La Audiencia de Granada lamenta la frecuencia con la que las víctimas de maltrato se retractan

El análisis sobre esas retractaciones o negaciones de las mujeres que sufren malos tratos lo firma la magistrada de la Sección Segunda del tribunal provincial Aurora González Niño en un fallo que dictó en abril. La jueza se refería a la resistencia de la agredida en ese caso a ser considerada víctima de un delito de violencia de género «alineándose con su pareja, el acusado, para negar la agresión».

A continuación, subrayaba que este «no es un caso aislado o extraño en la práctica judicial, pues la experiencia del día a día nos enseña, lamentablemente, la frecuencia con que algunas mujeres víctimas de maltrato se niegan a denunciar, o una vez formalizada la denuncia se niegan a ratificarse en ella o a declarar contra su marido, pareja o compañero actual o ya terminada la relación, o se acogen a la dispensa legal o incluso se retractan ya en el juicio oral de lo declarado en la fase instructora del proceso asumiendo el riesgo de incurrir en delito de falso testimonio».

El episodio que examinaba esta jueza era un golpe machista en plena calle. Sucedió la noche del 2 de septiembre de 2021 en la Plaza Gran Capitán de Granada. El tipo hizo caer a su pareja sentimental y el asunto se tramitó como un juicio por delito leve de lesiones.

La agresión se enjuició en el Juzgado de lo Penal 6 de la capital, que impuso al individuo medio año de prisión «como responsable de un delito de maltrato sin lesión en el ámbito familiar». También le prohibió portar y tener armas durante un año y un día, y acordó una medida de alejamiento, en virtud de la cual el agresor no podrá acercarse a menos de 100 metros de la víctima durante un año y siete meses. Tampoco se le permitirá hablar con ella, ni siquiera por WhatsApp.

La magistrada, que desestima tanto el recurso del condenado como el de la víctima, profundiza sobre la actitud de ella y de otras mujeres que dan ese paso atrás. Admite que para algunos puede ser «incomprensible», pero, a su juicio, «puede explicarse por varios factores, desde la denuncia falsa (las menos), hasta lo que suele ser lo habitual: el miedo a la represalia o (las más) la profunda dependencia no sólo material o económica sino psicológica o emocional que las mujeres víctimas del maltrato de género tienen de sus agresores y la ambivalencia de sentimientos a que se enfrentan».

En este punto, la jueza indica que no hay que excluir tampoco «la asunción por algunas mujeres del patrón machista en que han sido educada, resignándose a aceptar los roles tradicionalmente asignados por la sociedad patriarcal a la mujer de subordinación al dominio del varón y a disculpar con resiliencia los actos de violencia contra ellas».

Y eso, añade, es «justo lo que las políticas actuales en la lucha contra esta auténtica lacra social tratan de remediar con ese despliegue de instrumentos legales de que la sociedad actual se ha dotado desde la promulgación de la Ley Orgánica1/2004 de Medidas Protección Integral contra la Violencia de Género, incluyendo la protección penal». Esa norma, al amparo de la que se crearon los Juzgados de Violencia sobre la Mujer, ha alcanzado la mayoría de edad. De su entrada en vigor se han cumplido ya 18 años.

No se puede saber, lógicamente, cuántas mujeres sufren maltrato de sus parejas si no lo cuentan a su entorno, si no lo denuncian, si no dan el paso para salir de esa atmósfera irrespirable. Las que lo hacen ponen en marcha la maquinaria judicial contra la violencia de género y permiten valorar las dimensiones y evolución de esta lacra que no cesa.

Uno de los informes más exhaustivos que se elaboran sobre violencia de género lo publica periódicamente el Consejo General de Poder Judicial (CGPJ), máximo órgano de gobierno de los jueces. Y el balance sobre esta lacra social y su reflejo en la actividad judicial del primer trimestre de este año por provincias refleja que en Granada, entre el 1 de enero y el 31 de marzo, hubo 1.299 mujeres víctimas de violencia de género, 964 de ellas españolas. En Jaén, 548 y casi todas españolas (solo 40 eran extranjeras). Y en Almería, 829, de las que más de la mitad (450) eran de otras nacionalidades. Málaga fue la provincia donde más víctimas de la violencia machista se contabilizaron (1.959), seguida de Sevilla (1.684).

En la misma estadística, figuran en Granada seis menores tutelados víctimas de violencia (el TSJAya alertó en su última memoria sobre el aumento de la violencia machista en la juventud), mientras que en Jaén había ocho y ninguno en Almería.

En cuanto a las denuncias, Granada registró 1.311 por violencia de género, nueve de ellas presentadas directamente por las víctimas en el juzgado. Hubo 929 atestados policiales con denuncia de la víctima, 13 con denuncia de un familiar y 86 por intervención directa familiar. En Almería, se registraron 554 atestados con denuncia de la víctima. En Jaén, 458.

En el primer trimestre, fueron 13 los casos en los que la víctima se acogió en Granada a la dispensa a la obligación de declarar como testigo (para no hacer manifestaciones en contra de su supuesto agresor por ser pareja). En Almería fueron 11 y en Jaén 28. Las cifras no son elevadas, ciertamente, pero en el día a día, hay magistrados, como la citada jueza de Granada, que asisten a ese paso atrás. El teléfono contra el maltrato es el 016.