2,8 millones de ayudas para la empresa de Atarfe que fabrica envases con plástico de botellas
Envases Ureña recicla cada mes 700 toneladas de plástico procedente de residuos y lo convierte en 28 millones de envases alimentarios
En una planta sin rótulo en la puerta del polígono empresarial Sierra Elvira de Atarfe se 'esconde' una de las grandes fabricantes españolas de envases ... de plástico reciclado para fruta y verdura. Envases Ureña, que ha cumplido setenta años de historia con los nietos del fundador Francisco y Mari Carmen al frente, comenzó fabricando cajas de madera para la fruta y a día de hoy es una referencia nacional en envases de madera, de plástico reciclado y de tableros contrachapados de chopo, con más de 600 hectáreas de árboles propios.
La consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos del Gobierno andaluz Junta Carolina España visitaba este miércoles las instalaciones de la empresa granadina que en los últimos cuatro años ha recibido ayudas de la Agencia IDEA por valor de 2,8 millones de euros, que les han permitido movilizar una inversión de casi doce.
Los proyectos de innovación y ampliación de la planta financiados con esas ayudas les han permitido multiplicar su producción por cuatro, según explica a el gerente de la empresa, Francisco Ureña. Las empresas hortofrutícolas de la Costa granadina se encuentran entre sus principales clientes.
Tienen una plantilla de un centenar de personas entre la central, en Iznalloz y la planta de transformación de plástico en Atarfe y sus principales nichos de mercado son Portugal y Francia, además de España.
El giro a la transformación de plástico reciclado, con el que comenzaron a trabajar hace siete años en Atarfe, ha sido clave en el crecimiento de la empresa que cada mes transforma 700 toneladas de PET, procedentes de botellas y otros residuos, en 28 millones de envases de uso alimentario en los que el consumidor final encuentra los cherrys o las fresas en el supermercado.
El plástico procedente de residuos se somete al calor en un reactor material, mediante un procedimiento autorizado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, de manera que consiguen que el plástico reciclado pueda estar en contacto con alimentos y vuelva al circuito, apostando por la sostenibilidad.
«Así conseguimos que el plástico pueda reciclarse infinitas veces», explica Francisco Ureña.
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