La luz acumula subidas del 200% que empujan a muchas empresas granadinas al borde de las pérdidas
Las tensiones del mercado anulan la rebaja del Gobierno este verano y lejos de abaratar los recibos el tope del gas añade un sobrecoste
La subida del precio de la electricidad, que amenaza con llevarse por delante lo que dejó en pie la pandemia, es ya la número uno ... en el ranking de preocupaciones de las empresas granadinas. Ante la situación descontrolada de los precios de la energía, el Gobierno prepara un nuevo plan de contingencia y esta misma semana el presidente Pedro Sánchez anunciaba la rebaja del IVA en la factura del gas. Nuevas medidas que se suman a todas las anteriores, entre ellas el tope del gas, que sin embargo no ha conseguido aliviar la situación de las empresas granadinas.
Al contrario, lo que constatan organizaciones empresariales, asesores de empresas y firmas granadinas consultadas es que la situación se ha agravado este verano hasta el punto de que en sectores como el industrial o la hostelería son muchas empresas las que ven ya comprometida su viabilidad por culpa de los costes energéticos.
La queja no es gratuita y se sustenta en un aluvión de facturas del mes de agosto que reflejan aumentos por encima del 200% con respecto a las del mismo mes de 2021 de los negocios asociados a la Federación de Hostelería y Turismo de Granada, que ha dado la voz de alarma. Es la que muestra a IDEAL, por ejemplo, el propietario del restaurante D'Platos de El Serrallo: de pagar 2.756,38 euros el verano pasado ha pasado a pagar 9.388,83 euros en este último mes de agosto. La factura tomada como referencia incluye además un sobrecoste de 2.450 euros por el nuevo epígrafe que las comercializadoras eléctricas incluyen desde que entró en vigor el tope del gas.
El mecanismo de ajuste solicitado por España y Portugal, la llamada excepción ibérica que permite limitar el precio del gas para formar el coste de la electricidad diaria en España, no ha podido por tanto tener peor inicio en este verano convulso en el que los precios gasísticos han alcanzado máximos históricos.
En la práctica, no solo no se ha logrado abaratar la factura de la luz sino que muchas empresas, aquellas que renovaron sus contratos a partir del 26 de abril, han acabado pagando más. La explicación de cómo una medida que teóricamente tenía que reducir un 30% los costes de las facturas ha acabado perjudicando a muchas empresas es compleja de explicar, al igual que el funcionamiento del mercado eléctrico.
La explicación
Simplificando, los argumentos que aporta a IDEALel experto en Energía de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) Enrique García se resumen en que las tensiones y alteraciones que han sufrido lo mercados internacionales, que han disparado los precios mayorista del gas a máximos históricos en este mes de agosto, ha anulado el mecanismo de rebaja el Gobierno. «Este verano se han dado dos una situación excepcionales: por una parte se ha quemado el gas más caro que se ha pagado nunca para producir electricidad en Europa y por otra el volumen de gas utilizado ha sido excepcional, tres veces mayor que un mes normal, en detrimento de la energía eólica y la fotovoltaica que por la climatología han tenido una fuerte reducción de sus aportaciones al mix energético», esgrime.
Como consecuencia los beneficios del mecanismo de rebaja se han visto anulados pero sin embargo el coste de la medida sí ha empezado a pagarse en los recibos. Lo explica de forma clara el fundador del bufete jurídico HispaColex, Javier López y García de la Serrana, que está asesorando a numerosas empresas desesperadas por este asunto.
«El supuesto tope al gas lo que resulta ser, finalmente, es un mecanismo de ajuste que financia una parte del precio del gas, de forma que sea más barato producir la energía con esa tecnología. Sin embargo, esta financiación la vamos a tener que pagar en parte los consumidores, pero no todos, solo aquellos que firmaron o renovaron sus contratos de electricidad a partir del 26 de abril 2022», resume.
Desde el 15 de junio
López y García de la Serrana recuerda que las comercializadoras están cobrando este ajuste a los consumidores en las facturas emitidas a partir del 15 de junio, cuando entró en vigor el Real Decreto 10/2022 que lo regula, con el fin de compensar la diferencia de precios entre los productores eléctricos y el mercado.
El fundador del bufete Hispacolex, asesor jurídico de la Federación de Hostelería y Turismo de Granada, incide en que en la práctica el coste de la aplicación del RDL 10/2022 está suponiendo incrementos en las facturas que ponen contra las cuerdas a muchas empresas granadinas.
«A muchas las puede hundir. Tengo clientes con facturas con sobrecostes de 50.000 euros al mes que ponen ya en serio riesgo la viabilidad de la empresa», sentencia el letrado.
Reclamación
López y García de la Serrana esgrime que a nivel administrativo se trata de una medida legal aprobada y en vigor, por lo que ve complicada una reclamación contra las compañía comercializadoras que tienen la potestad para repercutir ese coste a los consumidores. «No obstante, en HispaColex estamos analizando poner algún tipo de reclamación al Gobierno por esta medida dado el desorbitado incremento de precios en el consumo eléctrico que aboca a la desaparición a muchas empresas», concluye.
Eso sí, aclara que no todas se están viendo perjudicadas por la medida.A los usuarios que tenían en vigor contratos de antes del 26 de abril no se les puede aplicar el tope del gas, por lo que mantienen su contrato fijo que no está ligado al precio mayorista.
Es el caso de Helados Nordwick, con facturas energéticas en sus plantas de producción en Churriana de la Vega y Escúzar, que suman 300.000 euros anuales, a pesar de que tienen plantas fotovoltaicas que absorben el 15% del consumo. «Nosotros firmamos un buen contrato el año pasado y nos hemos garantizado un año de precio fijo. Hemos tenido tranquilidad y suerte, pero en noviembre nos cumple y tenemos el problema», esgrime su propietario, César Penalva.
El SOS de la industria
En opinión del experto de la OCU, el mecanismo del ajuste del gas abaratará facturas si el mercado se estabiliza en los próximos meses. «Las empresas que están en el mercado libre, la mayoría, se irán viendo beneficiadas progresivamente. En doce meses irán entrando todos los contratos y el tope será mas bajo al pagarlo entre más. La medida irá surtiendo efecto, pero ahora los mercados están alterados, no están funcionando con normalidad por un problema de especulación enorme», analiza.
La cuestión que se hacen muchos empresarios, como Nicolás Espigares, propietario de la panadería industrial Nicopan, es quién podrá aguantar hasta que empiecen a surtir efecto las medidas. Con un consumo de 20.000 kilowatios diarios de electricidad, lo primero que hace al levantarse es mirar el precio al que cotiza el watio de corriente.
«El contrato a precios fijos nos cumple el 25 de septiembre y las compañías ya nos mandan al mercado libre. Esto es una lotería, nos podemos arruinar. La situación es ya inviable para las empresas electrointensivas. Yo estoy empezando a plantearme cerrar líneas de producción», asegura desesperado.
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