Solar con la vivienda ya derribada en la esquina de las calles Alhamar y Mulhacén.Javier F. Barrera
Urbanismo
Adiós a la última vivienda unifamiliar superviviente del barrio Fígares de Granada
Demolición ·
Las palas excavadoras derriban la casa unifamiliar típica de la calle Alhamar ubicada en la esquina con Mulhacén para que se levante un bloque de bajo más tres plantas
El barrio Fígares de Granada, tal y como fue concebido por su creador, el arquitecto Matías Fernández Fígares, no ha seguido con vida más allá ... de un siglo –fue construido ente los años 1924 y 1930–, al derribar las excavadoras esta semana la última vivienda que había sobrevivido al desarrollo del siglo XX y a la llegada del siglo XXI. Esta vivienda de dos plantas ubicada en la esquina de la calle Alhamar con la calle Mulhacén y con entrada por esta última, ha sido hasta ahora la representante de una estirpe unifamiliar que ahora desaparece de un plumazo y para siempre.
Los carteles informativos colocados en la valla perimetral de la manzana informan que la empresa constructora es Mulconsa, «especialistas en obra residencia y rehabilitación», según informa en su página web, y con sede en la ciudad de Granada. De igual forma, se muestra la licencia municipal del Ayuntamiento de Granada, donde se puede leer que se trata de una «obra de demolición y construcción de un edificio plurifamiliar». La fecha de la concesión de la licencia es del año pasado, concretamente, del 14 de marzo de 2024 y la fecha de finalización estimada es el 10 de febrero de 2026. Ahora se levantará un bloque de bajo más tres plantas.
Solar libre tras el derrumbe de la vivienda
Vivienda en la esquina entre Alhamar y Mulhacén
La vivienda ahora derribada llevaba cerrada y sin estar habitada toda una década. Fue en 2016 cuando aparecieron los carteles pegados a las ventanas del edificio en el que se anunciaba que estaba a la venta. Incluso, para prevenir cualquier tipo de incidente, la puerta de acceso, por la calle Mulhacén, fue tapiada y la escalera de acceso también fue eliminada.
Últimos vestigios
La desaparición de la fisonomía del barrio Fígares ha sido un gota gota continuo. Juan Bustos, que fuera cronista oficial de la ciudad de Granada, denunció en estas mismas páginas la lenta pero inmisericorde destrucción de estas viviendas. «El sistemático destrozo de este barrio Fígares empezó en 1970, machacando su anterior coherencia con un abusivo y aberrante aprovechamiento de construcciones desaforadas».
El barrio que proyectó Matías Fernández Fígares, construido entre 1924 y 1930 y que un siglo después ve llegar su final, fue uno de los de más alta calidad urbana de la ciudad. «Un excelente ejemplo de barrio de densidad media con un equilibrio entre la edificación y el espacio público», sostiene el arquitecto Pedro Salmerón.
Todo el mundo recuerda sus sencillas y amables viviendas unifamiliares construidas en hilera, de dos plantas, con arriates de flores y arbustos a ambos lados de la puerta, una escalerita de acceso y, generalmente, un patio interior. En sus buenos tiempos, y muy a tono con su graciosa sencillez, todas estas edificaciones -más amplias las de las esquinas- alegraron sus fachadas con discretos toques ornamentales de bastante buen gusto generalmente, recuerda el periodista Juan Bustos en sus crónicas.
Tres décadas después, en el año 2000, la ciudad convulsionó porque no fue una de estas casitas la que desapareció, sino todo un palacete, junto al Camino de Ronda, que apenas sobrevivía incrustado entre dos gigantes bloques de pisos de hormigón. Su demolición fue una tragedia muy sentida en Granada.
Este periódico recogió entonces que la calle Alhamar perdía de esta forma su última villa, un edificio de los años treinta que quedó desprotegido por un olvido del plan de urbanismo vigente. «La casa fue destruida en cuestión de horas. El derribo llegó nueve días después de que el gobierno municipal (PSOE, IU y PA) aprobara la licencia. Fue el pasado 14 de abril, el Viernes de Dolores (y aniversario de la Segunda República). En cuestión de nueve días, con un fin de semana por medio (el del Domingo de Ramos) y cuatro festivos de la Semana de Pasión, la administración local ha debido notificar, al parecer, la autorización de demolición a la Inmobiliaria Moleón, la promotora del bloque a construir en el solar de la villa (con la altura de la zona). Eso es eficacia administrativa», criticaba la crónica.
Todavía quedaban unas cuantas casitas más en la calle Alhamar, que solo sobrvivieron hasta los años siguientes hasta que, al fin, desde esta semana, del barrio de Fígares solo se conserva el nombre de su arquitecto.
Límite de sesiones alcanzadas
El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a las vez.
Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Sesión cerrada
Al iniciar sesión desde un dispositivo distinto, por seguridad, se cerró la última sesión en este.
Para continuar disfrutando de su suscripción digital, inicie sesión en este dispositivo.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.