Sin movilidad entre provincias en Semana Santa y bares hasta las 22.30 desde mañana en toda Granada

En una declaración institucional televisada, Moreno aguó las expectativas de muchos andaluces al anunciar que los desplazamientos solo estarán permitidos en el interior de las provincias. El presidente dijo ser consciente de que se esperaba por parte de los ciudadanos algo de alivio de cara a la Semana Santa, pero tras consultar con los expertos se ha decidido ser más restrictivos porque los datos no dan margen para hacer otra cosa.

Moreno explicó que tras un año de pandemia el virus «sigue con nosotros». Y recordó que la incidencia acumulada es de 123 casos por cada 100.000 habitantes en una comunidad en la que el riesgo de contagio sigue, por tanto, siendo «medio-alto», dijo. Aunque al presidente no se le escapa que hace un mes Andalucía estaba con unas tasas mucho peores, lo que quiso explicar es que la «curva no acaba de bajar». No solo eso, anunció que la tendencia que atisban sus técnicos es ascendente en la próxima semana. Una circunstancia que a su juicio es incompatible con poder favorecer los reencuentros familiares abriendo la movilidad hasta que por lo menos no pase de largo la Semana Santa.

La Junta no quiere que se repita lo de las pasadas Navidades, pues los alivios provocaron una tercera ola en la que ha muerto mucha gente y de la que aún no se ha desembarazado Andalucía. Pero además hay factores que podrían hacer más peligrosa una posible apertura en la actualidad. A Moreno y a sus expertos les preocupan mucho las nuevas cepas, pues son más contagiosas. En su intervención citó la desigual implantación de la variante británica, que es predominante en un 80% en provincias como Granada, Almería o Cádiz, mientras que en otras como Huelva apenas alcanza un 20%. Permitir el trasvase entre las distintas zonas andaluzas es facilitar que el virus se propague. Y eso es más peligroso aún cuando ya se tiene constancia de que también hay presencia de la cepa sudafricana.

A la coctelera hay que añadirle otros dos ingredientes: un contexto europeo en el que ya hay síntomas de un nuevo repunte y el ritmo de un proceso de vacunación que no acaba de arrancar. El dato de inmunizados es paupérrimo, un 4,4% según dijo Moreno, quien además recordó los problemas que añadirá a esta campaña la reciente suspensión de la vacuna de AstraZeneca. Ante este panorama, Moreno reconoció que sabe que las medidas son un «fastidio», pero que a pesar de que ha estado en los últimos días «rompiéndose la cabeza», no se podía hacer otra cosa que ser cautos hasta que los datos no den más margen.

Pero la Junta se mueve, como ayer mismo dijo el presidente, en un «juego de equilibrios». Y es por eso que se permitió, pese a las amenazas existentes, una dulcificación normativa en cuanto a los horarios comerciales y el toque de queda.

La primera medida que cambia es que a partir de mañana viernes todos los negocios podrán abrir hasta las 22.30 horas con carácter general salvo en aquellos municipios que superen la tasa de 1.000 casos. La Junta modifica así el sistema de niveles que estaba vigente y permite a todos los territorios adoptar este nuevo horario. Evidentemente esto obliga a retrasar el toque de queda, pues este prohíbe las salidas entre las 22 horas y las seis de la mañana. Por eso el Ejecutivo ha decidido también rebajar esta restricción una hora. Los andaluces podrán estar en la calle hasta las 23 horas, y a partir de ahí en sus domicilios hasta las seis.

Estos son los únicos cambios que hará la Junta de cara a la Semana Santa, pues las reuniones también seguirán como hasta ahora: un máximo de seis personas al aire libre y solo cuatro en interiores. Las medidas entrarán en vigor mañana y permanecerán activas –si la situación no empeora más de lo esperado– hasta el 9 de abril.