La Abadía del Sacromonte será objeto de «la obra más importante de los últimos 100 años»
Son cuatro actuaciones diferentes en la que se va a invertir más de seis millones de euros
Sergio González Hueso
Granada
Domingo, 29 de septiembre 2019, 02:42
Desde que Pedro Vaca de Castro la mandara construir en el siglo XVII, la Abadía del Sacromonte siempre ha reservado su mejor habitación para ... el silencio. Pero este remanso de paz protagonista de buena parte del mito simbólico del cristianismo en Granada va a verse incomodado pronto. En las próximas semanas a este monasterio ora maldito ora también místico no le va a quedar más remedio que despedir la quietud y ofrecer una bienvenida al impetuoso pero ansiado ruido de las máquinas.
Esas que llegarán en poco tiempo para abrir, con el fruto de su encomienda, una nueva etapa en la vida de este monumento eclesiástico que tanta historia cobija. Después de haber culminado tres fases de rehabilitación en lo que va de siglo, en la Abadía ya se está a la espera de iniciar una cuarta que aquellos que la conocen ya la califican como histórica: «La más importante en los últimos 100 años», dicen. El silencio por tanto tendrá que esperar. Hay un buen motivo. La realidad de este monasterio, lugar de peregrinación histórico para católicos de todo el mundo, va a cambiar por completo a raíz de esta intervención. Al menos así lo aseguran desde el seno de la Fundación Abadía del Sacromonte, entidad dependiente de la Archidiócesis de Granada surgida en 2015 y cuya misión no es otra que consagrar su actividad a la recuperación arquitectónica, religiosa y cultural de todo el conjunto.
Y así lo está haciendo al ritmo que permiten sus recursos. Minúsculos si se comparan con las necesidades que a día de hoy tiene una Abadía del Sacromonte que ha sufrido casi tantos martirios como San Cecilio, cuyos restos descansan en este lugar. Y todo sin sucumbir pese a haber padecido en sus cimientos hechos desasosegantes para su destino como la desamortización del ministro Mendizábal, el incendio que asoló parte del Colegio Nuevo en el año 2000 o el abandono casi secular al que han infligido a este centro espiritual la mayoría de administraciones en tiempos modernos.
Pero parece ser que la suerte de esta atalaya de vistas insoslayables ha cambiado definitivamente. La Fundación ha tenido acceso a una subvención millonaria del Ministerio de Fomento que va a suponer un «antes y un después» para el edificio. Lo cree firmemente el gerente de la fundación, Javier Restán, quien no puede ocultar la ilusión y esperanza que le suscita el futuro. Recibe a IDEAL en un pequeño despacho del conjunto monumental. Es consciente de la magnitud de lo que tienen entre manos. Y sobre todo de la inminencia de un proyecto que podría multiplicar por dos las visitas que hoy recibe el monumento en un periodo de tres o cuatro años. Pero hay objetivos más elevados, como por ejemplo que la Abadía del Sacromonte vuelva a ser el gran referente educativo, religioso y cultural de la ciudad, como respeto a la memoria de lo que un día fue.
Lluvia de millones
El que se puedan remozar varios miles de metros cuadrados de este Bien de Interés Cultural (BIC) es consecuencia de haberse convertido en el centro de un aguacero millonario. El nubarrón que ha descargado con fuerza inundando la Abadía de dinero es el Ministerio de Fomento, que a través del programa de ayudas del 1,5 Cultural, va a insuflar una cantidad superior de 2,6 millones de euros para que pueda ejecutar parte de un proyecto en el que se trabajaba desde hace tiempo. «Nosotros nunca creímos que pudiéramos hacerlo en tan corto plazo, pero al tener la noticia del Gobierno de que nos concedían tal cantidad de dinero, nos lanzamos a conseguir el resto de lo que necesitábamos. De ahí que estemos hoy en condiciones de poder afrontar esta fase de rehabilitación histórica», señala Restán.
El gerente de la fundación explica que esta etapa de reforma consta de cuatro intervenciones diferentes, cada una localizada en diversos puntos de la Abadía. Por separado tienen bastante peso pero juntas representan un valor poderoso: «No había una obra así desde las ampliaciones de la Abadía realizadas en el siglo XIX», aclara Javier Restán, que solo espera tener confirmada la subvención del Ministerio para empezar a mover la batuta y hacer sonar el ruido de las máquinas. «Esta actuación cambiará la realidad de este sitio. En el siglo XX se hicieron algunas obras de consolidación pero nunca siguiendo los criterios que marca Patrimonio Histórico, que es a lo que estamos ahora obligados y que implica trabajar de forma más rigurosa, con los materiales más adecuados y respetuosos con el pasado», añade.
Según subraya, la obra más destacada y única subvencionada afectará al núcleo central de este conjunto monumental. La intención es renovar y ampliar el centro de recepción de visitantes transformando para ello un pabellón contiguo hoy en ruinas. Es una suerte de palomar en la actualidad, que con la ejecución material del proyecto dará paso a un renovado edificio con tres pisos de altura. En la memoria constructiva aparece un uso diferente para cada una de sus plantas. La primera será el 'hall' de recepción de visitantes. Y en él habrá un centro de interpretación más una sala de reuniones. La planta segunda estará conectada con el famoso claustro del siglo XVII. Se convertirá en un centro de convenciones, seminarios y congresos. Asimismo, albergará una sala en la que se podrán celebrar exposiciones temporales.
Por último, en la planta de mayor altura, que se proyecta casi expedita, tendrá cabida un gran salón de usos múltiples para grandes eventos congresuales o celebraciones. Y el valor añadido serán sus vistas a la Alhambra a través de una gran terraza.
Como ya se ha dicho, esta obra será cofinanciada. Además de los 2,6 millones de euros que aporta el Gobierno de España, la Fundación pone sobre la mesa 3,5. La previsión es que estos trabajos comiencen antes de que finalice el año. Dependerá del tiempo que se cobre el Ministerio para resolver definitivamente los trámites administrativos previos a la subvención. Como se cree inminente, la entidad pía ya tiene avanzada la contratación de las obras. De hecho se han presentado cinco empresas, que son las que pugnarán por hacerse con una actuación que tiene un plazo de ejecución de dos años. Pero no queda aquí la cosa. La Abadía ha puesto en carga otras tres actuaciones más. Todas más sencillas y por tanto menos costosas. Como dependen de los fondos particulares de la Fundación estas empezarán antes, posiblemente en octubre.
El patio de la Estrella
Hay un rincón escondido a la mirada curiosa de los visitantes. Es un pequeño patio que va a competir con el claustro de la Abadía del Sacromonte por el protagonismo de los primeros pasos del que acceda a este monasterio. Es uno de los secretos mejor guardados y así es hoy por hoy por su mal estado de conservación. Parte del Colegio Viejo y con apariencia de antigua corrala de vecinos, este lugar va a ser también rehabilitado.
De cuatro a seis meses de trabajo en los que no solo se recuperará el aspecto que tenía antaño este coqueto patio, sino que también se abrirá una ventana de comunicación con el claustro. Esto dotará de profundidad a ambos patios, que representan parte de la mejor arquitectura de toda la Abadía del Sacromonte. Esta intervención pondrá a este lugar en valor y, por ende, en disposición de que pueda usarse. «Es uno de los rincones más especiales de la Abadía y a priori parece el lugar perfecto para celebrar cualquier tipo de evento en total tranquilidad», apunta Restán, cuyos pasos avanzan hacia otro de los lugares 'bajo llave' que será objeto de obras en las próximas semanas.
Se trata de la sorprendente iglesia de San Dioniso, ubicada en el área homónima. Destacan sus altos techos y sus cristaleras coloridas llenas de imágenes cristianas. Las obras también entrarán en este templo, donde se prevé que se pinte al completo eliminando humedades, se lleve a cabo una reforma de electricidad y se habilite una puerta de evacuación. Esta actuación se sumará a la reforma que ya se hizo de sus cubiertas, cuyo mal estado era incompatible con la actividad que allí se realizaba: la celebración de eventos privados. Con la finalización del nuevo periodo de obras, la iglesia, una de las más curiosas de la ciudad, volverá a ser puesta en uso por expreso deseo de una Fundación que se muestra entusiasmada.
Por último, la cuarta intervención se localiza en la conocida como Colegiata. Se recuperará la techumbre que sufre un cuadro de humedades peligroso. No obstante una parte de la cubierta colapsó tras unas lluvias. Según Restán, esta intervención ya tiene licencia municipal, permiso de cultura y se está en conversaciones con las constructoras. Su inicio es casi inminente e imparable, al igual que estas obras que prometen un horizonte lleno de buenas noticias para la Abadía. La idea es que todas las obras se ejecuten en paralelo, por lo que el silencio tendrá que esperar para volver a recorrer estas mágicas estancias, las mismas que hicieron suyas desde reyes a estudiantes; desde canónigos a investigadores; desde mártires a novios enamorados
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