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El alcalde que casi nunca perdía la calma
Pablo García Pérez, delegado de la Junta de Andalucía ·
Tras veinte años de trayectoria política, el dirigente alboloteño afronta el reto de liderar en Granada el primer proyecto del PP en la JuntaVoz grave. Pelo ondulado y rebelde domado con algún tipo de fijador. Barba poblada pero arreglada desde que decidió dejársela crecer hace casi una década. ... Entonces era negra como su cabello. Hombre de gran tamaño, no solo en lo físico, dicen sus amigos. Porte recto y sereno en los movimientos. A priori, Pablo García Pérez (Albolote, 1973) tiene aspecto de que, de un momento a otro, puede lanzarse a entonar 'Nessun Dorma' cual Luciano Pavarotti sin frac pero con traje, corbata, pañuelo de lino blanco en el bolsillo interior y menos kilos. Aunque si fuese tenor, probablemente elegiría otra composición, por aquello de que el aria del acto final de Turandot, pese a ser una de sus óperas favoritas, es un clásico que desde hace unos años suena a todo volumen en las previas de los partidos del Real Madrid en el estadio Bernabéu. Y el exalcalde de Albolote es barcelonista de cuna.
En su pueblo, precisamente, empezó todo hace veinte años. Son los que ha estado al frente del Partido Popular en el Ayuntamiento alboloteño, ya sea como portavoz o como regidor. Siendo aún un 'canterano' recién salido de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de Granada, donde se licenció en lo segundo, se convirtió en el hombre de consenso de un partido que andaba dividido a nivel local. José Antonio Balderas, que fue concejal de Tráfico en la capital granadina entre 2003 y 2007 y por aquel entonces era secretario territorial del PP provincial, fue su valedor.
Con 25 años Pablo García se convirtió en el candidato popular a la alcaldía de Albolote. Y en concejal y portavoz municipal de su partido meses después, ya con 26 años y tras las elecciones municipales del 13 de junio 1999. Dos décadas más tarde, en otro año acabado en 9, Pablo García se ha convertido en el primer delegado del gobierno de la Junta de Andalucía en Granada que no es socialista. Es el salto a la primera línea de fuego político de un dirigente que, además de alcalde de su pueblo (2007-2015), ha sido diputado en el Congreso (2011-2015) y diputado provincial (2017-2019) hasta que Juanma Moreno Bonilla lo ha colocado al frente de la sede de la antigua Normal.
Alcalde por sorpresa
La cercanía al presidente andaluz de su íntima amiga Marifrán Carazo, la consejera de Fomento, apuntan, ha tenido bastante peso en el nombramiento. Lo que se desconoce es si a García Pérez le ha cogido tan de sorpresa como aquel bastón de mando de alcalde que casi se encontró en 2007, cuando la abstención de dos de los tres ediles de IU en el pleno de Albolote le permitió empatar a votos con el candidato del PSOE y convertirse en regidor por ser la lista más votada. «No me lo esperaba», llegó a confesar. Se lo tomó con calma, como hombre tranquilo que es. Pero agarró la responsabilidad con alma de caballo ganador. Todo hubiese sido diferente si años atrás, cuando empezó a trabajar en Murcia, siendo ya concejal en la oposición, hubiese elegido quedarse allí. En el partido le plantearon la elección y escogió Albolote, su pueblo, donde viven sus padres y sus dos hermanos –Álvaro y Eva–, donde vive él con su esposa, María José, abogada opositora, y donde una vez trabajó en una autoescuela al tiempo que era estudiante universitario. Precaución, querido conductor.
Y es que la prudencia es otra característica del nuevo delegado del gobierno, que ya fue delegado de clase con 8 años. Dicen sus allegados que suele huir de los conflictos. Normalmente zanja cuestiones espinosas con una coletilla que sus amigos han adoptado y que le sirve en ocasiones de capotazo final: «Comemos y lo hablamos». Aunque esa comida, a veces, nunca llega. Se le recuerdan pocos rifirrafes de tono elevado. El proyecto del nuevo colegio en El Chaparral, una de sus 'obsesiones' que nunca se hizo real, le enredó en uno con una antigua delegada de Educación. Cosas del destino, contruir ese colegio ahora está en sus manos.
El rap de García
«Tu pueblo te duele». La frase está extraída de un tema rap, quizá el único dedicado a alabar a un alcalde de la historia de la música. Se titula 'Gracias alcalde' y sus autores fueron Santos Crew, una pareja de raperos alboloteños lo compusieron en 2015, con videoclip por las calles del pueblo incluido. Sin ser Borbón, los poetas le calificaban de «campechano».
La propia Marifrán Carazo escribió de él en este periódico hace una década que es un «ganador» y que «nunca da una batalla por perdida». En Albolote, al menos, desde 2007 las ha ganado todas, aunque la última no fue suficiente para revalidar el cargo. Lo cierto es que el PP fue creciendo con él en la localidad metropolitana desde que empezó a encabezar la lista en 1999. Con algo de fortuna, eso sí, logró que un feudo tradicional socialista cayese en manos populares al tercer intento. Fue subiendo cada cuatro años hasta alcanzar 4.000 sufragios en 2011, muy cerca de la mayoría absoluta. Su paso por Madrid, sin embargo, parece que pasó factura. La aparición de Ciudadanos también le restó. En 2015 ganó por escaso margen, pero la izquierda, dividida en tres, se unió y le apartó de la alcaldía.
Al tiempo que el PP crecía con él en Albolote, él lo hizo en el PP, hasta convertirse en secretario general provincial en 2016, cargo que le generó un conflicto, de esos que rehuye, por su lealtad a Sebastián Pérez en el congreso para liderar el partido en 2017, asunto aún no resuelto que acabó en los juzgados. Esa lealtad al presidente, uno de sus mentores, se enfrió en las primarias nacionales, por la división entre 'sorayistas' y 'casadistas'. Quizá coman y lo hablen.
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