Unos auriculares enmarcan al grupo: sus miradas quedan entre paréntesis. La mesa, de modestos tablones pintados, despliega una paleta de esperanzas. Los micrófonos tiemblan a ... la altura de sus bocas, dándole voz a un porvenir en construcción.
Son Julia, Elia, Jimena y Kahilé, estudiantes de sexto curso del Gómez Moreno, activo colegio de educación infantil y primaria del Albaicín. Mayte, su tutora, sonríe satisfecha de lo que ha puesto en pie con el apoyo de las familias. Al fondo de la sala, junto a un improvisado panel de anuncios que recuerda los letreros de los grandes medios radiofónicos ('Los 40 del Gómez', 'Radio Gómez FM', 'Súper Radio Gatito'), los desconchones en la pared anuncian por su cuenta el olvido de nuestra educación pública.
En esta aula de radio, creada a petición de la propia comunidad estudiantil, nació el podcast 'RevolucionArte: voces y vértigos de 1789', flamante ganador de un concurso de Radio Nacional de España. Entre los cuatrocientos trabajos escolares que se presentaron desde todo el país, el elegido fue el de este centro situado frente a la Plaza de San Nicolás. Hicieron falta semanas de ensayos, un guion colectivo y una banda sonora, entre otros esfuerzos coordinados. Aunque el funcionamiento del mundo esté obscenamente lejos de la meritocracia, excepciones como esta mantienen viva la lucha por implantarla como valor social.
La palabra pública empieza aquí, ahora, en la infancia, y no en los debates interesados ni en los chillidos del Congreso. En vez de lamentarnos por el desinterés que la juventud digital suele mostrar hacia la información periodística, o más bien su tendencia a informarse en infrafuentes de las redes, valdría la pena divulgar y fomentar en serio estas iniciativas pedagógicas. Lo cual implica por supuesto facilitar espacios (¡y presupuestos!) que lo hagan posible, antes de que nuestro futuro se vuelva imposible. En nuestras manos queda: estamos en el aire.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión