Tiroteo en Granada

El acusado del tiroteo del Camino de Ronda llevaba más de dos años huido de la cárcel

El prófugo 'reapareció' la madrugada del día 14 de este mes y, presuntamente, pegó un tiro a otro individuo en el tramo de la calle Camino de Purchil que desemboca en el Camino de Ronda.

Fue el final de la escapada. Horas después de la refriega, el fugitivo fue detenido junto a otros dos personas por su supuesta participación en el ataque. La víctima recibió el balazo en una pierna, pero se fue andando del lugar de los hechos tras rechazar la posibilidad de ser atendido por los equipos sanitarios.

Por su parte, los tres presuntos agresores fueron puestos a disposición del juzgado de Guardia, que sólo ordenó el ingreso en el penal de Albolote del preso huido, aunque todos ellos quedaron imputados por la presunta comisión de los delitos de lesiones graves, tenencia ilícita de armas y tráfico de drogas. La decisión de encarcelar al presunto autor del disparo no se debió a ese hecho, sino a las cuentas pendientes que tenía con la justicia, entre ellas, el quebrantamiento de la condena por la fuga de 2021.

En este sentido, también acumulaba sentencias firmes sin cumplir por atentado o conducción sin carné. Si no hubiera tenido esos antecedentes habría quedado en libertad provisional, que fue lo que sucedió con los otros dos supuestos implicados en el tiroteo del pasado día 14 de este mismo mes de enero.

En total, el investigado estará 36 meses entre rejas. En su resolución, el juez de guardia instó a Instituciones Penitenciarias a que, antes de ser puesto en libertad, le sea comunicada esta situación por si estima necesario modificar su estado de libertad provisional decretada por el altercado a tiros, la última fechoría en la que estaría presuntamente implicado.

El incidente tuvo lugar en el interior de un bar de copas, según fuentes de la investigación, pero los responsables del establecimiento guardaron silencio sobre los pormenores de la disputa.

Las llamadas que avisaban de la reyerta con un arma de fuego empezaron a llegar a los servicios de emergencias ya avanzada la madrugada. Los alertantes aseguraban que habían escuchado varias detonaciones y gritos bajo sus balcones. En un principio, creyeron que eran petardos, pero los chillidos y los lamentos que llegaban de la calle no encajaban con esa primera impresión.

Instantes después, las luces de los coches patrulla centelleaban en el tramo del Camino de Purchil en el que ocurrió el ataque.

El herido se fue caminando y descartó esperar a ser atendido por los sanitarios.