Un AVE que no pasa de segunda velocidad en Granada

El viaje en AVE a Madrid es el segundo más lento entre las capitales del país, solo superado por el de Huesca. El tren granadino no pasa de segunda velocidad desde meses después de su estreno y sigue lejos de ser tan competitivo como los que conectan el kilómetro cero del país con Córdoba, Málaga y Sevilla, además de otras 19 capitales del país. Es la principal conclusión que se puede extraer del análisis de los tiempos que figuran en la web de Renfe –tomando como referencia los más rápidos a la ida– en relación a la longitud de cada trayecto.

En este problema, el orden de los factores ha ido empeorando el resultado. El primero es la propia construcción de la línea. Para no alargar las obras hasta Antequera y llevar el AVE a Granada cuanto antes –esto es, 2019, cuando ya llevaba una década de retraso– las administraciones optaron por dejar para una segunda fase la construcción de la variante de Loja. Esta infraestructura, ahora en obras, es un atajo que evitará el paso de los trenes al ralentí por el municipio granadino, donde las modernas máquinas preparadas para ir a 300 por hora atraviesan un túnel del siglo XIX. Cuando esté concluida, a partir de 2026 en teoría, restará entre 10 y 15 minutos al trayecto.

Otro obstáculo es la propia organización de horarios, que corresponde a las dos empresas ferroviarias. Renfe opera las máquinas –la vía de Granada no tiene capacidad para que entren otros operadores– y Adif gestiona la infraestructura. Entre ambas, así lo han explicado en varias ocasiones a IDEAL fuentes oficiales de ambas, coordinan los tiempos de paso por cada estación. La supresión de servicios durante la pandemia obligó a reestructurar las frecuencias. Granada no recobró su tercera conexión con Madrid hasta dos años después del decreto de estado de alarma. Y lo hizo con tiempos lejanos a los del estreno en 2019. Tras la inauguración, el AVE más rápido tardaba 3 horas y 5 minutos en llegar a Atocha. En 2022, el más veloz cubría el viaje en 3 horas y 20.

Dio otra estocada al AVE de Granada el estreno de la vecina estación Antequera Alta Velocidad. En enero de 2023, los cambios agregaron diez minutos más al cronómetro: 3 horas y 30 minutos en total. Por motivos operativos, Renfe optó por parar dos veces en el mismo municipio: en la flamante terminal y en Antequera Santa Ana, a solo 15 kilómetros. En esta segunda cabe la opción de hacer trasbordo con otros trenes, la única ventaja para el usuario. La compañía tiene otro motivo a favor: parar en Santa Ana permite 'enganchar' el tren procedente de Granada con otro que sale de Málaga con el mismo destino, Madrid, reduciendo así costes pero sumando minutos a los pasajeros por una operación con cierta complejidad técnica.

La doble parada en Antequera solo se revirtió en un viaje de vuelta:todos los pasajeros que quieren ir desde Granada a Madrid enAVE tienen que detenerse dos veces en la misma localidad. Además, en uno de los trenes se detienen en Loja y Córdoba, en otro en Córdoba, y en el tercero en Córdoba y Puente Genil. En definitiva, hay entre tres y cuatro apeaderos intermedias desde Granada a Madrid. Contar con un tren directo a Madrid sería clave para arañar minutos al reloj. Hay 13 capitales con estación AVE que van a Atocha sin detenerse en ninguna terminal a medio camino.

A priori, según las fuentes consultadas por IDEAL, aquí no hay motivos técnicos ni relacionados con infraestructuras que impidan esquivar el paso por estos puntos:la decisión corresponde a Renfe.

Meses después de supeditar el AVE de Granada a prestar mejor servicio en Antequera llegó otro obstáculo. Comenzaron en mayo de 2023 las obras para renovar la línea AVE Madrid-Sevilla, la primera del país. Adif ha tratado de minimizar la afección concentrando los trabajos en horario nocturno, pero tuvo que reducir la velocidad máxima permitida en algunos tramos.

Como consecuencia, en septiembre de ese año, Renfe programó unos servicios con una duración comprendida entre las 3 horas y 40 minutos y las 3 horas y 52. La enorme diferencia con respecto al trayecto de 2019 despertó críticas entre las instituciones y la sociedad granadina y la ferroviaria rectificó: restó 12, 11 y 8 minutos a cada una de las frecuencias diarias de ida a Atocha. El cambio llegó en solo seis días, muestra de que es posible comprimir aún más los horarios y de que la empresa –una entidad pública que depende del Ministerio de Transportes– tiene margen de maniobra para devolver cierta competitividad a Granada.

En enero del 24, también por las obras de renovación, el viaje creció entre seis y siete minutos. En teoría, estos trabajos pasaron en verano a su fase final de ejecución, con el 85% completado, y no concluirán totalmente hasta 2026.

El último cambio llegó de la mano del final de año. Renfe estrenó la cuarta frecuencia con Madrid, un tren Alvia que completa el trayecto en 3 horas y 44 minutos. Llegó con retraso por la demora en la entrega de los Talgo destinados al norte del país, que debía liberar una unidad para cubrir el trayecto desde Almería hasta Madrid pasando por Granada y estrenar así el cambiador de ancho de Cerrillo de Maracena, que pasó meses cerrado y listo para su uso a la espera de la máquina y luego de un último papel que autorizara su uso.

En la última parrilla de Renfe, la que acumula todas las demoras citadas, el viaje más rápido es el de las 3 horas y 37 minutos. Son 32 más que en 2019 y no todo es achacable a las obras. Basta comparar con Málaga, que también se ha visto afectada por estos trabajos de renovación pero solo ha añadido 14 minutos a su AVE a Madrid. 13 agrega Córdoba. En el caso de Sevilla son diez minutos.

Otro asunto es el viaje de vuelta. Aunque el trayecto, en tiempo, es más corto que en los de ida, el último tren llega a Granada a las 23.28 de la noche, lo que también despertó críticas en el empresariado.