«Me acuesto tranquilo porque luché, pero a los agricultores nos falta unión y apoyo»

«Seguimos en el mismo punto o peor pero estos gobernantes sancionaron a todo el que pudieron y es normal que la gente ya no quiera salir... Nos callaron con multas, actuar así para que no te manifiestes es propio de una dictadura», señala con rabia. Guzmán recuerda que no tampoco se ha pasado página al problema de la sequía.

«Aquí en la zona nuestra no ha llovido lo suficiente. El año no está resuelto, hasta la primavera no sabremos cómo vendrán las campañas. Las limitaciones de los fitosanitarios y abonos reducen la producción y cada vez somos menos competitivos. Los costes de todos los insumos siguen al alza pero los precios de las cosechas son los de hace 30 años», insiste el empresario agrícola. La sensación que comparten con muchos compañeros es que les dan golpes por todos los lados. «Las perspectivas van a peor. Cuando la DANA de Valencia los primeros en salir a ayudar fuimos los agricultores y sin embargo no recibimos apoyo en nuestras protestas. Si la sociedad nos apoyara igual... Esto no es izquierdas ni derechas, es un problema de que el campo así no tiene futuro», añade.

¿Merecieron la pena las protestas del pasado año? «Tengo un sentimiento contradictorio porque muchos compañeros no salieron. Yo me acuesto tranquilo porque luché por lo mío, pero solo no puedo. Los agricultores estamos muy acostumbrados a las adversidades y vamos cambiando las formas de trabajar para adaptarnos, pero cada vez está peor la situación, seguiremos hasta qué podamos», concluye pesimista.