicando a los vecinos, que van a sufrir un nuevo atraso en el Plan Albaicín», dijo el socialista, que lamentó un error que «le puede costar caro al Ayuntamiento como responsable del incumplimiento».
25 años de espera
El actual Plan Albaicín data de 1990, cuando la ciudad y, en especial, el barrio tenían unas necesidades que pronto se consideraron superadas. Fue ese el motivo que llevó al Ayuntamiento, con el tripartito en el gobierno, a promover la renovación del planeamiento en 2001, un movimiento que también buscaba hacerlo coincidir con la aprobación del Plan General que se estaba tramitando entonces y que aún sigue vigente. La iniciativa, no obstante, no pudo acometerse y cayó en saco roto en los años siguientes. Lo mismo ocurrió en 2007, tras la llegada de Torres Hurtado a la alcaldía. Urbanismo apostó por escoger al mismo equipo redactor del documento original, pero distintos problemas lo hicieron imposible.
El que está ahora en marcha es el tercer intento, que empezó a cobrar forma en 2016 después de la llegada del PSOE a la alcaldía. Con la recomposición de Urbanismo, los socialistas ordenaron que se retomara el trabajo hecho previamente y se introdujeran cuestiones de actualidad, como la limitación de las viviendas turísticas.
Al final del primer mandato de Cuenca, se presentó un avance del plan. Su tramitación, sin embargo, se vio ralentizada por la aprobación de la Lista, la Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía, que obligó a rehacer el texto al exigir planteamientos que antes no se contemplaban.
A finales de 2022, de nuevo con los socialistas al frente, se planteó un nuevo avance que establecía once zonas distintas entre el Albaicín y el Sacromonte en función de su naturaleza. Ocho se destinaban a residencial con limitaciones en el terciario y otras tres, que incluían el entorno de la abadía, la zona de las cuevas de las zambras y el eje del Darro, sí permitían un uso compatibilizado de sectores como el dotacional o el terciario. Aquel documento, como contó IDEAL, destacaba por la inclusión de planes de reforma interior, como las previstas en San Luis, Maristán y Carmen del Negro, y varios viales de conexión para acceder al Sacromonte. También incorporaba aparcamientos subterráneos previstos en lugares como Fajalauza o Elvira.
Los vecinos trasladaron alegaciones al documento que, como expuso este periódico hace un año, seguían sin ser resueltas. El equipo de Urbanismo, ya bajo gobierno de Marifrán Carazo, se concentraba en ese momento en la revisión de la normativa para incluir las observaciones realizadas por los técnicos de Cultura.
En marzo ya de este año, el gobierno local aseguraba que los trabajos se encontraban avanzados y por eso tramitó la elaboración de la memoria económica y los informes ambientales necesarios para la aprobación del Plan Albaicín, un contrato que ahora se ha visto obligado a anular por retraso en la elaboración del expediente.
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