Obituario en Granada

Adiós a una vida ejemplar, Gregorio Martín García

Ya en Benalúa se adapta bien a la vida pueblerina y participa muy activamente de movimientos juveniles, pastorales, culturales y recreativos. En 1970, solicita su ingreso en el que será su gran pasión en la vida: el Cuerpo de Policía Local de Granada. Pasando por distintos destinos y secciones. A su ingreso fue enviado por la Jefatura del Cuerpo a la Academia de la Guardia Civil, en el Cuartel de Las Palmas. Donde recibe la instrucción para la confección de Atestados e Informes de Tráfico. Siendo comisionado para organizar y poner en marcha el Equipo de Atestados de la Policía Local de Granada, donde permanece doce años. Asciende a Cabo y es trasladado a la unidad de patrullas, G.I.I. (Grupo de Intervención Inmediata). Asciende a subinspector y destinado, por Jefatura, a la Sección de Tráfico, como jefe responsable de la misma. Con su nuevo ascenso, ahora a Inspector Jefe, sigue como máximo responsable de la Sección de Tráfico con sus distintas Unidades y Grupos. Paralelamente y desde su primer ascenso hasta su jubilación fue profesor de la Academia de la Policía Local de Granada y de Aznalcázar, Escuela de Seguridad Pública de la Junta de Andalucía, siendo un admirado y querido profesor, por su férreo sentido del servicio público y la ética en el trabajo.

Posee numerosas acreditaciones en la labor policial así como varias medallas y reconocimientos a su esfuerzo por el servicio público, destacando la Mención Especial de la Delegación de Tráfico y Transporte por la profesionalidad mostrada y el Título y Medalla de la Policía Local de Granada con categoría de Plata por méritos y servicios policiales. A sus 58 años pasa a Segunda Actividad como adjunto en la Secretaría de la Academia y es nombrado jefe responsable de los Servicios de Seguridad de edificios municipales: Custodias y Vigilancia. El día diecinueve de febrero de 2010 y con 40 años de servicio a sus espaldas. Se jubila, disfrutando de un merecido descanso por su excelente labor de ayuda a la ciudadanía.

Dedicaba su tiempo a escribir, al cine y a conocer mundo viajando… y hacía de abuelo de sus siete nietos (Raúl, Julia, Alejandra, Rodrigo, Jesús, Ángel y Gonzalo); personitas hijos de sus tres hijos (Llanos, Alejandro y Paqui), fruto de su unión con un ángel que el cielo se llevó demasiado pronto y con la que ya está descansando, Paqui, la «del Cortijo Río». Estaremos eternamente agradecidos por las lecciones que nos ha dado, de esfuerzo, formalidad, meticulosidad y una visión del honor, del trabajo duro y de la entrega al prójimo. Nuestro padre fue feliz y nos hizo felices, a pesar de que tuvo varios golpes indescriptibles: la pérdida de nuestra dulce y entrañable mamá que tanto nos cambió y también la de su vital y activa Clemen, que en sus últimos años lo rejuveneció varios lustros. Ya partió Gregorio «el Poloriato», un hombre bueno que tuvo tres hijos, plantó innumerables árboles y escribió un libro («El Amanecer con Humo»)... y ese hombre ha sido nuestro padre ¡Gracias por tanto, gracias por todo. te queremos!