El aumento de la inseguridad preocupa a los vecinos del centro histórico de Granada

Chantal Caballero, de la Asociación de Vecinos del Centro-Sagrario, asegura que el incremento de los problemas viene ocurriendo desde hace meses. En concreto, según la representante vecinal, los robos en los comercios de calles como San Matías están aumentando en aquellos que se encuentran cerrados por ERTE. «Van por épocas y zonas según los negocios que cierran, el valor del género y su facilidad para venderlo. Muchos propietarios mandan empleados a dar una vuelta y también lo hacen ellos mismos», cuenta Caballero.

Chantal relata que han mantenido reuniones habituales con la Policía y que en ellas han detectado también que existen puntos de venta de droga en el entorno de la calle Santa Paula. Una actividad ilícita que empeora la vida de los vecinos. Por si fuera poco, la representante de los vecinos del Centro señala que ha subido el número de personas que duermen en la calle. Un drama que está teniendo consecuencias en supermercados de la zona porque, sostiene, algunos han tenido «muchos conflictos con gente que pide continuamente alimentos a cualquier hora y con la tienda llena y sin distancia social».

Pero no solo se denuncian robos o inseguridad en plena calle, sino que la imagen de algunas arterias muy conocidas del centro histórico está sufriendo desperfectos continuamente en el mobiliario urbano. Los vecinos también cuentan que algunos comercios que están vacíos tienen sus paredes llenas de pintadas y la suciedadse acumula en sus puertas. Una estampa que se repite por todas partes, sobre todo en el entorno de la calle San Juan de Dios, una de las más castigadas por la delincuencia.

María Navarro, una vecina de allí, relata a IDEALcómo está la situación. Preocupada por el aumento de los hurtos, califica de «vergüenza» cómo está el barrio. «No es solo San Juan de Dios sino también las calles que la cruzan», denuncia. Para María, lo que se vive es insoportable: «Da miedo porque los robos son constantes y no sabes qué te vas a encontrar al día siguiente. Eso está afectando a los negocios de la zona, porque todo lo que se monta no sobrevive».

La delincuencia del Centro salpica a barrios históricos como el Albaicín, cuyos vecinos no han dejado de señalar esta problemática en los últimos años, y el Realejo. Lo que hace décadas era una zona familiar, donde convivían buena parte de los vecinos de la capital, hoy padece las consecuencias de la inseguridad que se respira por sus calles. Alejandro Corral, presidente de la asociación de vecinos de los greñúos, cuenta que «desde septiembre se ha visto un gran aumento de robos: en la zona de Almanzora, bajo la Alhambra, prácticamente han robado en todas las casas. También en los comercios de las plazas Fortuny y Realejo se han producido hurtos, así como en domicilios, tanto en la zona del Realejo como en la zona cercana al Paseo del Salón».

Corral confiesa que entre los lugareños se ha creado «una gran alarma social por todos estos robos. Escribimos tanto a la Policía Nacional como a la Subdelegación del Gobierno pidiendo mayor presencia policial, que si bien ha aumentado sigue siendo puntual», asegura. Porque están cansados de vivir en un clima enrarecido en el que también llegan a producirse atracos, según cuenta.

La realidad es que la Policía Nacional está teniendo más trabajo del habitual en el centro histórico. Fuentes policiales consultadas por este medio dicen que se ha aumentado la presencia de agentes tanto en patrullas con vehículos como andando de paisano. Esto ha permitido que en los últimos 15 días se hayan producido 13 detenciones, lo que da cuenta de en qué punto se encuentra esta zona de Granada.

No obstante, la Policía agradece la colaboración de los ciudadanos que están alertando y avisando sobre los problemas que sufren, lo que está permitiendo dar caza a los delincuentes.