Juicio en Granada
Adonai acepta tres años de cárcel por el motín de sus vecinos para liberarloLos otros trece acusados, que intentaron evitar su detención, también han asumido penas rebajadas tras llegar a un acuerdo con la fiscalía
Adonai, que en su día fue el delincuente más buscado de Granada, sumó ayer tres años de cárcel a su largo historial de choques contra ... la ley. El joven se sentaba en el banquillo por los graves incidentes que ocurrieron el 21 de diciembre de 2020 en Pinos Puente, su localidad de residencia, cuando una muchedumbre intentó impedir que fuera detenido por la Guardia Civil. Las fuerzas de seguridad le pisaban los talones por su presunta implicación en varios tiroteos. Decían sus perseguidores que era de gatillo fácil.
El día antes del sorteo del Gordo de Navidad, se le acabó la suerte. Agentes de la Benemérita lo localizaron en un bloque de viviendas del barrio de Las Flores de Pinos Puente y fueron a por él. Iban a poner fin a un año de constante huida. No fue fácil. Tuvieron que enfrentarse a un verdadero motín callejero en el que varios agentes del instituto armado sufrieron hasta mordiscos. El altercado fue grabado por los alborotadores y se viralizó en las redes sociales.
Así las cosas, y además del propio Adonai, trece vecinos del municipio, incluida su hermana, también fueron condenados ayer. No fue necesario celebrar la vista oral del juicio. Todos ellos aceptaron un acuerdo: asumieron sumido su culpa a cambio de una rebaja en las peticiones de cárcel que planteaba la fiscalía inicialmente. En este sentido, Adonai, que, en un principio, se enfrentaba a penas que sumaban ocho años de prisión por los delitos de atentado, resistencia y lesiones, consiguió que ese castigo quedase reducido a tres años de reclusión.
Su hermana, para la que el ministerio público solicitaba cinco años de reclusión, deberá cumplir un año y nueve meses (lo que no implicaría su ingreso en la penitenciaría).
El resto de los procesados tendrán que pagar multas en lugar de un año de prisión.
La Caleta, un fortín
El edificio judicial de la Caleta, donde iba a tener lugar el juicio, amaneció convertido en un fortín. Durante toda la mañana de ayer, estuvo tomado por miembros de la Policía Nacional y la Guardia Civil especializados en controlar y reprimir posibles disturbios, pero no hubo incidentes de ningún tipo.
Adonai, al que las fuerzas de seguridad no le quitaron los grilletes en ningún momento, se mostró relajado y se despidió del resto de los procesados lanzándoles sonoros besos.
Los sucesos que ahora ha zanjado definitivamente la justicia ocurrieron en un bloque de pisos del barrio de Las Flores de Pinos Puente en el que se refugiaba Adonai. Sus familiares y amigos intentaron evitar por la fuerza que 'los civiles' se lo llevaran a los calabozos. Algunos de los agentes salieron del trance con los dientes de los agitadores marcados en su cuerpo. El oficial de la Guardia Civil que dirigió la operación fue uno de los que regresó a la Comandancia de Granada con la dentadura de Adonai 'tatuada' en uno de sus brazos.
Según relató a IDEAL el mando de la Benemérita en cuestión, la algarada duró unos quince minutos, pero a ellos les pareció una eternidad. Hubo un momento en que los agentes tiraban de las piernas de Adonai para 'engrilletarlo' y sus allegados, de los brazos para tratar de introducirlo en un piso y alejarlo de sus perseguidores. Resultado: el fugitivo perdió los pantalones y se quedó en calzoncillos.
En el exterior del inmueble habían comenzado a concentrarse 'colegas' de Adonai para dificultar su detención y ayudarle a escapar de nuevo. A los guardias les llovían orines, escupitajos, piedras y hasta un bote de pintura cerrado.
El final de la escapada
A pesar de ello, fue el final de la escapada para Adonai, que llevaba un año en paradero desconocido. Había hecho demasiado ruido y demasiadas veces, lo que le había convertido en el enemigo público número 1 de Granada. Para la Guardia Civil era un objetivo prioritario.
Entre diciembre de 2019 y febrero de 2020 estuvo presuntamente implicado en varios tiroteos en plena calle. Uno de los más sonados ocurrió Albolote, junto a un salón de juegos. No llegó a herir a nadie, pero existen unas imágenes donde se le ve empuñando un arma.
Pero Adonai, que llegó a estar reclamado por una decena de juzgados y que ya había estado encarcelado con anterioridad, acabó entre rejas. Y así va a seguir en los próximos años.
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