Almuñécar recupera 1.500 hectáreas para cultivo subtropical tras un lustro de sequía
Las últimas lluvias confirman la mejoría del acuífero de Río Verde y los pozos, donde el 90% ya son hábiles para regar
Un año bueno después de cinco malos. Almuñécar-La Herradura empieza a salir del bache que ha atravesado el campo en el último lustro por ... la sequía. Las comunidades de regantes trabajan en la recuperación de 1.500 hectáreas de cultivo perdidas por la salinización de las tierras, la tala y la falta de agua.
En total, 3.500 hectáreas de cultivo subtropical han estado en peligro por la sed. Sin embargo, solo un 42% de las fincas de cultivo llegaron a un punto crítico. Los agricultores tuvieron que cruzar sus árboles, talar o abandonar cultivos ante la poca rentabilidad. El Valle de Río Verde le ve el final a la peor situación para el campo en más de 30 años –desde 1992– cuando se salinizó el acuífero de Río Verde y hasta de los grifos de las viviendas salía agua marina.
La Junta Central de Usuarios de Río Verde, Seco y Jate y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) estiman que el campo sexitano, de continuar con esta situación hídrica, podrá haberse recuperado por completo en menos de una década. Parece mucho tiempo, pero el daño que ha sufrido la tierra no es baladí. «Esperamos que esto no sea un espejismo y se haya superado la fase crítica de la sequía para entrar en un ciclo de lluvias normales o abundantes», resume Juan Camacho, vocal de COAG de subtropicales. «Muchos compañeros vendieron sus terrenos o cambiaron de profesión y costará un poco retomar el ritmo. Hay que confiar en que el tiempo acompañe, dado que la producción de los últimos años ha sido desastrosa», explica Camacho.
De media, el sector genera 2.000 puestos de trabajo directos anualmente en Almuñécar-La Herradura. 3.000 en los años de mayor bonanza. En la última campaña se ha perdido un 30% de la mano de obra.
El municipio sexitano cuenta con una treintena de reservas hídricas, pero son 22 las principales, las más grandes que abastecen a la mayoría de comuneros. Actualmente, el Valle de Río Verde ha recuperado casi la totalidad de sus pozos. El 90% se pueden emplear para regar las fincas. En La Herradura, dos pozos que recogen agua de la vertiente malagueña, de la Axarquía, aún no son hábiles. El resto mantiene un nivel óptimo de sodio, según explica Joaquín Montes, presidente de la Junta Central de Usuarios. Las últimas lluvias que ha provocado el paso de la borrasca 'Jana' terminan de confirmar la mejoría para el campo. Con las precipitaciones, en noviembre las comunidades de regantes pudieron disponer de la mitad de sus pozos. A principios de octubre, los comuneros tiraban por desesperación de un 25% de los recursos hídricos de los que disponían, pese a que no se encontraban en estado óptimo. Regaban incluso cada cien días en algunas zonas afectadas y por la mala calidad del agua algunos propietarios prescindían incluso del riego.
Ahora, la situación ha dado un giro de 180 grados, los agricultores o no tienen que regar porque los campos están abastecidos o pueden hacerlo dos veces por semana. «Tal y como estamos ahora podemos aguantar perfectamente todo el verano del tirón. Es una alegría y confiamos en que no suframos ningún revés», destaca Joaquín Montes.
Por su parte, Maximino Prados, presidente de la Comunidad General de Regantes del Bajo Guadalfeo, califica las lluvias de «maná». «Han venido caídas del cielo y no hay un municipio en toda la costa donde no hayan caído al menos 100 litros. En algunas zonas se han registrado incluso 200 litros, caídos lentamente sin provocar daños y eso se nota en la tierra», subraya. «Se esperan más días de lluvias que, sobre todo les sienta bien a los subtropicales y aquellas fincas taladas rebrotarán con más fuerza y tardarán menos tiempo en volver a producir fruto», sentencia.
Preparados para el mango
Actualmente, los agricultores recogen lo último que queda de aguacate de la pasada campaña, donde ha habido un mal cuaje y se preparan para cultivar el mango, cuya floración se espera para la primavera y los primeros compases del verano. Las lluvias son esperanzadoras. En la pasada campaña, a excepción del chirimoyo, la falta de agua se juntó con episodios climáticos adversos que mermaron la producción. Se ha recogido más de un 60% menos, de acuerdo con COAG. Con el agua caída, se garantizan que el fruto tenga un buen engorde y calibre.
En un año normal, el litoral granadino produce de media cerca de 100.000 toneladas. Para que el campo deje atrás por completo el capítulo de la falta de agua será necesario que llegue por fin el desglosado tres de las canalizaciones de Rules, que ya se ha desbloqueado. Los regantes reclaman más sensibilidad de las administraciones porque, aunque el escenario sea halagëño, todavía se recuperan de las heridas de la sequía. «No hay que cesar la inversión en la agricultura y en infraestructuras», concluye Joaquín Montes.
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