El AVE de Granada: dos décadas en la misma parada

Hace una semana, la alcaldesa de Granada se lamentaba en la entrevista publicada en IDEAL: «No entiendo por qué Granada no puede tener una conexión de AVE con Madrid como Málaga o Sevilla». Se refería Marifrán Carazo a un tren que salga desde la estación de Andaluces y no se detenga hasta entrar en Atocha. A partir del 17 de octubre, Málaga dispondrá de trece conexiones, de las que dos serán directas (2 horas y 38 minutos) y otras tres únicamente se pararán en Córdoba (2 horas y 45). Granada tendrá tres AVE –diez menos– y el más rápido (3 horas y 29) hará una doble estación en Antequera –por si alguien quiere entrar a vender molletes– y otra en Córdoba. El más lento soltará y recogerá pasajeros hasta en seis ocasiones. Con el riesgo de que te toque al lado ese viajero que contaba Gila en su monólogo; aquel que se conocía todas las estaciones y cada vez que se detenía el tren te pegaba un codazo en el hígado como alerta: «¡Utrillo! ¡Utrillo! ¡Qué rosquillas!».

«Granada debe tener la alta velocidad en las mismas condiciones que Málaga». Este titular de IDEAL no es el del domingo pasado de la alcaldesa. En este caso, corresponde a la entonces consejera de Obras Públicas Concepción Gutiérrez el 22 de septiembre pero de 2002. La socialista ya alertaba de que el de Granada no sería un AVE «con las mismas condiciones que el de Málaga, Córdoba o Sevilla».

Han pasado 21 años. Y ha pasado de todo y casi nada.

Esta semana se inauguró formalmente la ampliación de la terminal del aeropuerto, con la que se ganará un 30% más de espacio. Las instalaciones están preparadas para recibir dos millones de pasajeros anuales, aunque 2023 lo acabará –con suerte– en torno al millón. El aeropuerto más grande cuando hay menos vuelos y se quedará una sola conexión internacional a partir de noviembre. La 'malafollá' debe ser algo parecido.

La alcaldesa de Granada ya tiene cerrada la cita con el presidente de Iberia. Será en la tercera semana de octubre. Deben acompañarla el resto de instituciones y, de ese encuentro, tiene que salir el compromiso para recuperar el vuelo diario a Madrid de primera hora de la mañana. Lo que había hasta el 31 de marzo de 2019.

Pasan desapercibidas, pero gestionan obras y servicios en muchos municipios y, a menudo, suelen manejar más fondos –para gastar– que algunos consistorios; además de ser sitios discretos alejados de los focos. El PP se hizo esta semana tras casi una década con el control en la Costa, donde el socialismo había mantenido su punto de anclaje tras dejar de gobernar en los últimos mandatos los dos principales ayuntamientos. El resultado estaba cantado y era difícil que se le escapara al edil sexitano Rafael Caballero.

Otras dos mancomunidades que aspiraba disputar el PP sí se han ido a manos socialistas. Primero fue la de Baza, donde en primera votación ganó la candidata popular por un voto y, en segunda, una de las cuatro abstenciones se fue con la alcaldesa socialista de Cuevas del Campo, Carmen Rocío Martínez. El PSOE se llevó la mancomunidad tras el empate al ser la lista más votada.

Más desapercibida ha pasado el consorcio Vega Sur, hasta ahora liderada por la alcaldesa de Las Gabias, María Merinda Sádaba. El buen resultado del PSOE en Huétor Vega y La Zubia igualaron las fuerzas y los populares podían aspirar a un empate que se resolviese por sorteo. Desequilibró el último alcalde de Ciudadanos, Francisco José Martín, de Quéntar. Pese al poder e influencia que tiene en estos momentos el PP al controlar la Junta y la Diputación.