Asaja cifra en 50 millones las pérdidas del campo de Granada con la nueva PAC

El presidente de Asaja Granada, José Hita, y su secretario general, Manuel del Pino, desgranaron este miércoles, en un encuentro con los medios, las consecuencias que, según sus cálculos, tendría para la provincia la futura PAC presentada el 16 de julio y recibida con alarma por las organizaciones de granjeros europeos.

Según sus cálculos, los 30.000 perceptores de esas ayudas en la provincia de Granada reciben actualmente 131 millones de euros al año en ayudas directas, que se verían recortadas en un 22%, es decir, en unos 30 millones de euros. Este recorte se sumaría al que ya sufrió el campo andaluz en la PACvigente, de otro 20%.

Además, la Comisión no solo se plantea reducir el presupuesto de ese primer pilar de la PAC –de 387.000 a 302.000 millones– sino también reformarlo, fusionando las subvenciones al campo con otros instrumentos de desarrollo, lo que obligaría a la agricultura y la ganadería a competir con otros sectores económicos por los mismos recursos. Así, también peligrarían las ayudas del segundo pilar, líneas de apoyo que se obtienen en concurrencia competitiva y que no van destinadas solo a los agricultores, sino también a la industria agroalimentaria, la incorporación de jóvenes al campo, el desarrollo rural de los municipios, la modernización de explotaciones o la mejora de regadíos. Este tipo de subvenciones, recordó Del Pino, son las que han permitido en los últimos años modernizar almazaras, alhóndigas y otras infraestructuras agrícolas en muchos pueblos de Granada.

En este segundo pilar, los agricultores de la provincia perciben anualmente en torno a 20 millones de euros que también peligran si la Comisión Europea lleva a cabo sus planes, afirma la organización agraria. Es decir, en total la pérdida de ayudas podría ascender a 50 euros anuales, 250 a lo largo de los cinco años de vigencia de la nueva PAC.

Otro aspecto de la reforma que preocupa a la organización es la exclusión de los agricultores jubilados del sistema de ayudas, cuando en Granada el 40% de los titulares de explotaciones agroganaderas tienen más de 65 años y continúan al frente de sus fincas por falta de relevo generacional.

En la provincia los sectores más afectados, según la organización, serían el olivar tradicional, el almendro, los cereales de secano y la ganadería extensiva, fundamentalmente en las comarcas del norte de la provincia, Los Montes, Alhama-Temple y la Vega.

La PAC –excepto en una parte mínima de ayudas menores a cultivos de alta montaña– no tiene en cuenta las limitaciones estructurales que soporta la agricultura en territorios como Granada, denuncia Asaja, con déficit histórico de recursos hídricos, escasez de lluvias y una orografía complicada que dificulta y resta rentabilidad a esta actividad.

Otro aspecto de la reforma que preocupa a la patronal es que, con el pretexto de favorecer a los pequeños agricultores, pone en serio riesgo la viabilidad de todo el sector. En Granada, explicó Del Pino, hay unos 6.000 agricultores «profesionales» y otros 24.000 que gestionan sus cultivos «como una segunda actividad». La Comisión Europea pretende aumentar un poco las subvenciones a estos últimos, pero con ello amenaza la viabilidad de quienes basan su sustento en la agricultura o la ganadería.