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El procesado, esta mañana, sentado en el banquillo, en la sala de vistas de la Sección Segunda. YENALIA HUERTAS
El acusado de intentar asesinar a su ex: «No era yo. Cerré los ojos y, cuando escuché 'ay, ay', estaba ya ella en el suelo»

El acusado de intentar asesinar a su ex: «No era yo. Cerré los ojos y, cuando escuché 'ay, ay', estaba ya ella en el suelo»

Antonio S. P. reconoce parcialmente los hechos durante la primera sesión del juicio que ha comenzado en la Audiencia de Granada y alega que había bebido mucha «cerveza» antes de asestar 15 puñaladas a la víctima

Yenalia Huertas

Granada

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Lunes, 17 de mayo 2021

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«Quiero pedirle perdón a la familia y a ella». Con esta frase ha comenzado esta mañana su declaración Antonio S. P., el acusado de haber asestado más de quince puñaladas, en los Jardines del Triunfo de la capital, el 16 de mayo de 2019, a la mujer con la que había mantenido una relación sentimental unos tres meses atrás. Ella, madre de tres niñas, era en aquella fechas usuaria de un centro de acogida de esta ciudad y aquella tarde (eran sobre las 20.45 horas) se topó con el que pudo ser su verdugo. Afortundamente, salvó la vida.

Antonio, sgún ha manifestado en la Audiencia Provincial, bebió aquel día mucha «cerveza» en «varios parques» y, mientras caminaba por Granada, se encontró una navaja «al lado de San Juan de Dios», que se guardó porque le gustó. «Yo nunca salgo con un arma de mi casa», ha garantizado.

Siguió su camino, supuestamente para coger el bus para regresar a su pueblo (Barrio de Monachil), pero observó a su ex «sentada en un banco» en los referidos jardines y se acercó a ella. Él sabía, como ha admitido, que ella podía estar por allí, aunque «no era seguro». La víctina estaba con otro «muchacho», al que él pidió un cigarro. No se lo dio. Y le llamaron, ha dicho, «borracho». Entonces insistió y, ante la nueva negativa, sacó la navaja.

Sobre su acción criminal, ha aseverado no recordar mucho más, aunque ha admitido que fueron «muchas» las veces que apuñaló a la joven. «No era yo. Cerré los ojos y cuando escuché 'ay, ay'' ya estaba ella en el suelo», ha declarado Antonio, durante el interrogatorio de la fiscal del caso, que es la delegada de la Sección de Violencia contra la Mujer de la Fiscalía Provincial de Granada, Susana Vega. Junto a ella, estaba sentada la abogada especializada en violencia de género Carmen Solera, en representación de la acusación particular.

«La vi en el suelo cuando abrí los ojos y eché a correr», ha agregado el procesado, para receonocer haber hecho «una barbaridad» y negar que tuviera intención de matarla. Ella, según ha admitido, no se defendió. «A la vista está que no», ha añadido.

«Me llevaba bien con ella. Hablábamos por WhatsApp», ha expresado el procesado, que negó haberle insistido en volver tras la ruptura. La fiscalía le pide 13 años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa con la agravante de parentesco.

En su huida, el acusado tiró hacia el Arco de Elvira, pero fue interceptado por la Policía y detenido. No recordaba esta mañana tampoco haber exhibido la navaja al agente que le dio el alto. Desde entonces se encuentra en situación de prisión provisional.

Según el relato de la fiscalía, por la zona se encontraban asimismo las tres hijas menores de la víctima, pero las personas que acompañaban a la mujer en ese momento se alejaron con ellas porque inicialmente él le había pedido hablar a solas, algo a lo que ella se negó después de haber aclarado que no retomaría la relación.

La mujer necesitó tratamiento médico y quirúrgico ante las lesiones sufridas, de las que tardó en curar más de un año y pasó más de tres meses hospitalizada. Ha perdido la visión del ojo izquierdo y, además de los trastornos psicológicos que le ha generando la agresión, le han quedado múltiples cicatrices en la cara, tórax, abdomen, espalda, miembros superiores e inferiores, entre otras secuelas.

La acusación particular ha pedido que sea condenado a 15 años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa con la agravante de género y de parentesco, informa Europa Press. La defensa, por su parte, pide que los hechos sean calificados de un delito de lesiones y penado con seis años de cárcel, alegando anomalía psíquica y alcoholismo por parte de su cliente. El juicio está previsto que continúe este martes. El teléfono contra el maltrato es el 016 y no deja rastro en la factura.

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