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Aeropuerto de Granada. FERMÍN RODRÍGUEZ
Un aeropuerto que abre a las siete y cierra a las doce

Un aeropuerto que abre a las siete y cierra a las doce

Aena considera que el Federico García Lorca actual cuenta con «margen crecimiento más que suficiente» y trabaja para optimizar «su capacidad operativa»

A. S.

Miércoles, 6 de febrero 2019, 00:07

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El aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén cerró en 2018 su mejor año en casi una década, tras crecer un 25% y superar el millón de pasajeros. Esta cifra, simbólica, estaba marcada en rojo por parte de las administraciones que integran la Mesa del Aeropuerto para mostrar la consolidación de la pista de vuelos de Chauchina como un destino atractivo para otras aerolíneas que actualmente no operan en Granada. Este crecimiento, y el límite actual a las 07.00, provoca la siguiente pregunta: ¿cuál es el margen de crecimiento del García Lorca?

Fuentes de AENA consultadas por IDEAL ayer explicaron que la terminal tiene capacidad para atender a más de dos millones de pasajeros al año y la pista de vuelos puede acoger hasta 17 operaciones a la hora, «por lo que tenemos margen de crecimiento más que suficiente». La empresa pública se encuentra trabajando en paralelo en la redacción de un proyecto encaminado a «optimizar aún más la capacidad operativa» del aeropuerto y «ganar versatilidad a la hora de atender las necesidades de las compañías aéreas», como por ejemplo la realizada actualmente por Iberia a la Mesa del Aeropuerto.

En este sentido, la sociedad que gestiona el aeródromo granadino ha realizado numerosas mejores desde 2014, cuando el García Lorca dejó de perder pasajeros e inició un crecimiento que actualmente no se ha detenido. En el marco del plan de calidad puesto en marcha por AENA «se ha incrementado la confortabilidad del terminal y ha mejorado el servicio que se presta a los usuarios». La empresa pública pone como ejemplos la reforma de la zona de facturación; las obras de redistribución de la zona de embarque –que finalizarán en breve–; la incorporación de tres salas de preembarque; la remodelación de los aseos; la modernización del sistema de inspección de equipajes en bodega; la instalación de una zona de juegos infantiles;y la creación de una zona de relax y otra de trabajo para los pasajeros.

En paralelo, el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) aprobado por el Gobierno en enero de 2017, recoge para el aeropuerto una inversión entre 2017 y 2021 de 7,17 millones de euros. Esa cuantía sólo refleja la inversión regulada, pero no incluye lo que se pueda hacer dentro del ámbito comercial en ese periodo, «de modo que el montante final será mayor». El grueso de la inversión se destinará a actuaciones de mantenimiento, seguridad y mejoras en sistemas y equipos de navegación aérea. En base a todo esto, AENA entiende que cuenta con «unas instalaciones y servicios óptimos tanto para las aerolíneas como para los pasajeros». En paralelo, asegura AENA, el aeropuerto es un importante incentivo para la provincia, «ya que genera trabajo directo para medio centenar de empresas».

Niebla

¿Y qué pasa cuando hay niebla en el aeropuerto de Granada? AENA recuerda que la labor del aeropuerto es de «apoyo» a las compañías aéreas. En ese momento es el comandante del avión el que decide si aterriza o no en un aeropuerto y es la compañía aérea la que se hace cargo de los pasajeros afectados por esos vuelos. «El aeropuerto ofrece su colaboración en el ámbito de la información al pasajero, apoyo en la coordinación de autobuses, refrigerios, asignación de medios a la compañía... En definitiva, todo se coordina con la compañía aérea», explica AENA.

AENA incide en la idea de que la conectividad, la seguridad y la calidad del aeropuerto de Granada ha mejorado sensiblemente desde 2014. El incremento de conexiones es tangible e indiscutible. El cambio más palpable se produjo en 2017 con la inauguración de siete nuevas rutas y detrás de ese logro hay un «esfuerzo, prolongado en el tiempo», por parte de AENA y el resto de instituciones y organizaciones que integran la Mesa del Aeropuerto. Esas nuevas rutas, a las que se sumaron otras dos el pasado septiembre con Berlín y Nápoles, están contribuyendo a equilibrar el reparto de la actividad del aeropuerto entre el mercado doméstico y el internacional, reduciendo la gran dependencia que tenía del primero. En 2014, más de un 95% de la actividad estaba vinculada a destinos nacionales, mientras que en 2018 se quedó por debajo del 85% y el objetivo a medio plazo es que el tráfico internacional aporte entre el 20% y el 30% de los pasajeros. «Eso no quiere decir que hayamos renunciado a reforzar la conectividad con el territorio nacional, sino que aspiramos a tener más peso en lo que a conexiones con el extranjero se refiere», añade AENA, que recuerda que tres de las nuevas rutas de 2017 fueron con otras localidades españolas –Bilbao, Gran Canaria y Tenerife– y continúa trabajando en la captación de más conexiones con el norte de España y con Levante.

A nivel de seguridad el aeropuerto «ha cerrado con éxito dos procesos de certificación (2013 y 2017) para adecuarse a los requerimientos de la normativa internacional», que garantiza que todas las instalaciones, sistemas, equipos, servicios y procedimientos del recinto se ajustan a los nuevos criterios europeos sobre seguridad operacional. «Todo ello se ha realizado en un tiempo récord gracias al gran trabajo del equipo del aeropuerto», añade, fuentes de AENA.

Por último, «mejorar la calidad ha sido un objetivo estratégico para el aeropuerto de Granada desde 2014». AENAcifra en más de cien las actuaciones realizadas desde ese año que han propiciado «la transformación de la terminal y un aumento de la oferta de servicios». Un incremento que, por el momento, no es suficiente para Iberia.

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