«Me ayudan más de lo que pueden»
Marian, víctima de violencia de género, cura su pasado gracias al acompañamiento vital que recibe de Damos la cara Motril, una asociación que lo da todo por mujeres como ella
ÁLVARO LÓPEZ
Lunes, 8 de marzo 2021, 01:25
María Angustias Fernández, aunque todos la conocen como Marian, es una mujer valiente, aunque las heridas de la vida han hecho mella en ella. Mujer ... maltratada durante tres décadas, su caso es el ejemplo de que el apoyo a las víctimas de la violencia de género es una necesidad de nuestra sociedad. A sus 58 años, trata de sobreponerse a los reveses que ha sufrido en el pasado, pero gracias al apoyo de Damos la cara Motril, cada día son más pequeños.
«Si no me ayudan más es porque a mí me da vergüenza pedir ayuda», reconoce Marian a Ideal. Vive sola en una vivienda abierta al cariño que le dan sus compañeras de la asociación. Sin ingresos y sin ayudas de ningún tipo, porque aún no ha conseguido que el Estado reconozca que es una víctima de violencia de género, el soporte jurídico y psicológico de Damos la cara Motril es el escudo con el que afronta una vida llena de retos.
Lo que ha tenido que padecer le ha llevado a sufrir depresión. «De 30 días que tiene el mes, 28 estoy mal y dos bien». Pero esos momentos de felicidad son posibles gracias al acompañamiento que tiene de la oenegé motrileña en la que está. María, la directora, es una de las personas que más le tienden su mano. «Solo tengo palabras buenas hacia ellas, porque me dan todo lo que necesito». Dice que, si tiene cualquier momento de bajón, solo tiene que levantar el teléfono y hablar con Damos la cara Motril.
Marian, que es natural de Granada, pero lleva 37 años viviendo en la capital de la Costa Tropical granadina, lleva desde 2019 curando el sufrimiento que su exmarido le provocó. Por si fuera poco, sufre una minusvalía de más del 50% porque se cayó en plena calle y no pudo recuperarse de los daños. «Fui a juicio porque la culpa de mi caída fue del suelo en mal estado, pero como me llevaron directamente al hospital, no hubo pruebas y lo perdí».
Como no puede trabajar, pese a ser auxiliar de enfermería y haber ejercido como cuidadora de personas mayores, en Damos la cara Motril le dan soporte de todo tipo. «Lo único que no pueden darme es dinero, pero si se me rompe algo, me lo arreglan de forma gratuita. Me ayudan más de lo que pueden» Además, desde la asociación también están atentos a que haya comida para ella en el Banco de Alimentos, aunque Marian no esconde que le da «fatiga» pedir.
De cara al futuro, esta granadina prefiere no pensar demasiado, porque quiere vivir el día a día, cansada de la losa que tiene a su espalda por culpa de un pasado muy difícil. A la espera de que los problemas con su hijo también se resuelvan, Marian tiene la certeza de que todo puede ir a mejor. Sobre todo, porque fue víctima de la covid que golpeó también a algunos miembros de su familia. No obstante, pese a las adversidades, ella saca fuerzas de flaqueza: «Me gusta que me vean contenta, aunque luego no esté así».
Agradecida de corazón a Damos la cara Motril, pide que este tipo de asociaciones tengan mayor reconocimiento y más soporte por parte del Estado. «Con ellas me he sentido arropada en todo momento y, a pesar de todo, desde que las conocí hace dos años mi vida está mejor». Esperanzada por lo que vendrá, aunque visiblemente dolida por lo que le ha marcado su existencia en los últimos 30 años, Marian seguirá pisando fuerte y sin miedo a caer, gracias al apoyo de una oenegé que no va a dejarla sola nunca.
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