«Al conductor se le estaban quemando los pies cuando lo sacamos del coche»

La rápida intervención de una patrulla de la Guardia Civil permitió rescatar a este hombre y, seguramente, hoy continúa con vida gracias a la celeridad en la actuación. «Cuando llegamos, la dueña de la casa donde se empotró el coche nos dijo que dentro del vehículo había una persona», comenta Miguel, uno de los dos guardias civiles participantes en este rescate.

El accidente ocurrió sobre las 19,20 horas del pasado 12 de enero. Los vecinos llamaron rápidamente a la Guardia Civil y la patrulla de Salar que se encontraba cerca tardó apenas tres minutos en llegar al lugar del accidente.

«El coche estaba lleno de humo y apenas se veía si dentro había una persona o no. Finalmente vimos una cabeza pegada al cristal. No podíamos abrir la puerta del conductor, lo intentamos por la parte trasera y pudimos entrar para sacarlo».

La sorpresa fue cuando lo evacuaron del vehículo. «Estaba inconsciente, pero lo peor es que nos dimos cuenta de que se le estaban quemando los pies. Rápidamente lo auxiliamos para enfriarle la zona de los pies porque la goma del zapato estaba ardiendo», advierte este guardia civil que tras diecisiete años de servicio asegura que este ha sido uno de los «servicios más complicados» de los que ha efectuado en su carrera profesional.

Una vez fuera del coche, los dos guardias comenzaron a realizarle maniobras de reanimación. «Vi que podía respirar y entonces nos sentimos aliviados porque no estábamos seguros de que estuviera vivo hasta ese momento», apunta este profesional del instituto armado. Rafael es el otro guardia civil que actuó en este servicio. La propia víctima comentó, cuando recuperó la consciencia, que no recordaba nada de lo ocurrido.

Fue tal el ímpetu empleado por los agentes que cuando la puerta del coche se abrió, golpeó en la cabeza a uno de los agentes, que resultó herido leve. Después de sacar a la víctima del coche, intentaron sofocar el fuego con el extintor del vehículo patrulla, pero no lo consiguieron por la intensidad de las llamas, por lo que el fuego tuvo que ser apagado finalmente por los Bomberos de Loja. Mientras tanto, una ambulancia había evacuado al herido hasta un hospital de Granada.

«Todo fue muy rápido y lo único que sé es que si tardamos dos o tres minutos más en llegar al sitio y actuar, allí hubiera pasado una tragedia. Gracias a Dios todo salió bien y pudimos evitar una desgracia bastante grande».

Dentro de la vivienda donde impactó el coche había una abuela, un menor de tres años y la madre del pequeño. Los guardias civiles también necesitaron actuar de forma rápida para retirar el vehículo de la dueña de la casa que estaba a pocos metros de donde ardía el turismo accidentado. «Tuvimos que mover el coche y mandamos a los ocupantes de la casa a una zona alejada del fuego por temor a que las llamas se pudieran propagar», explica uno de los dos rescatadores de la Benemérita. Esta pareja de guardias civiles acudió a este servicio después de atender otro en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada.

El conductor sigue ingresado en el hospital con daños en una córnea y cien puntos de sutura en el rostro. Los guardias han podido mantener contacto con la esposa de la víctima para interesarse por el estado de salud del conductor. «No todos los servicios acaban con un final feliz, este sí lo hizo. En aquel momento actuamos sin pensar en el riesgo que corríamos, solo buscamos salvar a la persona y despejar el riesgo lo máximo posible. Eso fue lo que hicimos», concluye.