Abrir dos tiendas, bajar la persiana y volver a reinventarse
Marta y Cristina han puesto en marcha un nuevo negocio hace poco más de un año para poder mantener a sus empleadas
Entre cierres y desesperanza hay comerciantes que siguen apostando por levantar negocio en Granada. Es el caso de Marta y Cristina. Estas dos hermanas abrieron ... hace casi dos décadas la juguetería Eureka en el 18 de la calle Alhóndiga. Saben lo que es empezar, caer y volver a levantarse. Aquel negocio no era su idea original, pero les desaconsejaron que su primera tienda fuese esa papelería especial que hay ahora frente a lo que fue aquella tienda infantil. El Astillero, con su letrero inconfundible azul mar sobre el que se dibuja un barco de papel se puso en marcha unos años después. Ninguna de las dos hermanas tenía tradición de comercio, pero ambas quisieron quedarse en su ciudad.
Sin embargo, la venta no siempre es fácil. Y hace poco más de un año esa tienda de juguetes tan especial ya no daba para seguir adelante. Había aguantado a pérdidas. Pero no podían más. Sin embargo, tampoco querían plantearse tener que despedir a unas empleadas que son para ellas compañeras y parte de la familia. Por eso en lugar de cerrar, optaron por transformar. Donde antes había juguetes especiales, ahora se pueden comprar regalos, igual de originales. Es su sello de identidad. Es pronto para saber si la idea ha funcionado. Pero confían en que sí.
Reconocen que la realidad de la ciudad ha ido cambiando. La apertura del centro comercial Nevada y el auge de la venta online hacen cada vez más difícil competir. Ahora temen que la entrada en vigor de la zona de bajas emisiones, cuyo régimen sancionador empezará a aplicarse el 1 de octubre, pueda también perjudicar a los negocios del centro en una de sus épocas más importantes, la previa de la Navidad.
Toman el pulso a la situación junto a otros pequeños empresarios. Se reúnen, proponen, analizan. Saben que no es fácil ni abrir ni mantenerse, pero de momento tienen claro que esas tiendas que son para ellas mucho más que un negocio seguirán abiertas todo el tiempo que puedan. El comercio languidece, pero los comerciantes se agarran con uñas y dientes a sus negocios.
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