Aumenta la venta de espráis pimienta: «Los compran mujeres y hombres que se los dan a sus esposas e hijas»
Los adquieren para sentirse más «seguras» cuando caminan solas de noche y hay de dos tipos, aerosol y gel, con un efecto que dura hasta una hora
Ocasionalmente son los protagonistas indirectos de alguna noticia con violencia de por medio. Los familiares de un preso que fingió una dolencia para que lo ... llevaran al hospital intentaron liberarlo usando un espray pimienta para atacar a los agentes. También lo emplearon dos individuos contra los vigilantes del Hospital Clínico cuando pretendían echarlos por su mal comportamiento. Sin embargo, se podría decir que se usa muy poco en comparación con la de granadinos que lo poseen. Su adquisición se ha «multiplicado» en el último año en las armerías de la provincia, el único establecimiento donde se pueden comprar legalmente: «Ha habido semanas en las que nos quedamos sin stock».
La provincia de Granada cuenta con unas ocho armerías, es decir, negocios donde se adquieren armas, munición y accesorios para cazar o practicar un deporte reglado, las únicas modalidades que permiten obtener una licencia. Sufren férreos controles por parte del área de Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Granada, que se asegura de que todo el papeleo está en orden y accede al listado de compradores si es preciso. Sin embargo, en las armerías se venden también, aunque muchos lo desconocen, productos de autodefensa. Son, básicamente, espráis de defensa personal.
Consultados por este tema, la mayoría de estos negocios indican a IDEAL que se ha registrado un repunte en la venta de estos productos desde, aproximadamente, un año atrás. Las mujeres son las principales destinatarias; lo llevan en el bolso como medida preventiva ante un posible ataque. «Las ventas son elevadas, ellas nos comentan que tienen miedo de que les pueda pasar algo y es una forma muy fácil de defenderse. Es útil, sobre todo, si caminan solas de noche o entran muy temprano a trabajar», explica Cristina Orantes, de la armería Orantes, de Las Gabias. O lo adquieren ellas mismas o su padre o pareja. «Hay hombres que vienen y se lo llevan para todas sus hijas», añade. También han vendido a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a algún trabajador del sector de la noche. Los vigilantes de seguridad de hospitales granadinos también cuentan con ellos, pero según indican fuentes de este colectivo, aún no lo han usado.
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Durante el pasado año hubo «momentos con falta de stock», algo que Cristina Orantes no había vivido nunca. Ahora se ha normalizado, pero admite que las ventas se mantienen siempre altas. El precio del bote oscila en su tienda de los 14 a los 16 euros, aunque dependiendo del tipo y del negocio puede superar los 20. «Es asequible y no caduca hasta que pasan varios años. Se suele llevar escondido en el bolso y, afortunadamente, no ha venido nadie que me haya dicho que lo haya usado», cuenta la responsable.
Dos tipos
Hay dos tipos de espráis de pimienta. El de aerosol proyecta su contenido por aire de forma más amplia. Es es, quizás, el más conocido y, según varios negocios, el más adquirido. La otra modalidad es en formato gel, que expulsa un líquido a varios metros de distancia. La principal diferencia es que, mientras este va directo solo a la persona a la que se apunta, el de aerosol afecta también al que lo utiliza si se encuentran en un espacio cerrado. En otras palabras, toda la estancia se podría ver afectada y los que estén dentro sufrirían las consecuencias. «Aquí se llevan los dos tipos por igual», detallan desde la Armería Orantes. Los efectos duran entre 20 minutos y una hora, dependiendo del modelo.
Por otro lado, estos espráis contienen un compuesto que marca al presunto agresor para que pueda ser identificado por la Policía Nacional o la Guardia Civil durante 48 horas a partir de haber sido rociado. Al leer las instrucciones del de gel, indica que tiene hasta 15 disparos de un segundo para defenderse «de múltiples atacantes», con un «potente chorro» que alcanza hasta cuatro metros de distancia.
Son las armerías las que tienen autorización para vender las marcas homologadas en España. Sin embargo, en internet hay plataformas que los distribuyen igualmente. «Tienen que tener un código y estar aprobados en España. Lo que se vende por internet no se puede asegurar que sea legal», apostilla Marta, de Armería Holland. Además, ellos asesoran en persona a los clientes y les explican cómo se utilizan.
En su establecimiento también han percibido que las ventas de este producto «se han multiplicado» y, aunque no han llegado a agotarse, siempre hay clientes interesados. «El 90% de la clientela son mujeres u hombres que se los llevan a sus esposas e hijas», manifiesta. A su juicio, la razón por la que se compran más de un tiempo a esta parte es porque «ha aumentado la sensación de inseguridad en general». «Si salimos solas por la noche no nos sentimos protegidas», admite.
«Lo llevo siempre en el bolso»
Ana, trabajadora de la Amería Ruiz, admite que los espráis se venden «muy bien», pero nunca se han quedado sin existencias. «Lo compran las mujeres, y si lo adquieren los hombres es para dárselos a ellas», cuenta. Ella misma tiene uno. «Lo llevo siempre en el bolso y me da seguridad, lo recomiendo. Afortunadamente no lo he usado, pero en algún momento donde siento miedo llevo la mano metida en el bolso, agarrándolo. Lo bueno es que es relativamente pequeño y cabe ahí sin problemas», añade.
Por su parte, desde la Armería ferretería Garrido apuntan que las ventas dependen «de la alarma que se cree», pero las cifras se mantienen más o menos «estables». «Cualquier cliente con más de 18 años puede comprarlo», asegura. Por último, en la Armería Hijos de Paiz admiten que los espráis los venden «desde hace años» y siempre han tenido buena aceptación. En este local la clientela también son mayoritariamente mujeres que quieren sentirse protegidas en un posible momento de vulnerabilidad.
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