«Somos unos currantes y nos echan la calle»
Protesta. Vecinos de un residencial de VPO de Las Gabias se sienten engañados por la promotora y se ven abocados a comprar el piso al que entraron de alquiler o dejarlo en seis meses
Un cambio brusco de las reglas del juego ha dejado a 40 familias de Las Gabias con un pie en la calle. Los vecinos del ... residencial Cuesta Blanquilla recibieron «por debajo de la puerta» una carta dispuesta a cambiar el rumbo de sus vidas. De un alquiler con derecho a compra a los diez años pasaban a tener seis meses para comprar la vivienda o abandonarla. La historia la cuentan los protagonistas reunidos en una asociación que ya mueve papeles para frenar esta situación.
Estos vecinos cuentan que cuando firmaron los contratos de estas VPO nadie les advirtió de la cláusula que ahora les obliga a comprar o a salir de las viviendas como tarde, en el mes de agosto. No todos están en el mismo punto, y, según explican, esta salida sobrevenida afecta sobre todo a los que alquilaron a partir de 2018.
Familias con los ingresos justos
Las historias de estos vecinos son las de familias «de currantes» que ahora tendrán que dejar su vivienda de alquiler porque no tienen recursos para comprarlas. Ellos mismos explican que son vulnerables y que sus ingresos están contados. «Si en su día tuvimos lo justo para acceder a un alquiler de VPO cómo pretenden ahora que compremos. Los bancos no nos dan una hipoteca», aclaran.
La representante de estos vecinos es la presidenta de la asociación, Concepción Castany, que advierte que lucharán hasta el final y que esperan poder iniciar un proceso judicial contra la promotora que interrumpa la salida de las familias de las viviendas.
La presidenta de los vecinos aclara que ellos firmaron «un alquiler con opción a compra a los diez años» y que ahora no pueden cambiarle las condiciones porque eso es jugar con la vida de la gente.
Antonio y Belén –embarazada de cuatro meses– alquilaron su piso de dos dormitorios en 2018. «Nos convenía el precio porque pagamos poquito, 245 euros. Por aquel entonces trabajábamos los dos y pensamos que a los diez años podríamos comprarlo gracias al ahorro que se produciría con ese alquiler bajo». Pero no. El banco ya les ha dicho que no. Tras la pandemia, solo tiene trabajo Antonio y no tienen posibilidad de comprar el piso. Tendrán que irse en agosto y su hijo nacerá en septiembre. «Nos engañaron. Jugaban con la desesperación porque queríamos salir de casa de nuestros padres», dicen.
También se siente «estafada» Noemí, madre soltera, que vive con su hijo en uno de estos pisos. Cuando entró tenía un contrato en prácticas de menos de 900 euros como auxiliar de enfermería y pensó que en diez años, sus condiciones laborales habrían mejorado y podría comprar la vivienda. «Pero no puedo. Me veo en la calle. Estoy en la bolsa del SAS pero no tengo un contrato y no me dan la hipoteca», añade preocupada. Pilar explica que esos pagos del alquiler iban a ser cuotas de la futura compra y que ahora se tendrá que ir habiendo perdido ese dinero.
También está en un sinvivir Pilar, tatuadora autónoma, que también vive con su hijo en esta promoción de Las Gabias. «Deberíamos reclamar el daño moral por vernos en esta situación. Es un abuso. Nos han engañado y nos echan a la calle como a perros: con una mano delante y otra detrás», aporta muy enfadada.
Sin opciones de hipoteca
También está María, que tiene un comercio en el pueblo con una hipoteca y que no puede pedir otra para pagar el piso al que entró con su marido y sus dos hijos a vivir hace poco. «Yo pensé que cuando pasaran diez años ya tendría posibilidad para comprar el piso pero no ahora. Si el banco me diese otra hipoteca sería para vivir asfixiada y agobiada».
También, según apunta la presidenta de los vecinos hay personas mayores que irán a la calle porque tienen algo de ingresos, como para pagar el alquiler de una VPO, pero no para ser asistidos por los servicios sociales por lo que se verán en una situación complicada. «Hay una mujer pagando el alquiler del piso porque han tenido que venir a Granada para que se trate de cáncer. También se ven en la calle», apunta la representante de estos vecinos, que viven en esta promoción de Mayfo, promotora a la que acusan de haberles «engañado», haberles «subido la comunidad» y «quedarse con parte de la garantía de más de 2.000 euros que tuvieron que pagar cuando entraron».
Desde el Grupo Mayfo, el director, Francisco Foche expone que en esta promoción de VPO nunca se engañó a nadie, es más, había una cláusula condicional en el contrato que decía que eran diez años de alquiler con opción a compra pero que en el caso de cambiar la normativa reguladora de las Viviendas Protegidas en Andalucía, sería de aplicación inmediata. Esta normativa ha cambiado y permite a esta promotora vender las viviendas ya por hacer ya una década desde la calificación definitiva de las viviendas. Francisco Foche cuenta que solo han recibido parte de las ayudas que les iban a dar a cambio de hacer VPO con precios reducidos y que ha llegado el momento de vender esos pisos. «Nos está costando el dinero», se queja el director de esta promotora, que vende ahora las viviendas desde 69.000 euros.
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