«Que el apagón de abril empezara en una subestación de Granada es circunstancial»
Asegura que la red funciona de forma reforzada desde el apagón y que las posibles multas están en manos de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia
Formado en la Universidad de Cambridge como ingeniero en Energía y Medio Ambiente, Joan Groizard es secretario de Estado de Energía desde noviembre de 2024. ... En 2019 entró a formar parte del Instituto de Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), por lo que conoce bien la transición energética que se proyecta desde el Gobierno. Convencido de que el avance de las renovables es imparable, apuesta por apoyarlas desde el consenso, la participación y la integración con el medio rural.
–En Andalucía hay un despliegue muy importante de energías renovables, sobre todo fotovoltaicas y eólicas. ¿Sigue siendo el futuro o hay que ir a otros modelos?
–Tenemos que empezar a entrar en otros proyectos diferentes. La energía solar y la energía eólica van a ser los protagonistas, sin duda, de la transición energética de los próximos años, son las fuentes renovables más abundantes y más competitivas que tenemos. Y además tenemos muchas tecnologías. España es de los mayores exportadores, por ejemplo de aerogeneradores. Pero tenemos que seguir avanzando en cuestiones como almacenamiento de hidrógeno renovable para determinados usos. Las energías marinas tienen también mucho potencial. También que cada hogar, cada empresa, cada administración, pueda generar parte de su propia energía, el autoconsumo.
–En el mar de Alborán, frente a la Costa de Granada, abrieron la posibilidad de poner molinos marinos. Se presentaron dos proyectos, pero no se ha avanzado más, ¿en qué punto está?
–Es una energía que tiene muchísimo potencial en Europa, en España y en Andalucía. España es un país muy marítimo, muy naval, con puertos, con astilleros, con industria marítima. Para construir y mantener esos molinos en el mar tenemos conocimiento, capacidades y la infraestructura. Es una oportunidad también industrial desde el punto de vista del empleo y económico. Estamos avanzando con pasos muy seguros. El primer paso fue una planificación, una zonificación del territorio. Han quedado unas zonas que representan menos del 0,5% de todo el mar español. Queremos ver caso a caso, haciendo partícipe a la gente que vive en el entorno de las actividades económicas que se desarrollan. Estamos avanzando y lo estamos haciendo de forma muy segura y muy prudente para que el despliegue se haga, pero se haga bien.
«Los proyectos de eólica marina irán primero a aquellos lugares donde haya más consenso»
–En zonas de costa andaluzas, con la importancia que tiene el turismo, parece difícil que la gente acepte un molino frente a su playa ¿Eso cómo se afronta?
–Se ven menos de lo que parece. Son máquinas de un tamaño muy considerable pero a pocos kilómetros de la costa se difuminan enseguida con el horizonte. Hay una segunda cuestión, y es que a veces proyectamos nuestra visión en el turista o el visitante que nos viene a ver. Puede que haya quien valore más favorablemente ver de lejos esa máquina, pero que tenga en cuenta que el destino turístico que visita apuesta por la transición energética, por encima de que sea un destino alimentado por combustibles fósiles o un país que a lo mejor tienen historias complicadas con los derechos humanos, por ejemplo. Dicho lo cual, y con estas cautelas, queremos que el avance de la eólica marina sea muy participada. Escuchar al sector turístico, al pesquero, a aquellos que defienden el patrimonio natural y los ecosistemas y la biodiversidad. La apuesta del Gobierno es que la eólica marina vaya primero a aquellos lugares donde haya mayor consenso.
–Están surgiendo reacciones ciudadanas contrarias a algunos proyectos, sobre todo fotovoltaicas. ¿Cree que está bien regulado ese equilibrio territorial?
–Todo proyecto renovable tiene, su evaluación ambiental. Es un proceso garantista. La Administración tiene que poner condiciones cuando se presentan proyectos. Si no son ambientalmente aceptables, no están bien integrados en el territorio y por tanto no tienen la declaración de impacto ambiental favorable, quedan descartados. Y hay otros a los que se les suelen imponer muchos ajustes para asegurar que esa integración es adecuada. También hay una responsabilidad de los propios promotores. Les planteamos siempre que antes de meter un expediente a la administración, que hablen con el territorio. Y como foto general, para hacer la transición energética y cumplir nuestros objetivos, bastará con un 0,2% de la superficie de nuestro país. Es decir, lejos de mensajes alarmistas de que vamos a alicatar todo el campo.
«En la planificación de la red eléctrica se ha tenido en cuenta la vertebración territorial»
–Cuando se hicieron los primeros informes del apagón, se apuntó a una subestación de Granada como la primera en desconectarse...¿Se han tomado medidas?
–Una de las subestaciones de la red eléctrica que está en la provincia de Granada fue uno de los primeros puntos donde se detectó una desconexión. El hecho de que esa subestación esté en Granada es una cuestión puramente circunstancial. Se nos pedía información casi en tiempo real de esa investigación del cero eléctrico, y de la que se iba disponiendo se iba compartiendo. Había quien quería utilizar eso como una especie de batalla política de acusar a unos u otros. Esa subestación estaba en Granada, como podía haber estado en cualquier otra provincia andaluza o de cualquier otra parte de España. Esa información forma parte de un informe que publicamos antes de las vacaciones de verano y explica cómo encaja ese evento en una cadena de eventos de cuestiones técnicas que ocurrieron. A la vez, está llevándose a cabo una investigación por parte de los expertos europeos.
– ¿Significa que en esa subestación hizo algo mal?
–Nosotros concluimos en ese informe la cadena de sucesos técnicos. En paralelo, la Comisión Nacional de Mercados y Competencia es la que está investigando desde un punto de vista de cumplimiento normativo, es decir, si hay responsabilidades por infracciones, si hay que aplicar algún tipo de sanción. Ese proceso lleva un poco más de tiempo. Los fallos del sistema se han subsanado. El operador del sistema está operando en un modo reforzado y se van poniendo encima de la mesa nuevos nuevas herramientas para el control de tensión.
–Lo que sí afloró con el apagón es que en Andalucía Oriental hay una falta de autopistas eléctricas ¿se va a subsanar?
–La ministra tuvo ocasión hace unos meses, aquí en Andalucía justamente, de compartir que estamos trabajando en una herramienta importantísima que es la planificación de la red eléctrica a 2030. Es el documento que va a definir los puntos de conexión, las autopistas eléctricas. Hemos estado trabajando, escuchando mucho a diputaciones, ayuntamientos, a empresas, a comunidades autónomas. La Junta de Andalucía ha estado muy implicada haciendo propuestas. Es importante plantear proyectos que den respuesta a las necesidades energéticas que luego se puedan tramitar. Hablamos de nuevas líneas que van a cruzar territorios, con lo cual va a haber que hacerlo con el máximo respeto ambiental y paisajístico. Hemos sido muy sensibles a dos cuestiones. Hemos priorizado que la industria pueda llegar a toda España, que tenga capacidad de conectarse, pero también la vertebración territorial, tener en cuenta aquellas zonas que todavía no podían apostar por esa industria porque no tenían la suficiente capacidad de suministro eléctrico.
–¿Cree que las zonas de bajas emisiones, que se han planteado de forma distinta en cada ciudad, cumplirán su objetivo?
–Se está implantando bien y va a ser positivo. Creo que es importante que la ciudadanía y los ayuntamientos seamos conscientes de que el cambio climático mata, la contaminación mata. Las ayudas para comprar coches eléctricos están funcionando, el despegue ha sido rompedor. Hay 12.000 gasolineras en toda España y 33.000 puntos de recarga; hay que buscar que estén bien repartidos.
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