El Ayuntamiento desbloquea Romayla tras ocho años de propuestas fallidas

La historia del Paseo de Romayla es extensa y comenzó en 2016. Por entonces le llamaron intervención en la margen izquierda del río Darro, desde el puente del Rey Chico hasta las Chirimías, y se categorizó como intervención blanda. Se firmó un convenio en 2017 y cuando estaba a punto de adjudicarse la obra –cuatro años más tarde–, las críticas estallaron y entidades culturales censuraron el proyecto redactado por el Ayuntamiento, que planteaba algo más bien 'duro'. Una especie de parque urbano que tenía hasta ascensor.

Desde entonces se ha estado reparando este proyecto, aunque el gobierno de Marifrán Carazo –que llegó al Ayuntamiento en junio de 2023– ha optado finalmente por redactar una propuesta renovada, con las consideraciones de la Unesco y con un concepto mucho más natural. El planteamiento es recuperar vegetación y hasta la antigua acequia.

El Ayuntamiento plantea una nueva propuesta que actuará sobre el paisaje, que revalorizará el patrimonio histórico y que restaurará el sistema hidráulico de la acequia hasta el acueducto de San Pedro, al que se le van a eliminar los entubados. Además se va a recolocar la cubierta de cobijas de piedra en la parcela del Aljibillo-Granadillo, oculta en algunos momentos y al aire libre en la parcela de las Chirimías.

También se restaurarán y musealizarán los restos arqueológicos encontrados –que han sacado a la luz las huellas de los antiguos molinos–, se restablecerán los pavimentos de empedrados granadinos de los cármenes que allí se asentaron, y se recuperarán las zonas ajardinadas en la parata del Granadillo y el sonido del agua de sus fuentes y de la propia acequia, si finalmente así se decide. Se trata de un proyecto respetuoso con los criterios marcados por la Comisión de Patrimonio de la Unesco, el Plan director de la Alhambra, a la vez que se integrarán en la propuesta los proyectos previstos para el taller de cordelería y el Hotel Reuma licitados por el patronato alhambreño. Cuando se termine la restauración, se colocarán unos 'totems' con códigos QR en los alrededores de los restos arqueológicos y lugares icónicos, que expliquen de qué tratan y cuál ha sido su función a lo largo de la historia, para que la visita esté completa.

«Nos pusimos a hacer un proyecto con las premisas del Patronato de la Alhambra. Ha sido empezar a restar cosas que no se venían oportunas y por fin se ha desbloqueado después de ocho años sin resolver. Ahora es una actuación mucho más sencilla, solo se restaura lo que existe: acequia, paratas, antiguos empedrados que puedan aparecer, se limpia de maleza, que no es autóctona, se sanea...», explica el concejal de Urbanismo, Enrique Catalina. El edil apunta que el anteproyecto ya ha pasado por la Comisión del Patrimonio y también ha superado el filtro de la Alhambra y de Icomos. Se han hecho informes patrimoniales, que se ajustarán ahora al proyecto final, que es un añadido a la base que ya está hecha.

Catalina asegura que la actuación «es muy aséptica». De mobiliario urbano habrá bancos y una luz tenue, tal y como se requería. Los desniveles se salvarán con plataformas elevadoras para personas con movilidad reducida «sin impacto visual».

Si la acequia volverá o no a llevar agua es un tema que tratarán con el Patronato de la Alhambra. «Son ellos quienes tienen que analizarlo y decidir lo más oportuno. Aún así, vamos impermeabilizarla», resalta Catalina.

El responsable de Urbanismo indica que ya se está redactando el proyecto y que pretenden que esté terminado a final de año para poder licitar la obra a principios de 2025. «La idea es que el año que viene estén los trabajos adjudicados y la ejecución será rápida porque no es complicada. Es más de entrar allí con el pincel», puntualiza Enrique Catalina. De todas formas, ya no van contrarreloj. Este equipo de gobierno amplió el convenio con el Patronato de la Alhambra –que es el que financia la obra con 1,8 millones– y tendrá hasta el 15 de noviembre de 2027 para ejecutar esta transformación de la ribera del Darro, después de que todos los plazos estuviesen agotados.

El proyecto anterior fue rechazado, en 2021, por Icomos, que pidió reducir los elementos de mobiliario urbano como pérgolas, escaleras, luminarias, barandillas, bancos, papeleras, cestos de basura para excrementos de perros, hitos y fuentes. También pidieron que la iluminación fuese tenue durante el día y prácticamente inexistente durante la noche, que se empleara separación vegetal sin barandillas, y que se estudiasen los jardines históricos para integrar en el diseño su traza y las especies originales.

La primera modificación del proyecto de rehabilitación del Paseo de Romayla después de que la propuesta original fuese rechazada por entidades como la de la Unesco ya eliminó el ascensor, elemento que centró las críticas de los colectivos y que se sustituyó por una plataforma para discapacitados. En el nuevo proyecto se recoge que se desbrozará la vegetación, se eliminarán alambradas, se recuperarán las pérgolas de la terraza principal del hotel del Bosque, el lineal del paseo del carmen de Granadillo y la bailarina.

La acequia se limpiará en todo su recorrido, se le retirará el embovedado de ladrillo y el entubado de hormigón, además de la restauración del empedrado que supone su base. Se restaurarán los restos arqueológicos y se tendrá la precaución de cerrar los accesos a las zonas con riesgo de caída de material del tajo de San Pedro.