Solidaridad en Granada
Voluntarios reforman la casa de Chauchina incendiada y emocionan a sus dueños: «Podremos volver a empezar»Dos semanas después del suceso, la familia ve la luz al final del túnel gracias a la solidaridad de los ciudadanos
Hace dos semanas, sus rostros eran de angustia; esbozaban, como mucho, un par de sonrisas al día. Ahora ríen a carcajadas y, cuando lloran, cada ... vez es más por emoción que por pena. Como el ave fénix, la familia de Chauchina que sufrió un incendio que calcinó su vivienda resurge de sus cenizas. Dos semanas después del suceso, empiezan a ver la luz al final del túnel gracias a la solidaridad de los ciudadanos. No solo por las donaciones, tanto de bienes como de dinero, sino también por todas esas manos que se han ofrecido a ayudar. A sacar los recuerdos quemados y limpiar, tarea que finalizó en unas pocas horas; y a comenzar la reforma. «En menos de una semana tenemos ya media casa arreglada», cuentan con lágrimas en los ojos los dueños, Manuel Muñoz y Antonia Amigo.
IDEAL adelantó la noticia la semana pasada y, desde entonces, la generosidad ha ido in crescendo. Los voluntarios que acudieron el primer día sacaron «en una hora y pico» todo lo que había dentro del domicilio, enseres inservibles que fueron directos a la basura. Una vez que la casa quedó vacía, derribaron los muros que peligraban y dejaron la estructura lista para darle una nueva vida. Después, llegaron los primeros voluntarios a realizar la reforma, que ahora se centra en la colocación de tubos para la electricidad, la fontanería y el pladur. Un total de once personas -algunos familiares- trabajan a destajo para dejarlo todo a punto lo antes posible. Con suerte, en agosto podrán reinaugurarla.
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«Ahí antes había dos ventanas, ahora van a poner una grande», dice Antonia, que sueña despierta con cómo quedará su hogar renovado. Ayer les llegó la puerta de entrada, blanca y radiante. Además, les han regalado ya el termo, el microondas y los muebles de una habitación, así como los suelos, azulejos y grifos del baño. «Han sido sobre todo empresas de Chauchina, pero también de Alomartes, Íllora, Tocón… De todos lados, es que no nos lo creemos. No podemos nombrarlos a todos porque son muchísimos, pero gracias, gracias de corazón», agrega la mujer, que ha comenzado a ir al psicólogo para asimilar todo lo que está viviendo. «Aún soy incapaz de hablar de esto sin llorar», afirma.
La sociedad granadina no se olvida de ellos por más días que pasen. En Íllora, ayer organizaron una fiesta de la primavera solidaria, cuyos beneficios irán íntegros para la familia. Con ese dinero, además del resto que les han donado desde toda España, adquirirán todo lo que les falta para amueblar la casa. «Vamos a poder empezar de cero. Hemos pasado de estar ahogadísimos a imaginar un futuro», sentencia la pareja mientras, de fondo, suenan los taladros.
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