El auge de la Formación Profesional alarga las listas de espera a pesar del aumento de oferta
Las familias denuncian que los centros públicos de Granada no absorben la demanda y tienen que irse a la privada y desde Educación aseguran que las plazas y los recursos no paran de crecer
La posibilidad de encontrar trabajo casi antes de terminar los estudios se ha convertido en un argumento imbatible para optar por la Formación Profesional. Desde ... el primer día, se palpa el oficio, algo que hace a estos estudiantes muy competitivos. Los datos confirman el auge de la Formación Profesional, que gana en buena imagen y prestigio. El interés por cursar un ciclo es tal que, por primera vez en Granada, han disminuido los alumnos de Secundaria con 750 estudiantes menos, mientras que en FP ha sumado en la provincia 1.300 alumnos más.
Educación asegura que su estrategia es incrementar la oferta de plazas en ciclos formativos con alta inserción laboral. Hay más plazas: 15.347 de nuevo ingreso, un total de 3.309 plazas en cuatro años. En Granada, este curso, hay 33 ciclos más que el anterior: tres más de grado básico, 11 de grado medio, 15 de grado superior y cuatro cursos de especialización. En Granada, en los cinco cursos anteriores, la FP había sumado 5.700 alumnos más; es decir, se ha incrementado un 29%. Ahora hay más de 25.000 estudiantes que optan por esta formación que crece mientras el Bachillerato pierde fuelle en la provincia.
A la puerta de la Federación de la Asociación de Madres y Padres de la provincia, Fampa Alhambra, han llamado familias de jóvenes que se quedan fuera del sistema público de la Formación Profesional. Cuenta la presidenta de esta entidad, Rosa Funes, que hay estudiantes que se quedan fuera de la pública, que el sistema no da cabida, y que se ven abocados a la privada.
«Hay que crear urgentemente más plazas públicas de Formación Profesional porque hay estudiantes que se quedan fuera y sus familias no tienen medios para que estudien por la privada donde cuesta entre 3.000 y 6.000 euros cada curso», expone Rosa Funes. Desde Fampa Alhambra indican que los jóvenes de las familias más vulnerables pueden tener notas más bajas lo que les hace quedarse fuera y, de esta manera, «se acentúa la brecha social y seguimos sin avanzar».
La representante de las familias asegura que hay quien no puede hacer frente a la privada porque, además, si no son de la zona también tendrían que afrontar los gastos de una residencia. «Las notas de corte son altísimas y esta tiene que ser una educación para todos», recalca Rosa Funes, en nombre de las familias granadinas.
Alumnos en espera
En el instituto público Hermenegildo Lanz hay más de mil alumnos de Formación Profesional. El director, Miguel López Armenteros, explica que existen grandes listas de espera en los ciclos que se imparten en este centro de renombre con espacios para practicar formaciones como la Automoción. Para el ciclo de Actividades Fisiodeportivas o para el de Informática hay una lista de espera que roza los 400 alumnos en cada uno de ellos. En Electricidad, esperan unos 125 jóvenes para coger plaza. En todos hay lista de espera y notas de corte altas. Los estudiantes necesitan al menos un 7 para alcanzar plaza en los ciclos de este instituto tan solicitado.
López Armenteros apuesta por aumentar la oferta pública de Formación Profesional, por crear centros integrados y agrupar por familias los ciclos en los diferentes institutos. «Hay que crear centros especializados para acoger a más alumnos y también ir adaptando las familias profesionales al mercado», expone el director del H. Lanz. A este centro llaman las empresas en busca de trabajadores y a veces, como pasa con los informáticos, no tienen alumnos que ofrecer porque todos están trabajando. Es la magia de la FP, que algunos chicos consiguen trabajo antes de dejar el aula y más ahora, con la oferta de ciclos de dual, en la que se hacen prácticas en empresas donde suelen quedarse si todo va bien.
En el instituto Aricel de Albolote calculan que uno de cada tres alumnos que terminan 4º de la ESO pasan a ciclos formativos. Si los chavales no se pueden permitir estudiar FP en la privada, vuelven al Bachillerato y esperan su oportunidad. «Los jóvenes ahora quieren ponerse el mono con 16 años», expresa Benito López, director de este instituto que, por ejemplo, en Informática tiene 30 alumnos y casi el mismo número en lista de espera.
En Granada capital, en el Padre Suárez, indican que la FP es el futuro porque este país demanda personal cualificado. El centro está abarrotado, según cuenta el secretario, Ignacio Peña, que añade que los ciclos relacionados con la informática tienen ahora mucha salida. El presidente de Adián (asociación de directores de instituto), José Madero, indica que las listas de espera son amplias pero que ahora están un poco mejor «porque ha aumentado la oferta de la FP».
En el instituto Aynadamar también hay listas de espera que varían según la familia. En los ciclos sanitarios más de un centenar de alumnos se quedan fuera de estas formaciones que sirven, en ocasiones, como puente para cursar un grado posteriormente. Según expone la directora, María Angustias Pérez, existe una bolsa de trabajo a través de la cual los alumnos encuentran trabajo. Por ejemplo, los de ortoprótesis acaban todos colocados. «Este curso hemos aumentado la oferta con el ciclo de caracterización y queremos pedir el de emergencias», señala la directora.
En el IES Albayzín de Granada también están a tope y querrían ampliar sus ciclos aunque es complicado. El director, Rafael Pérez, manifiesta que hay mucha demanda y que los alumnos, especializados en sonido, imagen y producción encuentran trabajo fuera ya que el mercado granadino no demanda tanto este tipo de profesionales.
«Queremos crecer y tener más ciclos pero no tenemos espacio»
El director del H. Lanz, Miguel López Armenteros, reconoce que ganas no le faltan para embarcarse en la aventura de crecer. Este instituto podría acoger más ciclos formativos pero no tienen espacio físico. «A nuestro lado hay un descampado que si en vez de eso fuese un edificio lo llenaríamos enseguida», expresa el director de este centro público de Formación Profesional. Institutos como Aynadamar o el IES Albayzín también quieren crecer aunque las posibilidades son pequeñas porque no tienen cabida y porque esos nuevos ciclos hay que dotarlos con profesores especializados y material, que llega financiado con fondos europeos.
La Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional destina este curso 4,4 millones de euros en equipar ciclos formativos de Formación Profesional de centros de la provincia granadina. Esta inversión, según asegura la delegada territorial, María José Martín, demuestra una vez más la apuesta del Gobierno andaluz por las enseñanzas de Formación Profesional, que son «un eje clave para el impulso de la empleabilidad de nuestros jóvenes, para el fomento del aprendizaje y la cualificación permanente y como instrumento fundamental para evitar el abandono temprano y el fracaso escolar».
La delegada explica que la Agencia Pública Andaluza de Educación (APAE) ha tramitado este año expedientes de licitación para la adquisición de equipamiento para ciclos formativos que, una vez adjudicados, supondrán una inversión estimada de más de 3 millones de euros de la que se beneficiarán un total de 34 centros de la provincia. Además, la Consejería ha destinado 1,4 millones de euros para que los centros que imparten Formación Profesional puedan adquirir o actualizar equipamiento. «Se está haciendo un esfuerzo inversor grande por la Formación Profesional en la provincia, cada vez con más medios y más recursos para acoger a más alumnos», apunta la delegada.
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