«El alcalde de Granada no participó en la reunión de los fondos europeos»

–Estamos a punto de cumplir un año de pandemia y cada vez es más difícil mantener el optimismo. ¿Cómo cree que evolucionará la situación?

–Esta tercera ola apretará fuerte. A pesar de la dificultad, tenemos un bagaje colectivo. Se podrá discutir si antes o después, pero las medidas darán resultado. Ahora estamos preocupados por la velocidad de vacunación, pero también eso cambiará. Lo positivo es que somos muy conscientes de la necesidad de la recuperación económica y social y estamos utilizando los recursos públicos.

–Sobre las últimas medidas de la Junta dijo que las respetará; por otra parte, obvio. ¿Hay algo que no comparta en esas últimas decisiones?

–Quizás ha sido la primera vez donde, aunque no he ejercido una crítica cerrada, sí ha habido alguna cosa que me ha llamado la atención por la propia escenificación que ha hecho el presidente de la Junta, que pide el confinamiento total y todavía tiene unos márgenes importantes para asumir medidas. Parece que se está pensando más en la confrontación política o en que las responsabilidades las asuman otros. Algo que se hace muy ostensible aquí en Granada, cuando se deja la estación invernal abierta, aunque la economía sea muy importante.

–¿Debería estar cerrada?

–No es muy coherente. Estoy en el consejo de administración de Cetursa y conozco las dificultades de la empresa. La situación es complicada, igual que para muchas empresas de la provincia. El tema de la Sierra y la caza mayor, sinceramente, me ha llamado mucho la atención. ¿Por qué no jugar al golf en plena naturaleza? Lo he visto extraño pero estoy seguro de que los gobiernos hacen lo que consideran mejor; es muy difícil compatibilizar la salud pública con el ritmo de actividad económica suficiente. Tiendo a respetar las decisiones más que a criticarlas. Me duele también la deslealtad que hubo en la primera ola por parte de muchos dirigentes con las medidas que se tomaban a nivel nacional. Que hubiera tantas prisas por desescalar, pedir que 'nos lo dejen a nosotros que lo vamos a hacer todo bien', y a los tres días decir que el Gobierno 'nos tiene abandonados'.

–En esas medidas también fue objeto de debate el cierre excepcional de Granada en la segunda ola, que tuvo un coste económico. ¿Lo entendió? ¿Cree que tiene que haber una compensación?

–Lo primero es la salud pública. Igual que he sido muy radical en eso, también soy un gran defensor de que a los ciudadanos a los que una administración les limita su derecho a ejercer su actividad económica se les compense esa pérdida de derecho. El agobio que tiene mucha gente sobre su propia situación personal habrá que complementarlo y salir de esta situación con ayudas públicas. Ha habido momentos en los que esta provincia y esta ciudad estuvieron a la cabeza en número de contagios y se tomaron medidas extraordinarias. El Gobierno de España, la Junta, los gobiernos locales y nosotros desde la Diputación tenemos que ser conscientes de que hay que hacer un esfuerzo añadido en las zonas que peor lo han pasado. La restricción del derecho la tiene que compensar la administración pública.

–Las vacunas también son objeto de controversia. ¿Cómo ve el reparto? ¿Es el que corresponde?

–La política no puede ser confrontarlo todo. Se nos ha dado un 1% más de lo que correspondería a Andalucía por población. Lo lógico es que confrontase el que tiene el 1% menos porque se lo han llevado los andaluces. Hay cosas que hay que admitir que se hacen correctamente. No puede darse la sensación de que todo se hace mal y no nos ponemos de acuerdo. Cuando se pedían más vacunas se habían puesto el 35% de las que habían llegado. No veo lógico que se confronte todo cuando los elementos objetivos no acompañan.

–¿Cómo saldrán los pueblos de Granada de esta pandemia? Esa Granada vaciada que ahora, además, no recibe turismo.

–Es verdad que vamos al barranco de Poqueira y o estás jubilado o trabajas con el turismo. Muchas familias que tenían ingresos ahora no los tienen porque, aunque te dejen trabajar, no hay turistas. El presente va a ser muy complejo pero el futuro del medio rural no va a ir a menos sino a más. Estamos muy comprometidos con atajar el fenómeno de la despoblación. Hay gente que está mirando al medio rural como una alternativa al entorno urbano. No me preocupa que esta situación sea un varapalo más en la despoblación. Vamos a tener más oportunidades una vez que pase la pandemia.

–¿Cuáles son los problemas más recurrentes que ha tenido que atender desde la Diputación?

–Los ayuntamientos han recibido muy poquitas ayudas y han tenido que hacer frente a unos gastos extraordinarios. La Junta ha tenido que atender un refuerzo en sanidad y educación pero ha tenido unas transferencias finalistas que no hay que devolver. De los ayuntamientos nada más que se ha acordado la Diputación. Estoy orgullosísimo de los alcaldes de esta provincia, de todos los colores. Cuando todos se encontraban confinados, ellos estaban pendientes de sus vecinos como si fueran de su familia.

–A la pandemia se le une la ola de frío. Y llega otro problema perenne en Granada: el de los cortes de luz. Decía la subdelegada que desde el punto de vista policial se habían agotado los recursos. ¿Qué se puede hacer?

–Es inasumible en una sociedad moderna, con recursos. Hay que tener mucha constancia. El problema que hay en la Zona Norte de la ciudad de Granada no se soluciona solo con medidas policiales. Hay 5.000 enganches ilegales y un porcentaje relativamente pequeño es por la marihuana. Esto se arregla con políticas de intervención social. La Policía actúa cuando hay denuncia. A la compañía hay que pedirle una infraestructura suficiente, que en unos sitios está mejor que en otros. Hace falta un plan de inversión para garantizar el servicio. Y se necesita, concretamente en la ciudad de Granada, una intervención comunitaria social muy potente del Ayuntamiento y de la Junta. Es inasumible para los que pagan que estén recibiendo un servicio ruinoso. Si todo el mundo se pone a arreglarlo, nos vemos todos los lunes los que estamos implicados, avanzamos.

–Viene la oportunidad fondos. ¿Hasta qué punto supondrán una transformación y no quedarán en otro Plan E?

–El Plan E fue un plan de inversión potentísimo que quiso impactar en la economía de manera directa y que no dio los resultados que esperábamos. Ahora habrá muchos recursos y se hará bien. Desde el propio corazón de la UE en Bruselas hasta la Diputación de Granada tenemos muy claro hacia dónde vamos. Esa inversión va a generar economía. Podremos debatir matices y habrá debates territoriales, pero que sea dinero improductivo no, porque las medidas están muy claras.

–El Ayuntamiento de la capital no se ha presentado aún pero dice que está en plazo. ¿Entiende los argumentos?

–En honor a la verdad, la Junta nos pidió que coordinásemos los proyectos provinciales y locales. Tuve una reunión en la que se convocó a todos los alcaldes, también al Ayuntamiento de Granada, y yo creía que iba a estar. Para explicar los pilares, las estrategias, tramitarles las ayudas… Tenía toda la información que podía tener cualquier ayuntamiento.

–¿Estuvo?

–No participaron en la reunión, no entiendo por qué. Creía que habían presentado proyectos de manera directa. El sistema que marcó la propia Junta fue que los ayuntamientos tramitaran los proyectos a través de la Diputación. Nosotros hemos cumplimentado las fichas y trasladado los proyectos. Pensé que no habían querido hacerlo a través nuestra pero me enteré de que no habían presentado nada. Al menos, llamativo sí es.

–Hay un nuevo Presupuesto del Estado y tiene inversiones relevantes. Pero falta el proyecto del tren entre Granada y Almería. ¿Qué piden desde el PSOE y desde la Diputación?

–Con el ferrocarril tenemos que ser realistas, tenemos unas demandas y no se pueden atender todas a la vez. Queremos estar en el corredor litoral mediterráneo que está pintado en los mapas europeos. Se tiene que priorizar el eje para mercancías y personas desde Almería hasta Antequera-Bobadilla. Esa es la primera prioridad para Diputación y para el PSOE provincial, que se desarrolle el corredor litoral mediterráneo. Luego, se ha pintado el corredor central, que va hacia Córdoba, Madrid, Zaragoza y Barcelona. No son incompatibles pero sí decimos muy firmes que nosotros exigimos que se complete ese corredor. ¿Cuánto tiempo lleva esa exigencia? Pedimos al Gobierno que haya inversiones, que aproveche los fondos europeos… Tenemos el problema de que Almería no se puede quedar aislada ferroviariamente porque tiene desmontadas las vías hacia Murcia. Hay que compaginar las actuaciones de obras con la redacción de los proyectos, que se defina el modelo que vamos a tener desde Almería a Bobadilla. Lo antes que sea posible, sin aislar ferroviariamente Almería. Esta semana he tenido una reunión con Adif y me ha garantizado que el corredor mediterráneo sigue contemplado y tiene la misma prioridad que el central.

–Pero falta el proyecto...

–Esa es la prioridad, que el proyecto esté. Están haciendo un estudio de alternativas. Apoyamos el tren a Motril, que es muy costoso, pero Granada no es el único lugar de España donde salen las cosas caras. Vamos a defender la línea Guadix-Baza-Lorca, pero la prioridad absoluta nuestra tiene que ser la ejecución del corredor mediterráneo. Estoy intentando que lo tengamos todos claro. Me reuní con los agentes económicos y sociales, he hablado con dirigentes políticos provinciales, no nos podemos despistar. Cuando nos pregunten las prioridades en ferrocarril tenemos que responder claramente. Que no digamos cada uno una cosa y se utilice para decir que estamos debatiendo y no se invierta. Quiero que todo el mundo esté en la misma sintonía.