Graffitis granadinos que dañan la vista

A esta última categoría podría pertenecer el 'Alambra' que seguro que muchos de ustedes han leído por las calles, no solo de Granada. En la playa de La Rijana, por ejemplo, se puede observar una pintada de dimensiones considerables. La 'h' que faltaría entre la 'l' y la 'a' para hacer referencia a nuestro reverenciado monumento es una ausencia buscada, no un despiste, ya que 'Alambra' es el nombre de un grupo de graffiteros. 'Hilos', 'Legos', 'Numen' o 'Sugus' o 'Monge' -este último bien podría alterar la paz de los frailes que se dedicaban a la escritura en la Edad Media- son otras de las firmas recurrentes.

Otra de las pintadas que ofenderían a cualquier lingüista se encuentra en la calle Santa Paula: "Quien siembra desalojos 'recoje' resistencia". Algún purista del idioma, quizás miembro de los grupos Acción Ortográfica, que se dedican a corregir todo tipo de erratas situadas en lugares públicos, ha pintado una 'g' de color rojo sobre la 'j' para enmendar el desatino del autor original.

No han llegado a arreglar todavía un rosado 'Peregil' que deslumbra en otra calle del centro. Quienes descubrieron que la isla de Perejil -¿recuerdan?- aparecía como isla de 'Peregil' en las cartografías plantearon la hipótesis de que el nombre del peñón podría derivar de Pere Gil o Pérez Gil. Quizás sea el caso de este o esta artista del graffiti.

También hay fallos en otros idiomas. En el Albaicín se puede leer un "No 'trusth' the police" con significado ambiguo, a medio camino entre un alegato para que no confiemos en las fuerzas públicas del orden y una acusación de que las mismas no dicen la verdad.

Pero las tildes, su omisión, son la errata estrella en la literatura de muros de la capital, sea a propósito o por descuido. "'Si a la yerba" nos deja a medias, a la espera de saber lo que le ocurre al vegetal; "'Preguntate' sobre tus miedos nos invita a pronunciar con acento argentino, y quienes claman por una 'Andalucia' libre deberían añadir: "Y sin hiatos".

Al margen de erratas, las discusiones políticas en los muros de Granada son dignas de observación. Sindicatos, anarquistas, fascistas, antifascistas... Los sellos de todo tipo de organizaciones se diseminan por la capital, en especial en las zonas universitarias y junto a los edificios públicos. Unos dejan su pintada con spray, otros tachan lo que escribieron los primeros y añaden su punto de vista, unos terceros rebaten todo lo anterior...

También merece un capítulo aparte el amor. El spray ha dejado de lado el clásico tallado a navaja en las cortezas de los árboles. ¿Quién no se ha encontrado un cinematográfico 'Buenos días princesa' en alguna acera cercana? Centenares de fechas de aniversario acompañan a motes y 'te kieros', algunas de ellas tapadas con más tinta, quién sabe si fruto de un desengaño.

Firmas, fechorías de los denominados 'toyacos' -así se conoce en el argot urbano a quienes se inician con el spray-, declaraciones de amor o lemas políticos forman parte de un catálogo en el que también hay que hacer mención a las obras de arte. Aquellas pinturas urbanas que dejan con la boca abierta por su realismo, su crudeza o lo llamativo de sus colores. Su expresividad, en definitiva.

Una de ellas se sitúa en la tapia del colegio García Lorca, en el Paseo de Europa. "El poder de la imaginación" es el lema de un graffiti que se sirve de pintura blanca y firmas ya estampadas para tapar sprays poco estéticos. Una obra cuya originalidad basta para que el arte fulmine aquellas pintadas que dañan los 'hojos'.