Raquel Rodríguez Blanque
Especialista en Obstetricia y Ginecología, releva en el cargo a Jacinto Escobar, que cierra una década al mando de la institución
Consciente de la importancia de los cuidados, Raquel Rodríguez Blanque llega a los mandos del Colegio Oficial de Enfermería de Granada con las ideas muy ... claras. Cordobesa de nacimiento, estudió Enfermería en Málaga y se especializó como matrona en el hospital Virgen de las Nieves de Granada, ciudad en la que ya lleva más de veinte años entregada a la profesión de sus amores. Desde su nuevo cargo, que se formalizará en los próximos días, espera acercar la institución a un colectivo «clave en todas las etapas de la vida».
–Las elecciones fueron hace solo una semana. ¿Cómo se siente?
–Todavía tengo que asimilarlo. Muchos compañeros llevaban años detrás de mí, decían que había una necesidad sentida de cambiar la estructura. Me habían hecho la propuesta desde varios frentes, pero ya tenía muchas responsabilidades y no me lo había planteado. Pero cuando se acercaron las elecciones, que son cada cinco años, lo valoré y sentí que era el momento. Estoy muy orgullosa de la campaña que hemos hecho y de haber conseguido el primero de nuestros objetivos.
–Lleva dos años en la periferia con la cátedra con la UGR. ¿Qué impresión tiene del Colegio?
–Así es, soy profesora contratada con vinculación clínica al SAS, me dedico a la docencia y la investigación, y eso me ha permitido acercarme más al Colegio. En este tiempo, he visto que hay mucho desarraigo, que los enfermeros sienten que no ayuda, que no sirve, que solo lo pagamos porque es obligatorio. Esa es la percepción en líneas generales y es una pena, no es justo, porque Jacinto Escobar es una de las personas que le ha dado visibilidad.
–Usted recoge su testigo después de una década como presidente...
–Es una gran responsabilidad. Mi intención es continuar el trabajo hecho hasta ahora e impulsar la apertura del Colegio, que sea un espacio accesible, cercano y de ayuda. Lo vamos a hacer preguntando a los profesionales, que son los protagonistas. Queremos darles voz y escucharles. Por eso, vamos a crear un buzón permanente para que los enfermeros granadinos puedan presentar felicitacionaes, sugerencias, quejas... Expresar sus necesidades, en definitiva, ya sean formativas, de ocio o laborales.
«La enfermería está muy castigada. Tenemos profesionales quemados y queremos cuidarlos»
–¿Algún proyecto en mente que pueda adelantar?
–Claro. Uno que me hace especial ilusión es el programa de autocuidado al profesional. La enfermería está muy castigada, maltratada por la administración, sobrecargada laboralmente. Tenemos profesionales quemados y queremos cuidarlos. Si somos los encargados de cuidar a la población, también tenemos que cuidarnos entre nosotros. Por eso, enfermeros expertos en salud mental y en enfermería del trabajo, entre otros, compartirán hábitos saludables, técnicas de relajación, también de enfrentamiento al estrés, la ansiedad, los conflictos... Se trata de darles las herramientas necesarias para afrontar el día a día tanto a nivel profesional como personal.
–Un espacio de ayuda, como decía antes.
–Es el objetivo, ayudar, también a los emprendedores, por ejemplo. En enfermería son una minoría, pero hay compañeros con ideas brillantes que solo necesitan un poco de soporte para despegar. Les vamos a brindar apoyo legal, administrativo, en márketing... Además, a las matronas que tienen pequeñas consultasles vamos a hacer una mentorización. A pesar de ser la especialidad con más antigüedad, está muy maltratada. Han ido irrumpiendo nuevas figuras y, en general, las competencias no están bien definidas dentro del colectivo. Vamos a defender las especialidades, creemos que son la vía de desarrollo, pero sin que haya fricciones.
Un colectivo no reconocido
–¿Cuáles son los grandes retos de la enfermería granadina?
–Las enfermeras no estamos reconocidas y respetadas por la administración. Somos graduados, al igual que muchos otros sanitarios, y mientras los médicos tienen un perfil A1, nosotros seguimos como A2. Eso tiene consecuencias, restringe nuestro acceso a puestos superiores. Tenemos que defender una estructura adecuada. Además, hacen falta muchas enfermeras, que se tenga en cuenta la complejidad de los cuidados. No es lo mismo cuidar a una población joven que a una envejecida.
«Acompañamos a las personas al inicio de la vida como matronas y al final, también está ahí una enfermera, al borde de la cama bien en el hospital bien en una casa»
–¿Qué le diría a un joven que, por el contexto, dude estudiar Enfermería?
–Le mandaría un mensaje de ánimo total, hay que ser perseverante. La nota de acceso es muy alta, pero es una profesión muy bonita, de mucho servicio, de amar y servir al ciudadano. Somos muy privilegiados. Acompañamos a las personas al inicio de la vida como matronas y al final, también está ahí una enfermera, al borde de la cama bien en el hospital bien en una casa. Son relaciones humanas y a veces se hacen difíciles, pero con cariño y profesionalidad ejercer la enfermería puede ser lo más bonito del mundo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión